DR. JOAQUíN MESO LLADA, un humilde cubano con la misión de ayudar a los suyos

Written by Demetiro J Perez

27 de junio de 2023

Esta es la historia de un avileño que nació de una familia llena de cubanía, dedicación, respeto por sus semejantes y con un alto contenido de servicio público.

Biquín, como todos le conocíamos nació en la ciudad de Ciego de Ávila el 18 de enero de 1924.

Su padre, abogado, Joaquín Meso Quesada y su madre Anita Llada Diego.

La simbiosis de estas dos familias creó a los Meso Llada en una gran casona de puertas abiertas, con mesa servida para todo el que llegara y, sobre todo, prestos a las discusiones políticas, al análisis de las situaciones de mayor actualidad y pioneros en la ilusión quimérica de cambiar las cosas mal hechas y construir caminos nuevos. Dos pilares sólidos de la historia avileña, que si fuéramos hoy a describir sus múltiples contribuciones al desarrollo, no solo de nuestro pueblo sino de muestra patria, tendríamos que escribir un libro de historia o un anecdotario político y social enorme. Así nació Biquín.

Su padre, el abogado y notario Meso Quesada fue dos veces elegido Representante a la Cámara, en 1936 y 1940 por Ciego de Ávila (Camagüey) y uno de los 76 delegados escogidos en noviembre de 1939 para crear La Constitución de 1940. Falleció en Caracas, Venezuela en julio de 1981. 

El viejo Meso, como se le conocía comenzó como abogado-notario en 1921 hasta que le pasó su bufete a su hijo Biquín en 1951 luego de graduarse en La Universidad de La Habana.

Biquín era hermano de Manuel (Manolín) y de Silvia. Desde muy joven se destacó como pelotero en su ciudad natal, jugando casi siempre como torpedero.

Alto, buen mozo, inteligente, una combinación explosiva, así fue siempre Biquín. Una explosión de solidaridad, de amistad elevada a la máxima potencia, de dedicación y sobre todo de una humildad extrema.

Biquín se forjó en el crisol ardiente de esa familia, al calor de las continuas discusiones políticas, sociales, filosóficas, religiosas y hasta deportivas. Aprendió desde siempre a respetar el derecho de cada cual a pensar y actuar libremente y a defender la diversidad de opiniones como una muestra inequívoca del ejercicio de la democracia. 

Tempranamente supo unirse a los esfuerzos por mejorar el futuro de nuestra patria y junto con la totalidad de familiares y amigos dio calor, apoyo y todo su esfuerzo por lo que parecía un intento serio de llevar la justicia social, la equidad, el bienestar y sobre todo la libertad a la totalidad de la nación. También tempranamente supo descubrir la traición a los principios martianos que guiaron los primeros pasos del proceso revolucionario y se enfrentó abiertamente a los traidores, militando activamente en actividades directivas y organizativas en contra del sistema totalitario que se instalaba de modo acelerado con la cooperación de tontos útiles, de traidores asalariados y del comunismo internacional que vio abierta la oportunidad de colocar una punta de lanza en El Caribe. 

La historia política de esa época y sus repercusiones en las familias cubanas, en la sociedad y en la economía y desarrollo de la nación, es de todos conocida. Por suerte o por desgracia somos parte del fenómeno y no hay excepciones. Todos hemos sufrido de una u otra forma los efectos de la gran traición que convirtió un sueño, en pesadilla. 

Sin duda alguna, Biquín fue un hombre que tuvo un capítulo de honor bien ganado en nuestro rico patrimonio y el Dr. Marcelino Mata que conoció muy bien a su familia ha dado fe de todo lo expresado anteriormente.   

La primera residencia de la familia Meso Llada, estaba en la calle Maceo entre Independencia y Joaquín Agüero, después se mudaron para Chicho Valdés (Carretera Central) #116 Oeste entre Maceo y Simón Reyes. Donde mismo tenían el Bufete de Abogado y la Notaría. 

Su padre Joaquín además de ejercer como abogado y notario público fue profesor en el Instituto de Segunda Enseñanza de Ciego de Ávila. 

Durante sus años de estudios universitarios, Biquín jugó en la Liga de Pelota Amateur como torpedero, con el Club Miramar. 

Su pasión por el Béisbol lo mantuvo activo, jugando y dirigiendo equipos de Soft Ball hasta que pudo hacerlo.

Tanto él como su hermana Silvia fueron luchadores en el clandestinaje contra la dictadura de Fulgencio Batista en el Movimiento 26 de Julio y al triunfar la Revolución en enero de 1959, Silvia formó parte de un triunvirato de alcaldes junto al Dr. Abelardo Florido y Mario Rivero.

