Los tratamientos de belleza y el beneficio del frío para la reoxigenación celular del cuerpo, en nuevas fórmulas que huyen de cirugías y que saltaron a la fama bautizados como “el tratamiento de Hollywood” por celebridades como Jennifer Anniston: ¿Qué es la viral criolipólisis médica?
Por María Muñoz Rivera
Las hermanas Khloe y Kim Kardashian, Anniston, Lindslay Lohan o Mariah Carey revelaban hace años que, junto a una buena rutina de alimentación y deporte, habían conseguido reducir su grasa y el aspecto de su piel gracias a un tratamiento no invasivo generado a partir de la oxidación de células de grasa mediante la aplicación de frío.
Aunque parecía uno de los miles de tratamientos que se quedan entre aquellas famosas de la órbita de Hollywood, la criolipólisis médica ha llegado en precios asequibles y ha alcanzado viralidad entre la gente de a pie, democratizándose como uno de los tratamientos no invasivos para perder grasa.
“Es una técnica que permite la destrucción de la grasa mediante la aplicación de frío controlado”, explica la doctora Fanny Santacruz, bajo una de las firmas insignia en este tratamiento, ‘CoolsCulpting Elite’.
Aunque la técnica llegó a Europa en 2010, no ha sido hasta las últimas temporadas cuando ha comenzado a viralizarse, al convertirse en una opción no invasiva.
Los adipocitos, responsables de la grasa localizada
Mediante la aplicación con una máquina específica que llega alcanzar los -11 grados, las células grasas se destruyen. “Los adipocitos (células grasas), ricos en ácidos grasos saturados, son muy sensibles al frío, al contrario que los vasos sanguíneos, nervios y otras estructuras”, desgrana la doctora.
Al someter ciertas partes del cuerpo con grasa localizada a esta exposición de frío, “se acelera la apoptosis o muerte celular, es decir, estas células se cristalizan y se rompen, y son eliminadas por sistema linfático”, indica sobre el procedimiento, que se realiza tras haber examinado al paciente y ver si es compatible.
La doctora asegura que es un tratamiento, por el momento, por el que optan tanto hombres como mujeres. Los efectos son irreversibles, aunque puntualiza que únicamente en la zona tratada y siempre y cuando se complemente con un estilo de vida saludable, cimentado en la alimentación variada y la actividad física.
“El cuerpo humano está constituido desde 15 a 25% por grasa contenida en adipocitos, que se forman durante la gestación y se incrementan hasta la adolescencia, momento en el cual dejan de crecer en número, pero sí en volumen”.
Por este motivo, el tratamiento, pese a causar furor en algunas redes sociales con público mayoritario de la generación Z, como TikTtok, no es aconsejable hasta pasada la adolescencia y hasta el fin del desarrollo de la salud hormonal.
Como resultados de este procedimiento que se utiliza en muslos, flancos, caderas, vientre, piernas, brazos, espalda y papada, se puede reducir “entre un 23 y un 50% de la grasa localizada”.
Los milagros no existen: Complementario a deporte y alimentación sana
Ante el auge de este tipo de tratamientos y huyendo del temido y peligroso “efecto milagro”, la doctora resalta que este tratamiento “no es sustituto de una dieta saludable y ejercicio”, y que además está indicado “para personas con normopeso que desean tratar las acumulaciones de grasa en zonas específicas”.
Es decir, aquellas con sobrepeso necesitarían recurrir a otro tipo de tratamientos, o bien utilizar este tipo de técnica en la parte final del proceso de adelgazamiento y de forma complementaria. También se desaconseja en aquellas personas que poseen “grasa visceral”, aquella que se sitúa rodeando los órganos en la zona abdominal.
Santacruz aclara que cuando hablamos de pérdida de peso, nos referimos “a la bajada de masa corporal, compuesta por masa muscular, agua y grasa, mientras que perder grasa responde específicamente a la masa grasa, un objetivo más concreto y saludable”, apostilla.
75 minutos y varias sesiones
Para someterse a esta intervención “no se requiere cirugía, ni anestesia ni pre o post operatorio, por lo que puedes incorporarte a tu rutina tras el mismo”, explica la técnica en CoolSculpting María Martos, desde Centros AEVO, sobre uno de los aspectos que más inciden en los pacientes a la hora de decantarse por este procedimiento.
Los resultados, según señala, son visibles “a partir de tres o cuatro semanas”, aunque enfatiza que “depende del paciente, el área a tratar y las necesidades”, y especifica que la media de sesiones aplicadas suele ser dos, aunque si hay pacientes con poca cantidad, en ocasiones una única sesión puede bastar.
Con una almohadilla de gel que actúa como conductor del frío y un aplicador específico para la zona a tratar, la sesión dura, aproximadamente, unos 75 minutos, tiempo necesario para que el frío actúe “sobre la grasa subcutánea, preservando la piel y los tejidos de alrededor”.
“Al principio se puede notar el frío en la piel, después este mismo actúa como anestésico endormeciendo la zona”, explica Martos sobre uno de los efectos del tratamiento durante la aplicación del frío, previo a un masaje final. “Es importante masajear la zona con energía, para así reactivar al área”, indica.
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