Por María C. Rodriguez
El 23 de octubre del año 4004 a. C. sería el Día de la Creación según el arzobispo protestante irlandés James Ussher. Este señalado miembro de la iglesia anglicana británica se ‘tomó la molestia’ de calcular la fecha en la que Dios creó el mundo, negando la evidencia científica.
Aunque hoy en día este cálculo suena extravagante, hay que decir que, en su día, contaba con cierto crédito académico. Incluso el propio Isaac Newton trató también de calcular la fecha de la Creación.
Ussher publicó su estimación en Anales del Antiguo Testamento (1650) basándose en la Biblia.
Para ello, tuvo en cuenta la duración media de la vida humana de la época y la edad de figuras bíblicas como Adán y Eva, o el propio Jesucristo.
A partir de las historias de la Biblia, hizo una estimación del número de generaciones transcurridas, y su resultado fue de lo más concreto: 23 de octubre de 4004 a.C., exactamente, a las seis de la tarde.
La fecha propuesta por Ussher de 4004 a. C. difiere poco de las estimadas de Beda (3952 a. C.) o por el contemporáneo de Ussher, Joseph Justus Scaliger (3949 a. C.).
La elección específica de Ussher de ese año pudo haber sido influida por la creencia de aquel entonces de que la vida potencial de la Tierra era de 6000 años (4000 antes del nacimiento de Cristo y 2000 después, por lo que su final debía de llegar en el año 1996, cosa que evidentemente no ha ocurrido), correspondiente a los seis días de la creación, sobre las bases de que “con El Señor un día es como mil años, y mil años como un día” (2 Pedro, 3,8).







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