Pero Biquín, nunca ocupó cargo alguno en el gobierno de Batista y tampoco en la otra dictadura.

Muy temprano Biquín se dio cuenta de la traición de Fidel Castro.

El 13 de marzo de 1960, David Salvador Manso, los hermanos Gabriel y Guillermo Hernández Custodio, José (Bebo) García, Hiram González, José Richard Heredia, Carlos Rodríguez Quesada y Luis Israel Abreu, fundaron en La Habana el Movimiento Revolucionario 30 de noviembre Frank País (30/11).

Nombraron al dueño de la Emisora Radial CMJO, Ernesto Idelfonso Duque, Coordinador del Movimiento en Ciego de Ávila y responsable de organizar Morón y Jatibonico. 

Posteriormente, David Salvador y otros miembros fundadores del 30/11 fueron capturados cuando trataban de escapar en una embarcación por la costa de Jaimanitas y luego que, Idelfonso Duque se asiló en la embajada de Venezuela en La Habana, Joaquín Meso Llada y Leopoldo Antonio (Ñico) Morgado fueron nombrados Coordinador y Sub-Coordinador, respectivamente, de la provincia de Camagüey. Entonces Biquín, se dio a la tarea de reorganizar el Movimiento 30/11, nombró en Ciego de Ávila a Eduardo Bello, Isidoro Rivero y Guillermo Valdés al frente de distintas Secciones, Evelio Machín, de Morón, responsable de la Sección Obrera de la provincia, Luis de Miranda Coordinador de la ciudad de Camagüey y José Manuel Trujillo, también de esa ciudad, en otra Sección del Movimiento.

El sábado 8 de abril de 1961 se produjo una reunión en la finca de Rafael Leyva López, situada en La Vallita, 15 km. al Este de Florida y 25 km. al Oeste de la ciudad de Camagüey.  Allí se encontraban reunidos miembros de por lo menos ocho organizaciones contrarias al gobierno comunista para coordinar las acciones a tomar antes y durante la invasión que se suponía llegaría en una fecha no conocida por ellos, pero que ya estaba en marcha desde Guatemala-Nicaragua.

Unos militares castristas que venían por la Carretera Central hacia Camagüey llegaron para observar un carro que les pareció sospechoso y ahí comenzó la refriega donde el sargento Omar asesinó al moronero, José Luis Oria Finales (#2625) uno de los cinco miembros del grupo de infiltración de La Brigada 2506 que estaba destacado para operar en la provincia de Camagüey y resultó ser el primer brigadista muerto en suelo cubano.

El capitán Armando Pérez Ruiz había sido dominado y desarmado por Luis de Miranda y William H. Patten pero, todo terminó al llegar otros militares a la casa.

Fueron detenidos 17 personas y llevadas a la prisión de Camagüey.

El miércoles 13 de septiembre de 1961, se celebró el juicio por el Tribunal Revolucionario de Camagüey conocido como Causa 178 de 1961 y se condenó a pena de muerte por fusilamiento a William H. Patten Tabares, que se había infiltrado unas semanas antes. 

El resto de los 16 patriotas fueron condenados a distintas penas de cárcel por el delito de conspirar contra los poderes del estado. Inmediatamente después de terminado el juicio William H. Patten Tabares (CIA) fue llevado al campo de tiro y fusilado. Los otros 16 condenados se nombran: Jorge Antonio Horstman de Varona (Triple A), Joaquín. Meso Llada (Biquín) (30-11), Wilfredo Burgos Valdivia (MRP), Luis Rodolfo de Miranda Ramírez (30-11), Santos Soto Rubio (Directorio), Raúl Marcelo Rodríguez Fernández (MDC), José Álvarez Bigas, Horacio Otaola Farracho (Rescate), Rafael Leyva López (30-11) dueño de la finca, José Manuel Trujillo Hernández (30-11) José Bou Badrena (Rescate), Dr. Raúl Fernández Peris-Paret, Dora Victoria Reyes Gómez, Gustavo Quirós de la Torre (Rescate), Humberto Estenoz León (Rescate) y  Gustavo Caballero del Risco (MRR).

Biquín fue condenado a 30 años de prisión y junto a todos los otros hombres fue llevado hacia Isla de Pinos el 29 de septiembre de 1961.

Biquín cuando jugaba en el Miramar Yacht Club había conocido a la joven Gloria, se casaron, pero el matrimonio no duró mucho porque ella no quería vivir en “el campo”, como llamaban los habaneros a toda tierra fuera de la capital. Luego por insistencia, su novia avileña logró mediante el cansancio enlazarlo, pero aquel segundo matrimonio resultó para Biquín, un tremendísimo fracaso. 

