POR LUIS DE LA PAZ

Especial para LIBRE

El importantísimo Instituto de la Memoria Histórica Cubana contra el Totalitarismo, que ha venido realizando una labor de investigación y detallada documentación del acontecer cubano bajo el castrismo, a través de entrevistas, foros de debate, documentos que han podido atesorar y publicación de libros, entre otras gestiones, ha realizado también varios documentales para exponer lo que ha sucedido en la Isla e involucrado a cubanos.  

El más reciente trabajo fílmico es Operación Makasi, sobre la participación de cubanos del exilio en la guerra de Angola donde el gobierno cubano envió a más de 300,000 soldados en calidad de tropa de ocupación, resulta realmente revelador. Esa guerra enlutó a muchas familias cubanas por el alto número de bajas cubanas, la mayoría de ellos sepultados en África, a lo largo de los dieciséis años de guerra. 

La participación de cubanos desterrados en esa guerra es un hecho poco conocido. Para conocer sobre el documental conversamos con Pedro Corzo, figura fundamental en el Instituto de la Memoria Histórica Cubana contra el Totalitarismo y con Wenceslao Cruz, el director del documental Operación Makasi.  

—Hay eventos relacionados con la intervención cubana en Angola conocidos, pero de lo que aconteció en Masaki no se habla mucho. Pedro, cuéntanos qué pasó en ese lugar y su relevancia histórica.

La intervención castrista en Angola es harto conocida. El sistema se dio a la tarea de divulgar al máximo esa gestión imperialista y en demostrar al mundo que el último ejército hegemonista del mundo de habla hispana no respondía a Madrid sino a La Habana y Moscú.

Makasi fue una operación estadounidense en la que numerosos cubanos aceptaron participar porque me atrevo a afirmar que la mayoría de nuestros compatriotas estaban convencidos de que al terminar en esa región de África serían apoyados en la lucha para destruir el totalitarismo. Generoso Bringas y otros en las entrevistas lo afirman.

Se puede decir que en ese periodo de la historia Fidel Castro mostró al mundo su disposición a producir un conflicto mundial de características brutales, a pesar de los riesgos ocurrido en octubre de 1962. Castro involucró en sus ambiciones imperialistas a China y la URSS, tal y como había hecho con este último país durante la crisis de los misiles.

Es justo decir que los cubanos libres combatieron en el Congo, pero también fueron a Angola para enfrentar a los castristas. Fue una experiencia difícil para ellos ya que no contaban con el respaldo de ningún país.

Los cubanos nos podemos sentir orgullosos de que esa presencia en África fue de carácter militar, también de solidaridad humana personificada por el Miami Medical Team, una entidad de respaldo de la que particularmente me siento orgulloso. 

—Cómo surge la idea de hacer esta película.

En primer lugar, como Instituto de la Memoria Histórica Cubana contra el Totalitarismo tenemos la misión de recoger todas las formas de lucha contra el sistema totalitario cubano y el conocer la participación de compatriotas exiliados en este enfrentamiento, nos condujo a producir este documental y a publicar hace varios años atrás un libro, mucho más explícito.

Nosotros iniciamos la investigación sin imaginar las proporciones y lo complejo de los acontecimientos. En la década de los 60 el continente africano se abrió al mundo al arribar muchos países a su independencia y razonablemente Castro se involucró en la contienda porque él siempre padeció de ambiciones hegemónicas. El castrismo buscó involucrarse en los asuntos internacionales por eso los asuntos africanos ocupaban grandes espacios en la prensa oficial que ya era prácticamente toda.

Hay que tener presente que en las tres armas que participaron en el conflicto estuvieron involucrados los cubanos, tanto en la marina, infantería como fuerza aérea donde perecieron cuatro pilotos de la Isla y se afirma que uno de ellos fue comido por caníbales. Algunos de estos hombres fueron integrantes de la Brigada 2506 y otros habían participado en una gesta armada de carácter naval que se organizó desde Nicaragua contra el castrismo en esa época.

—Wenceslao Cruz, el director, nos dice cómo se involucró en el proyecto. 

