El Instituto de la Memoria Histórica Cubana contra el Totalitarismo expresa su profundo malestar y disgusto con la concesión, por parte del gobierno de los Estados Unidos, entre otros, de visas a burócratas, militares, policías y otras figuras con estrechos vínculos con el gobierno dictatorial cubano.
Entre los oficiales cubanos que han recibido visas para entrar en los Estados Unidos se encuentran, Melody González Pedraza, juez de Villa Clara quien emitió una sentencia judicial de tres y cuatro años de prisión, respectivamente, contra cuatro jóvenes, quienes fueron acusados por “atentado”, durante un juicio amañado, el 18 de noviembre del año 2022. Ninguno de los cuatro condenados supera los 30 años.
Otro oficial de la dictadura cubana, Luis Raúl González-Pardo Rodríguez, exoficial de alto rango en la Fuerza Aérea de Cuba, llegó recientemente a Estados Unidos bajo el programa de Parole Humanitario. González-Pardo jugó un papel en la operación militar que en 1996 resultó en el derribo de dos avionetas de la organización Hermanos al Rescate, en aguas internacionales. En esta acción terrorista, murieron tres ciudadanos estadounidenses y un residente permanente.
Durante nuestros 25 años de existencia, el Instituto de la Memoria Histórica Cubana contra el Totalitarismo ha realizado numerosas investigaciones sobre las actividades y propósitos del sistema político vigente en la República de Cuba. Estamos conscientes de los peligros tangibles que representa la presencia de estas personas vinculadas a esa cruenta dictadura para el pueblo estadounidense y el exilio cubano.
La llegada de estas figuras de la dictadura castrista a los Estados Unidos es una amenaza a la seguridad nacional de los Estados Unidos. Es preciso considerar que el entrenamiento de estos individuos los prepara para responder satisfactoriamente a una entrevista migratoria, por tanto, están capacitados para participar en cualquier maniobra que requieran sus intereses personales y políticos.
Hacemos un llamado a las autoridades estadounidenses a rectificar este grave error en su política migratoria hacia Cuba. De no hacerlo, las vidas de ciudadanos estadounidenses y exiliados cubanos corren peligro y la seguridad nacional de los Estados Unidos se verá severamente comprometida.
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