En este libro se narra el increíble comportamiento y manejo de la situación
creada por la militarización soviética de Cuba que culminó con la instalación de los misiles de mediano alcance. El autor señala con el dedo acusador a los hermanos Kennedy y destruye el mito falsamente creado por los apologistas. Ros pone al desnudo ese mito y leyenda, para que se conozca la angustiosa y sangrante realidad.
Kennedy: las armas
son defensivas (VI)
FRICCIONES ENTRE
BOB KENNEDY Y WILLIAM HARVEY
Contrastando con las magníficas y amistosas relaciones entre McCone y los Kennedy, especialmente Bobby, existió desde un principio una profunda animosidad entre Harvey y el hermano del Presidente. Harvey se había hecho cargo de tres operaciones distintas contra Castro. La primera era la infiltración de gente; la segunda, el suministro de pertrechos, provisiones y equipos a los grupos internos; y tercera, las operaciones de sabotaje.
Comienzan pronto las contradicciones. En agosto 21, 1962 en una reunión del Grupo Especial (SGA), McNamara declaró que ya era hora de tomar pasos agresivos en el campo de inteligencia, sabotaje y acciones guerrilleras. Se anticipaba a las instrucciones que, 48 horas después, daría el propio Presidente de la nación.
El Memorándum de Acción de Seguridad Nacional No. 181 (NSAM-181) del Presidente Kennedy, elaborado el 23 de Agosto de 1962, le dio un nuevo ímpetu a la Operación Mongoose y al Plan Militar de Contingencia sobre Cuba. Con esa fecha el Presidente Kennedy ordenó al Gral. Maxwell Taylor,que era en ese momento su Asesor Militar y Presidente del Grupo de Trabajo (SGA) que desarrollara, “con la mayor prontitud posible” varias actividades proyectadas para la Operación Mongoose.
Al revisar documentos que hasta muy recientemente estaban clasificados como secretos sensitivos aparece que el Fiscal General era uno de los que más alentaba la preparación y ejecución de estas acciones. El fracaso de algunas de éstas irritaba profundamente a Bobby Kennedy que se enfrascaba en violentas discusiones con Harvey quien, a su vez, era un permanente crítico de la política de la Administración, especialmente hacia Cuba. La nada constructiva relación entre estos dos fuertes caracteres continuó deteriorándose, y, luego de la Crisis de los Cohetes, Harvey fue sustituido.
La mano del Presidente no estaba ajena a las decisiones. El SGA siempre evitó hacer una referencia explícita a la aprobación presidencial de sus instrucciones, pero un memorándum de una reunión de marzo 16 de 1962 “para ser usado como base de la discusión” indicaba que Kennedy recibía “informes progresivos” sobre la Operación Mongoose y que… el Gral. Lansdale y el SGA habían recibido autorización tácita para proceder de acuerdo con esas instrucciones.
LA CONSPIRACIÓN DEL 30 DE AGOSTO
Como siempre, los funcionarios norteamericanos en Washington actúan de espaldas a lo que en Cuba realmente sucede.
Los gritos histéricos de Bob Kennedy a los subordinados que lo rodean muestran su total desconocimiento de lo que los cubanos combatientes anticastristas están llevando a cabo, de un extremo a otro de la isla, en esos momentos. Un extenso número de oficiales, muchos de ellos del Ejército Rebelde y otros del Ejército Constitucional, se han organizado para derrocar, con las armas, aquel régimen indigno. Se ha fijado la fecha para el levantamiento en la capital que se iba a extender en todo el territorio. El 30 de agosto de 1962, el día de Santa Rosa de Lima, sería la fecha.
“El 30 de agosto” -apunta el médico Alberto Fibla que cumplió 25 años de cárcel por aquella conspiración- fue un movimiento netamente democrático. “En sus filas militaban hombres de la revolución y hombres del régimen depuesto. Militares novatos y militares de experiencia. Unidos junto a muchos representantes de la vida civil del país”nos dice Fibla.
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