¿Quién plantea colocar cohetes en Cuba? (III)

Las acciones de sabotaje se multiplican. En los depósitos de gasolina y petróleo del gobierno situados en Colón, prgyincia de Matanzas, se produce el lunes 14 de mayo “un violento incendio”. Así, escuetamente lo califica el periódico “Hoy”. El incendio alcanzó tan gigantescas proporciones que “los bomberos de Cárdenas, Matanzas, Tinguaro y otras poblaciones vecinas a Colón tuvieron que acudir al lugar del incendio”, narró la agencia noticiosa internacional.

Días atrás, el viernes 27 de abril, el fuego había destruido un depósito de fertilizantes del INRA en El Cotorro. Horas después era en la Refinería Shell, en la Bahía de La Habana, donde se producía otro incendio.

No cesan las manifestaciones de rebeldía. En Pinar del Río se repiten acciones temerarias. Se queman cañaverales, se atacan pequeños cuarteles. El 8 de mayo muere en combate, en las lomas de Candelaria en Consolación del Sur, Francisco Robaina (“Machete”) cuyo grupo venía operando en la provincia pinareña. Son capturados tres de sus compañeros. El grupo, denominado “Cuba Libre”, había sido constituido desde 1960 por Emilio Adolfo Rivero Caro y Helio Nardo Baez, según relata Rivero Caro al autor. “Robaina era hombre de insólito valor personal” recuerda Rivero Caro.

El domingo 13 de mayo “una nave pirata fuertemente artillada” atacó a una lancha patrullera de la Armada Cubana, “causando la muerte a tres marineros cubanos y heridas a otros cinco”. Así relataba la prensa oficial el nuevo ataque de los cubanos exiliados. La lancha de patrulla SV-289 que operaba a lo largo de la costa norte, entre Matanzas y La Habana, fue la que se convirtió en blanco del rápido ataque. El anuncio oficial conectó la nave atacante a las acciones contra una refinería de petróleo y los ataques con bombas incendiarias a los cañaverales.

Calificándolos de agentes de la CIA, el Tribunal Revolucionario de La Habana juzga y condena en la primera quincena de julio a varios revolucionarios de la zona de Jaruco. El 18 de Agosto se produce el fusilamiento en la ciudad de Camagüey de cuatro “contrarrevolucionarios” que habían sido acusados de “recaudar fondos destinados a la compra de armamentos que serían empleados contra el gobierno”.

Los planes militares contra Castro se aceleran. El O-PLAN 312 con especificaciones para un detallado ataque aéreo, el O-PLAN 314 y el O-PLAN 316 que señalan los requerimientos para opciones militares a larga escala han sido concluidos. La Oficina de la Comandancia en Jefe del Atlántico, (CINCLANT), presenta “una proyección de las fuerzas militares norteamericanas que lograrían derrocar al gobierno de Castro”. Todos son planes. Como diría un asesor militar, hay que distinguir entre “planeación” e “intención”. Entre planes y acción. Nunca la política norteamericana hacia Castro ha carecido de planificación. Le ha faltado, entre otras cosas, decisión.

Junto a estos truculentos proyectos, que mantienen ocupados a los más altos oficiales de las fuerzas armadas norteamericanas, se van desarrollando las pequeñas acciones. Las únicas que se hacen. Las otras se quedan en lo que son, simples planes.

BARCOS DEL DIRECTORIO ESTUDIANTIL 

AMETRALLAN EL 

LITORAL

Los jóvenes del Directorio siguen activos. En la IX Conferencia Internacional de estudiantes que se celebra en Natal, Brasil, los representantes de los Estudiantes libres de Cuba Pedro Interian y Elio Más, del DRE, ponen en ridículo a la delegación castrista al forzarla a admitir que la FEU no ha celebrado elecciones para seleccionar sus Delegados. Para la X Conferencia Internacional de Estudiantes que se efectuará en Québec, Canadá la FEU se vio forzada a convocar a amañadas elecciones. Había resultado “electo” José Rebellón.

Los estudiantes cubanos desenmascaran a los títeres castristas en todas las tribunas internacionales. En los primeros días de agosto el encuentro se produce en la gélida Finlandia. Participan en Helsinki en un congreso mundial de juventudes, Manuel Salvat y una delegación del DRE. Allí retan a un debate público a los jóvenes marxistas cubanos presididos por el Comandante Joel Iglesias. El emplazamiento no fue aceptado. De las palabras pasaron a los puños. Joel Iglesias salió con la nariz partida, y, otro comandante, Rolando Cúbelas optó por una discreta retirada. Era comprensible.

Pocas semanas antes, Cúbelas había establecido contacto con la Agencia (o, más correctamente, “un funcionario de la Agencia” había iniciado conversaciones con Cúbelas) que planeaba su deserción en Helsinki. El interés de la Agencia Central era el de reclutar a Cúbelas para convencerlo de que se mantuviese en el gobierno revolucionario, cerca de Castro como hasta ahora, y mantuviese informada a la CIA “de las cosas internas del régimen”, y para que “tomara parte en fomentar un golpe de estado en Cuba”. La Agencia tuvo éxito en disuadir al “líder estudiantil y comandante del Ejército Rebelde” de su deserción en Helsinki, pero fracasaría en sus otros complicados y teatrales planes.

No sólo luchan los estudiantes cubanos en Congresos y Asambleas. Ni sólo con los puños.

Uno de los proyectos elaborados luego, en 1964, era un plan de asesinar a Castro que se intentaría en 1965. El término utilizado fue siempre el de “eliminación física”. La semántica parece que era, para Cúbelas, importante!. Al menos, en las primeras conversaciones.

Transcurren unos días y el gobierno de Castro se ve estremecido con un temerario ataque en horas de la noche del viernes 24 de Agosto. Es el propio Castro quien hace el dramático anuncio:

“A las 11:30 PM, el litoral de la ciudad de La Habana fue atacado por barcos artillados que hicieron numerosos disparos de cañón calibre 25. Las naves atacantes, amparadas en la oscuridad, se acercaron hasta un kilómetro aproximadamente de la costa, abriendo fuego sobre los edificios de la calle primera del Reparto Miramar”.

Los barcos, una PT convertible, tripulada por quince estudiantes; y una veloz lancha “Moppy” de 34 pies con un cañón de 20mm y un mortero 60 que lleva a bordo ocho estudiantes. Portan carabinas M-1, M-2 y rifles FAL. La misión de la P.T.: escoltar la “Moppy” y cubrirla.