El cubano que le hablaba inglés a los caballos

Written by Libre Online

6 de mayo de 2025

Por José “Chamby” Campos

Estaba sentado preparando el artículo de esta semana frente al televisor mientras revisaba las noticias deportivas. De pronto comenzaron a mostrar el evento del día y me hizo cambiar de tema, la nota en la que estaba trabajando la dejé a un lado y será el trabajo de la próxima edición.

El primer sábado del mes de mayo se lleva a cabo la carrera de caballo más famosa del mundo. El “Kentucky Derby” es el primer eslabón de la preciada Triple Corona en el hipismo norteamericano.

Una tarde donde la sociedad norteamericana se reúne para celebrar la prestigiosa competencia de una manera que ya no existe en los deportes. En mi opinión este acontecimiento es la realeza de todo evento deportivo.

Inmediatamente me di cuenta de que tenía frente a mí la gran oportunidad de hacer un trabajo sobre una gloria de Cuba al cual no se le da el mérito que se merece.

No transcurre un momento sin que me maraville de los triunfos de mis compatriotas en lo que se refiere a deportes. Siempre se mencionan el beisbol, el boxeo, las olimpiadas, obviamente no puede ignorarse el ajedrez; pero en raras ocasiones hablamos del hipismo.

Es por eso que hoy he escogido este tema y traigo la historia del cubano más exitoso dentro de la actividad de los equinos.

Lázaro Barrera vio la luz en el municipio de Marianao el 8 de mayo de 1924 y desde ese momento el destino le tenía reservado un espacio en el mundo de los nobles cuadrúpedos. Primero su padre fue un jockey y su nacimiento ocurrió ocho días antes que se llevara a cabo la edición número 50 del Kentucky Derby.

Lázaro creció en un hogar donde las carreras de caballos eran el sustento de la familia. Fue el noveno en una familia de 12 hijos donde su padre fue en un momento jinete y su abuelo dueño de la tierra donde más tarde se construyera el famoso hipódromo Oriental Park. Nueve de sus hermanos estuvieron involucrados en la industria; entre ellos Luis, Guillermo, Ángel y Oscar llegaron a ser entrenadores.

Su carrera comenzó en el propio hipódromo habanero caminando a los animales y de ahí cuando obtuvo su licencia de entrenador se marchó a la ciudad de México a principio de los años 40.

En la tierra azteca triunfó enormemente llegando a ser el mayor ganador; pero el trato de los dueños lo decepcionaron de una manera que en 1948 tomó rumbo hacia California. Allí se estableció demostrando su calidad de entrenador.

A pesar de su gran trayectoria a través de los años en diferentes pistas tanto en EE.UU. como en el extranjero nunca se le categorizaba entre los mejores del oficio. 

Todo esto cambió cuando el matrimonio multimillonario compuesto por Louis y Patrice Wolfson, dueños de grandes establos en la ciudad de Ocala aquí en la Florida, lo contrataron para que entrenara al potro Bold Forbes el cual era una gran promesa. Sin embargo, los expertos consideraban que el caballo solamente contaba con velocidad y no con la resistencia para ganar una carrera en las competencias grandes.

La oportunidad brindada por los Wolfson resultó ser una decisión que culminó llevándolo a la inmortalidad.

De su mano, Bold Forbes, calificó para el Kentucky Derby de 1976. Ese primero de mayo con Ángel Cordero en la montura sorprendió a los favoritos y conquistaron la prestigiosa “Corona de las Rosas”.  Finalmente, los Wolfson obtenían el trofeo que tanto habían deseado.

Para el habanero ese día fue un momento de gloria. El Derby es el premio más deseado por todo entrenador; pero en adición a esta victoria se llevó el primer lugar en el Derby de Illinois con su caballo “Life’s Hope” y su monta “Due Diligence” también repitió la hazaña de los otros dos en el Carter Handicap del hipódromo Aqueduct en Nueva York. Tres primeros lugares en tres carreras legendarias el MISMO DÍA.

Si Bold Forbes lo consagró como uno de los mejores entrenadores de su época, dos años más tarde apareció el caballo que lo inmortalizaría, su nombre “Affirmed”. 

Barrera lo enlazó a un joven jinete de 17 años, Steve Cauthen, y juntos los tres lograron lo que solamente diez caballos habían conseguido en 104 años de existencia, la “Triple Corona”. Su sociedad con los Wolfson había sido beneficiosa para toda la escuadra.

Las tres carreras, (Kentucky, Preakness y Belmont), quedaron impregnadas en la historia como clásicos pues todas fueron decididas en el último instante y siempre frente al mismo rival, el gigante Alydar.

Cuando su labor dentro de las pistas concluyó, dejó una estela de victorias muy extensa para publicar en este artículo ya que entrenó más de 140 ganadores de carreras importantes, incluyendo J.O. Tobin, It’s In The Air, Lemhi Gold y Tiffany Lass.

Ganador de dos Kentucky Derby, dos Preakness Stakes y un Belmont Stakes fue reconocido con cuatro premios Eclipse consecutivos (1976-1979), galardón que se le entrega al mejor entrenador. Finalmente fue exaltado al Salón de la Fama del Museo Nacional de Carreras en 1979.

Laz, como era conocido en el ámbito, se marchó de este mundo el 25 de abril de 1991 en la ciudad de Downey, California. No sin antes haber escrito una de las páginas más hermosas en el mundo de las carreras de caballos. En su honor el hipódromo de Santa Anita en California tiene un evento anual que lleva por nombre el “Lázaro Barrera Stakes”.

Affirmed fue su caballo favorito al cual lo llamaba “Joe DiMaggio”. Como la gran mayoría de los cubanos, Lázaro era un aficionado a la pelota y seguidor de Los Yankees de Nueva York; siendo su jugador predilecto el inolvidable Yankee Clipper.

Siempre confiado en su habilidad de entrenar decía “Muchas personas no entienden mi inglés. Si no me entienden no me molesta porque mis caballos me comprenden perfectamente”.

Descanse En Paz otro ilustre cubano.

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