Por suerte, Dios lo premió al conocer y enamorarse de la gran dama María Andrea Reyes (nacida en el Central Stewart en 1933) entonces sí fue un verdadero matrimonio, una gran unión hasta el final de sus vidas.

Cuando murió su mamá Anita, trajeron a Biquín custodiado y vestido de amarillo al funeral.

A mediados de la década de 1970, Biquín fue trasladado de la prisión de Isla de Pinos a la de Kilo 7, al norte de la ciudad de Camagüey, en la carretera hacia Nuevitas y algo no muy usual cuando le dieron la libertad condicional, le permitieron seguir trabajando, como expreso, en la misma prisión.

Su hermana Silvia, desde varios años atrás se había exiliado en Caracas, junto con su esposo Irvin Pérez de Corcho, su hija Ana Silvia y su padre el Dr. Meso Quesada. Silvia siempre estuvo haciendo gestiones para lograr sacar a Biquín de Cuba y llevarlo hacia Venezuela. Tanto hizo que lo logró y en julio de 1978, en un avión enviado por Carlos Andrés Pérez y el canciller Simón Alberto Consalvi para llevarse algunos ciudadanos venezolanos, en la lista de pasajeros estaban Biquín y María Andrea. ¡Desde Kilo 7 hasta Bello Monte! en cuestión de horas, después de haber estado 17 años en las prisiones castristas.

Solamente después de comerse unas cuantas arepas, comenzó Biquín su labor de ayudar a sus compañeros que quedaron atrás. 

El día 8 de diciembre de 1978, cuando nos encontrábamos miles de expresos en el Hotel Riviera, del Vedado, estaba hablando con algunos amigos cuando conocí a Eduardo García Moure (1933-2018) que había llegado con la delegación de Venezuela a tratar de lograr con el dictador en jefe, la liberación de presos políticos. El presidente CAP, había autorizado a tres cubanos para realizar estas gestiones, presididas por Monseñor Eduardo Boza Masvidal, junto con García Moure y Joaquín Meso Llada. Aunque solamente EGM fue el que viajó a Cuba.

Esas conversaciones cubanas-venezolanas fructificaron y unos pocos días después, el 24 de diciembre despegó el primer avión de Aeropostal desde el aeropuerto José Martí hasta Maiquetía llenos de expresos y sus familiares. El segundo fue al otro día, el 25.

Por supuesto, cuando llegaba el avión, al pie de la escalerilla estaba Biquín, unos ya lo conocían y otros lo conocieron ese día. La mayoría de los recién llegados fueron atendidos por la comunidad cubana y albergados en el edificio de la Universidad de Trabajadores de América Latina (UTAL), que pertenecía a la Organización Central Latinoamericana de Trabajadores (CLAT) en Los Teques, a unos 25 km al suroeste de Caracas y Eduardo García Moure, era su secretario general. Unos pocos meses después pasaron al edificio de la Cruz Roja de Caracas. En este lugar se estableció un almacén de ropas donadas para quien las necesitara, porque el gobierno cubano permitía a los emigrantes, llevarse muy pocas pertenencias.

Según el propio Eduardo dice en su libro, gracias a su negociación 1,030 expresos llegaron a Venezuela. Mi esposa mi hija y yo llegamos por esa vía, gracias al cónsul venezolano en La Habana, José María Roa que me visó los pasaportes en su casa en Miramar.

Había comenzado el éxodo hacia Venezuela y en esos momentos Biquín ya estaba empezando a confeccionar lo que el 27 de octubre de 1979 se convirtió en La Lista #1, al llegar aquel el primer avión coordinado por él y la oficina del Ministro de Relaciones Interiores, Rafael Andrés Montes de Oca Escalona (1930-2012), conocido por Pepi. Creo recordar que su secretaria era Marta y Biquín le daba órdenes como si fuera el viceministro.

Las condiciones para conceder las visas fue que los que llegaran no podían ser carga pública y el Comité que además de los tres originales, ya se había ampliado, aceptó el reto, la cooperación de los cubanos residentes en toda Venezuela se fue ampliando, empezaron las contribuciones de dinero, ropas, zapatos, atención médica hasta búsqueda de trabajo para los nuevos inmigrantes.

Esto culminó con el alquiler de una enorme casa que se conocería como la Quinta Doña Dilia en Prados del Este, muy cerca del Centro Comercial Concresa.

Esta Quinta luego pasó a llamarse El Hogar Cubano Raúl Rodríguez Fernández (expreso recién fallecido). En este sitio llegaban todos los que no tenían donde vivir, aunque se crearon otros alberges en Caguas, Maracay y Naguanagua en Valencia.

