DATOS CURIOSOS. ANTÓN, ANTÓN PIRULERO

Written by Libre Online

22 de agosto de 2023

Por María C. Rodríguez



Antón, Antón,

Antón Pirulero

cada cual, cada cual 

que atienda a su juego

y el que no lo atienda

pagará, pagará 

una prenda.

¿Quién no ha jugado a la “ronda- ronda” al compás de “Antón Pirulero?  Aunque ya no de moda, el ‘Antón Pirulero’ era un juego de pagar prendas. Este juego lo practicaban juntos niños y niñas, sobre todo durante las tardes de los domingos y fiestas de guardar en la época que hacía buen tiempo. Se colocaban todos los jugadores en coro, sentados en el suelo, y cada uno de ellos elegía un oficio; por ejemplo: el uno segador, la otra costurera, el siguiente barbero, la que iba a continuación planchadora, etc. Uno de los niños o niñas hacía las veces de director del juego. Todo el grupo comenzaba a cantar: “Antón, Antón, Antón pirulero; cada cual, cada cual, atienda a su juego”. Hasta ese momento todos coreaban la canción acompañándola con palmas. Cuando se llegaba al “atienda su juego” cada cual tenía que reproducir mediante mímica el oficio que había elegido. Si no lo hacía a su debido tiempo, el niño o niña que hacían de director, que estaba al tanto de cuanto sucedía en el coro, le hacía pagar una prenda. 

La canción continuaba como sigue: “y el que no lo atienda, pagará una prenda”. En este momento se dejaba de representar el oficio y se volvía a comenzar la canción acompañada de palmas. Los jugadores se iban retirando del juego cuando habían acumulado tres prendas. Cuando todos habían sido eliminados se procedía a imponer un castigo para recuperar cada una de las prendas. Quien había hecho de director recogía todas las prendas y mandaba a uno de los jugadores que se escondiera en un lugar desde donde no las pudiera ver. 

A continuación, cogiendo una de las prendas preguntaba a gritos al chico que se había escondido: “esta prenda qué tiene que hacer”. Y el otro respondía aquello que se le ocurría en aquel momento. Por ejemplo: ir a dar las buenas noches a casa de la señora Margarita; o bailar, o cantar, etc. 

Aunque a ciencia cierta es muy difícil establecer el verdadero origen de este canto y la razón por la cual comenzó a hacerse. Lo cierto es que algunos sostienen que es de raíz española, más precisamente de Granada y surgió en el siglo XVII cuando el susodicho Antón Pirulero mató a su mujer con “20 puñales y un alfiler” para posteriormente no solo descuartizarla, sino que llevarla a moler bajo pesada rueda de un molino de viento. 

Otros dicen que en realidad es una historia sobre un personaje de origen francés llamado Antoine Piruliere y que el uso redujo el nombre y castellanizó el apellido.

Dicen que la letra original es algo así:

Antón, Antón,

Antón Pirulero

Mató a su mujer

La hizo pedazos

la sacó a vender

por cuatro dineros.

La gente decía

¡Oh! Qué buen carnero,

Y era la mujer

De Antón Pirulero.

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