De Girón a la Crisis de los Cohetes: La segunda derrota

Written by Enrique Ros

4 de marzo de 2025

Kennedy: las armas son defensivas (X)

SE INTENSIFICAN LAS DIFERENCIAS. SE ORDENA LA EJECUCIÓN DE UNA TEMERARIA ACCIÓN

La tensión entre Bob Kennedy y el Gral. Lansdale iba en aumento. El 16 de Octubre, cuando la atención debía estar fija en los alarmantes informes que llegaban sobre el continuo y creciente ingreso de armamento soviético en Cuba, (y que habían sido confirmados esa mañana al Presidente), el Fiscal General convocó una reunión en su oficina para discutir, una vez más, la operación Mongoose. A la reunión asistieron Bob Kennedy, el Gral. Lansdale, el Cnel. Patcbell, el Gral. Johnson, del Estado Mayor Conjunto; Robert Hurwitch, del Departamento de Estado; Hewson Ryan de la USIA y Richard Helms, Director de Planificación de la CIA.

No perdió tiempo el Fiscal General. Inició el mitin manifestando “el descontento general del Presidente” con la operación Mongoose. Expresó que la operación llevaba funcionando un año, que los resultados eran desalentadores, que no había habido actos de sabotaje y que aún el que se había intentado había fallado dos veces.

Eran las mismas recriminaciones que el Fiscal General había expresado, con el mismo tono hiriente, en la reunión de Octubre 4. En su característico estilo agresivo se refirió a la designación personal del Gral. Lansdale por el Presidente, para afirmar que, en vista de la falta de progreso él, Bob Kennedy, le daría a la Operación Mongoose una mayor atención personal. Para hacer esto celebraría una reunión diaria con los representativos operacionales de las distintas agencias: Lansdale, Harvey, Hurwitch, Ryan y el Gral. Johnson.

Otra vez, alguien le señala al hermano del Presidente lo que mueve a los cubanos anticastristas a arriesgar sus vidas. Lo hemos mencionado antes, pero es necesario repetirlo. Richard Helms, el segundo hombre en jerarquía dentro de la Agencia Central de Inteligencia aclaró a Bob Kennedy, en esa reunión del 16 de Octubre, que el objetivo de la operación Mongoose tendría que ser determinado con claridad en algún momento “ya que los cubanos con quien estamos trabajando buscan una razón para arriesgar sus vidas en estas operaciones”. Y se refirió el Director de Planificación de la CIA a una conversación sostenida por él días atrás.

“Me refiero a mi conversación con un joven cubano del DRE (Directorio Revolucionario Estudiantil) que expresó que ellos estaban dispuestos a comprometer a su gente sólo en operaciones que ellos consideraban sensibles”. “Y sensible, en terminología cubana”, manifestó Helms, “significa una acción que contribuya a la liberación de su patria nativa”.

El Fiscal General, de inmediato, cambió el tema de conversación.

Días atrás Robert Kennedy le había expresado al mismo grupo que había que incrementar las operaciones “dándole a los sabotajes prioritaria atención”. Era imperativo, había dictaminado Bobby, realizar, de inmediato, efectivas acciones de sabotaje. Era una orden. Había que cumplirla. La orden se había originado en Washington, se implementaría en Miami, se realizaría en Cuba. En las Minas de Cobre de Matahambre.

La orden, sin riesgo personal para el que la dictaba, se había dado en inglés. Su ejecución, con el riesgo que ello implicaba, la realizarían jóvenes cubanos. De inmediato, por el orden descendente de mando, se transmite la decisión y comienza a ponerse en ejecución. De Kennedy a Lansdale, de éste a Harvey, de él a Shackley, a Rip, a Gray, A Miguel Orozco.

La misión que van a realizar había sido discutida con Robert Kennedy el 23 de agosto, aprobada el 30, y confirmada el 31 en memorándum de Lansdale al Grupo Especial Aumentado (SGA), que preside el Fiscal General. El objetivo: las Minas de Matahambre en Pinar del Río.

Se organizan dos grupos: Salen en un rápido bote de 20 pies, tipo Magnolia, hasta un pequeño cayo. Estarán allí dos días. En la noche del 20 de Octubre se dirigen al barco madre: el Velero, que, bajo el nombre de Bárbara J. había participado en la invasión de Bahía de Cochinos. Navegaban hacia el objetivo que le habían asignado. Iban decididos, serenos, confiados. Pronto se quebrarán sus sueños.

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