Vale la pena aclarar que, aunque hubo muchos cubanos ayudando en esta enorme tarea, Biquín fue el único que dedicó todo su tiempo a este propósito. Se calcula que fueron más de 16,000 las visas otorgadas por varios gobiernos venezolanos y más de 11,000 los cubanos que recibieron ayuda sin tener que pagar un solo bolívar, ni ellos ni el gobierno de turno.

La generosidad de los cubanos residentes, para los recién llegados siempre fue muy importante y abundante. 

Los primeros meses Biquín por no tener salario alguno, dependía de amigos para poder moverse y sobre todo llegar hasta el aeropuerto a recibir los cubanos que llegaban.

Uno de sus colaboradores y amigo se llamaba Onel Díaz y cuando quiso regalarle el Ford 1978 modelo Fairmont de su hija, Biquín se negó aceptarlo. Entonces le dijo que era un préstamo hasta que su hija que estaba estudiando medicina en República Dominicana regresara a Valencia. Una mentira piadosa que funcionó, resultándole ese carro una gran ayuda por muchos años. 

Otra anécdota que conocí de primera mano, Luis Fernández, el dueño de LUFERCA, se enteró que en el apartamento donde vivían Biquín y María Andrea, siempre junto a otros expresos, se le había roto el refrigerador. Luis que los fabricaba y los vendía, le envió uno de regalo. Cuando llegó la camioneta con la nevera, Biquín no aceptó el regalo y le dijo al chofer: “dígale a Luis que lo que necesito es arroz y frijoles para los cubanos en Doña Dilia”. Finalmente, Luis le respondió: “si no aceptas la nevera no habrá frijoles ni arroz”. Y solamente bajo esta premisa fue que hubo agua fría y hielo en aquel pobre, pero dulce hogar.

Biquín siempre contó con el respaldo de su abnegada esposa María Andrea, ella nunca dejó de apoyarlo en aquella tarea que no producía beneficios, salvo la satisfacción del deber cumplido y la segura ingratitud de los hombres.

Cuando se creó en Caracas, la Unión de Expresos Cubanos, Joaquín Meso Llada, fue su primer presidente. Tanto Biquín como su hermana Silvia formaron parte de la directiva del Movimiento 30 de noviembre, en Venezuela.

Biquín y María Andrea, participaron en el Congreso de Expresos Políticos Cubanos celebrado en North Bergen, N.J. en 1992.

El domingo 24 de mayo de 2009, más de 200 personas se hicieron presentes en el homenaje a Biquín y María Andrea, preparado por la directiva del Círculo Cubano Venezolano de Valencia, Venezuela. El masivo acto fue organizado por Benedico, Vila, Martínez, Pérez y García, todos pasados presidentes del CCV. Los oradores fueron Liliberth Fernández Valdés y Julio García.

El Comité de Damas del CCV le hizo entrega al matrimonio Meso Reyes numerosos regalos.

Pedro Corzo organizó el sábado 9 de junio de 2012 un merecido homenaje para ellos dos en el Renaissance Ballrooms de la calle 8 y la 59 Avenida. Allí luego de la interpretación a violín de La Montaña, el himno de los presos cubanos por Manuel Villanueva Martínez (1939-2016) el Villa, comenzó el patriótico acto donde numerosos compañeros de presidio hablaron y otros le ofrecieron placas, certificados y hasta banderas. El salón estaba totalmente lleno de personas y seguramente fue el último acto de agradecimiento hacia Biquín porque 490 días después falleció en Caracas, era el 13 de octubre de 2013.   

Anteriormente había fallecido su cuñado Irvin Pérez de Corcho y su hermano menor, Manolín. Después de Biquín falleció su querida María Andrea y finalmente Silvia, su hermana.

Biquín, el hombre que repartió ayuda, solidaridad, cariño y amistad a manos llenas, no acumuló riquezas, aunque podría haberlo hecho. Todos sus esfuerzos se dedicaron a facilitarle a los cubanos perseguidos, el apoyo necesario para poder comenzar una nueva vida lejos de la patria. Los innumerables ejemplos de su obra le han ganado homenaje póstumo de sus coterráneos, que se hace presente cuando intentamos igualarle en dedicación, humildad y decoro. 

Ya lo dijo nuestro apóstol: “cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es robarles a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana.”

Biquín lo demostró a plenitud. ¡Sigamos su ejemplo, que se necesitan muchos patriotas de su talla para reconstruir la patria! 

Quiero agradecer a estos amigos que me ayudaron con esta historia real: Berta Gómez de López Matías, Yolanda Llada, Pedro Corzo, Antonio (Ñico) Morgado, Pedro Fraginals, José Bello, Marcelino (Mimi) Mata y Luis Miranda.

¿Qué labor estará haciendo ahora Biquín en La Casa del Padre?

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