Con Pedro Corzo es muy difícil negarse a trabajar en algo relacionado con un proyecto del Instituto. Él vive por Cuba, su esposa Luz, su hija y nietos. He tenido la suerte de trabajar con dos grandes cubanos de forma muy estrecha, unos patriotas invaluables del exilio, ambos periodistas, además “padres” por el sentimiento de cariño que ambas relaciones marcaron, y marca aún con Corzo, mi existencia.

—¿Cómo ha sido el proceso de edición?

La edición, y te darás cuenta durante la proyección del filme en FIU, el próximo 28 de marzo, cuenta con un material antiguo, los materiales, micrófonos y calidad de las cámaras, nada tienen que ver con las actuales, y pese a ello, creo que logramos tener la calidad suficiente como para brindar una realidad por muchos desconocida, y sobre todo hacer un homenaje a esos valientes cubanos.

—Pedro Corzo se refiere a la larga trayectoria del Instituto documentando la historia. ¿Cómo valoras tras tantos años el material acumulado y de qué manera piensas que podrá ayudar a la reconstrucción histórica de Cuba?

Hasta el momento tenemos 16 documentales producidos con el respaldo de tres cubanos talentosos, Luis Guardia, Daniel Urdanivia y Wenceslao Cruz y hemos publicado cerca de una treintena de libros por diferentes autores entre ellos José Antonio Albertini, Ramiro Gómez Barruecos el desaparecido Amado Rodríguez y próximamente publicaremos un libro sobre los Desaparecidos del Castrismo de Daniel Pedreira.

Todos nosotros tenemos la convicción que todos estos materiales, así como las conferencias que impartimos mensualmente y las entrevistas serán elementos necesarios en la sociedad cubana del futuro. El usufructuo de la Libertad y los Derechos obliga a conocer el pasado, sin ese bagaje es fácil en incurrir en los errores que condujeron a la pérdida de nuestras prerrogativas como ciudadanos.

Las nuevas generaciones deben tener la oportunidad de conocer lo que hicieron sus padres y abuelos y actuar como consideren más justo. 

—No es la primera película que haces para el Instituto, ¿Qué significa para Wenceslao Cruz trabajar para una organización enfocada en documentar la historia?

Realmente no me considero trabajador para el Instituto, ni quisiera me vieran así por recibir alguna remuneración. Creo que ninguno de los Directores y miembros tampoco consideran el esfuerzo y tiempo que dedican, e incluyo a todos, como merecedor de remuneración, lo hacen por amor a Cuba, y sobre todo por la verdad que se les ha negado y niega a nuestros compatriotas de la isla.

Dicho esto, colaborar con el IMHCT, es como aglutinar en una organización a otras muchas, igualmente valiosas, que con su actuar le brindan mucho material. En ellas incluyo al Pen de Escritores del cual fuiste su presidente; A Plantados que dirige el también Director Ángel de Fana; a la Asamblea de la Resistencia (con todas sus organizaciones miembros) y desde la cual su secretario general, Orlando Gutiérrez, logra hacer conciencia y materializar un apoyo internacional tan necesario para nuestra causa; a NACAE, que desde el ámbito educativo y académico reconoce a muchos valiosos cubanos exiliados; a Editoriales como la Gota de Agua y Alexandria Library, donde Rolando Morelli y Modesto (Kiko) Arocha, hacen entrevistas a grandes poetas y escritores, a la Academia de la Historia de Cuba en el Exilio, dirigida por Octavio de la Suarée, hasta hace poco dirigida por Eduardo Lolo; a José A. Albertini y Alberto Müller que desde entrevistas para la TV Pública de Miami logran dejar para la historia excelentes testimonios, y así muchos grandes amigos como Joaquín Gálvez, José Raúl Vidal Franco, etc., que con sus proyectos y conferencias guardan materiales a disposición del Instituto muy valiosos. ¿Qué crees, Luis, que pueda representar para mí, ser parte del proyecto tan valioso que dirige Pedro Corzo?, pues es evidente, mucho orgullo.

El documental Operación Makasi se presenta el viernes 28 de marzo, a las 7 pm., en el Gramhan Center (sala #150) de la Universidad Internacional de la Florida, 0955 SW 15 Terrace, Miami, Florida 33199.