Uno de los lugares más recordados por los habitantes del Vedado es sin duda alguna el famoso restaurante, panadería y dulcería El Carmelo situado en Calzada (calle 7) # 515 esquina a la calle D muy cerca del Parque de Villalón y del Teatro Auditórium inaugurado el 2 de diciembre de 1928.
El Carmelo, antiguamente fue un bodegón de madera de un español de apellido Álvarez.
Debido a la cercanía, estuvo muy vinculado a la conocida Sociedad Pro-Arte Musical y al Teatro Auditórium.
Su dueño en 1958 era el Sr. Luis Pérez López.
El público frecuentaba este famoso lugar en la esquina del Parque Villalón durante los intermedios o finales de los conciertos u otras funciones.
Fue tradicionalmente un sitio de encuentro de los miembros de Pro-Arte, del Ballet, de la Sinfónica y de muchas personalidades de la cultura nacional, así como de los vecinos de El Vedado.
Era muy frecuentado para desayunar, almorzar, merendar o cenar.
Reconocido por sus excelencias culinarias, sus famosos helados y los variados sándwiches que eran las delicias de sus asiduos visitantes. Aunque el que más se internacionalizó fue el sándwich Elena Ruz, creado allí mismo.
Desde finales de la década de 1920, la jovencita Elena Ruz Valdés-Fauli acostumbraba a ir de visita a casa de la familia Párraga, que vivía en una de las amplias casonas en la misma cuadra del restaurante El Carmelo y donde Elena y sus amiguitas iban a refrescar.
Según relatos del escritor George Childs, la propia Elena Ruz le contó: “que casi todas eran alumnas de la escuela El Sagrado Corazón y se reunían en ese lugar para comer y hablar de las cosas que hablaban todas las adolescentes de la época”.
El restaurante funcionaba 24 horas, todos los días.
Un día llegó Elena con varios amigos que venían de un baile y le preguntó al camarero si le podía hacer un sándwich a la carte o sea a su gusto, algo que no estaba en el menú, cosa que en la mayoría de los restaurantes de ahora no suelen complacer.
Se trataba, como ella misma le contó a Childs: un pan de medianoche (el cual debía de tostarse por sí solo hasta que estuviera durito y calentito), se le ponía pechuga de pavo asada, queso crema majado o batido, mermelada de fresa y lechuga”.
El camarero después de verificar qué disponibilidad había en la cocina, le respondió que sí. Ahí nació el Elena Ruz.
Durante más de un año, cada vez que Elena Ruz visitaba el lugar, pedía su extraña y deliciosa combinación, hasta que un día se le ocurrió pedirle al encargado que debía de incluirlo en el Menú para no tener que explicarle lo mismo cada vez.
Esto coincidió con la Semana Santa y un viaje de Elena a Varadero y posteriormente el encuentro con su amiga Sesita Sola quien le informó que había soñado que el sándwich la iba a ser famosa.
Esa misma noche cuando Elena y sus amigas volvieron al Carmelo tuvieron la sorpresa de ver un letrero en luz neón que decía: “Sandwich Elena Ruz, 25 centavos”.
En El Carmelo se hacían los helados en sorbetera, con cremas seleccionadas francesas. El de chocolate se confeccionaba con el famoso chocolate Menier (negocio familiar francés desde 1864 hasta 1960 que se unió a Cacao Barry y en 1988 lo adquirió la empresa suiza Nestlé) y el otro sabor de helado muy solicitado era el de mantecado.
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