Tenía yo 10 años, debo haber medido cuatro pies de estatura y firmemente decidí ser chulo cuando fuera grande.

Desde el mismo instante en que por mi casa -en la calle Pinillos 463- pasó un coterráneo manejando un precioso Cadillac blanco cola de pato, convertible, y en el asiento trasero iban muy emperifolladas tres lindas y hermosas damas me quedé impresionado.

Le pregunté a mi padre: “Viejo ¿quién es el tipo ese?” Y me respondió: “Se llama Mingo Troya, es amigo mío, siempre vota por nosotros los Auténticos, es chulo”…

¿Qué es eso papi, qué es ser chulo, eso es un trabajo?” Y el viejo -como siempre lo hizo, hablándome como si yo fuera un hombre hecho y derecho- me explicó con lujos de detalles lo que era ser un chulo.

Desde luego, mi padre esperaba una reacción muy diferente a la que tuve. Le dije: “Papi, ya está decidido quiero ser chulo, ya no quiero ser cura como el padre Enrique Méndez, quiero ser como Mingo Troya”…

Mi padre no salía de su asombro, mientras yo le preguntaba: “¿Cuántas mujeres tiene Mingo? Yo voy a tener más que él”…

Mi padre al fin se recobró del susto, se rió, y me dijo: “Esteban de Jesús, tú puedes  ser lo que tú quieras en la vida, pero primero tienes que complacerme a mí: Debes hacer el bachillerato, después ir a la Universidad de La Habana y traerme tu diploma de Abogado”, acto seguido estás a tu libre albedrío”…

Pasaron los años, prácticamente me olvidé de Mingo y de su Cadillac, hasta que una tarde mi padre estaba hablando y comprándole unas Selecciones al maestro Juan Miguel Ayala y Mingo nos pasó por delante, los saludó afectuosamente, entrando en la Viña Aragonesa.

Ayala le dijo a mi padre: “Imagínate, Esteban, que mi hijo Eduardo Ayala lo ve echando gasolina en la Shell de Reina y Dos y me dijo que quería ser chulo como él“. Los dos se rieron.

Al regresar muy serio le dije a mi padre: “Papi, tú no te preocupes, la competencia de Ayalita me tiene sin cuidado porque él es más feo que yo, y yo voy a ligar más jebas que él”…

Mi padre burlón me respondió: “Mira, mojón atrevido, entre tú y Ayalita juntos nos hacen un Mingo Troya”…