Curiosidades cubanas TRES EXPRESIONES DEL FOLCLOR CUBANO

Written by Demetiro J Perez

9 de julio de 2024

VIVIR COMO CARMELINA

En el folclor cubano tenemos varias expresiones que se transmiten de una a otra generación, seguramente usted ha oído esta frase que se aplica jocosamente a una persona que vive o intenta vivir muy bien y muy pocos saben dónde tuvo su origen este dicho o refrán.

Parece ser que nació en la ciudad matancera de Cárdenas y se atribuye a la nieta mimada del poderoso industrial José Arechabala Aldama, vasco aplatanado y dueño de una de las fortunas más grandes de Cuba. Nacido en 1847 llegó a la Isla en 1862 con apenas 15 años. Empezó a trabajar con su tío Antonio Galíndez Aldama. En 1873 Julián de Zulueta (el que le puso nombre a la calle y al pueblo) el rico empresario azucarero y traficante de esclavos, lo nombró su apoderado en Cárdenas.

En 1874 José Arechabala Aldama se casó con Carmen Hurtado de Mendoza y García (1853-1919). Tuvieron 5 hijos: Juana, José Antonio, Mercedes, José Nicolas y Carmen (1879) conocida como Carmela que se casó con un hijo de su tío Eusebio, José Arechabala Sainz resultando ser los padres de nuestro personaje María del Carmen Arechabala Arechabala conocida como Carmelina la nieta consentida de su abuelo rico.

José en 1878 fundó su fábrica de destilar alcohol La Vizcaya que en 1921 cambió su nombre a José Arechabala S. A. cuando ya tenía su fundador 73 años. Falleció en 1923 a los 75.

Los Arechabala, disponían además de una terminal marítima de embarque con una funcional red de transporte ferroviario, cabotaje y astilleros, así como refinería de azúcar y plantas de petróleo, mieles y siropes y como el negocio daba hasta para hacer dulces, también tenían una fábrica de confituras. Eran los segundos mayores productores de ron de Cuba, solo aventajados por Bacardí.

Carmelina nació en Cárdenas, el 7 de agosto 1910, se casó en Madrid con su primo Dr. Miguel Ángel Arechabala Torrontegui (1904-1946), fallecido de un infarto el 21 de septiembre de 1946, a los 42 años, estando en su casa de Varadero. El abogado que era el Director de la Compañía, dejando viuda a Carmelina, con dos hijos, Ramón y Teresita. A partir de entonces la vida de Carmelina transcurrió entre los usuales deberes de madre y la asistencia a diversas actividades benéficas, religiosas, culturales, etc. patrocinadas por la fábrica.

La consentida Carmelina y la familia en general, disfrutaban de las comodidades y lujos que les brindaba la fortuna del abuelo, los cardenenses, comentaban que la muchacha era algo así como una princesa envuelta en trajes de seda. Ella era el símbolo de la abundancia y su forma de vida el sueño del ciudadano común de las décadas del 40 y el 50. Pero los cardenenses coinciden en presentar a Carmelina como una mujer simpática, mesurada, amable, generosa y muy bonita que estando viuda vestía en forma sencilla y elegante. Falleció en Miami el 15 de junio de 1991.

Miembros de la familia Arechabala han querido aclarar que Carmelina no es la verdadera heredera de ese dicho o refrán.

Otra versión aclara fue Carmelina Valdés Perdomo (1903-1985) inspiración de la canción Carmelina escrita por Bienvenido Julián Gutiérrez.

VOLÓ  COMO MATÍAS  PÉREZ

Matías Pérez fue un marino portugués especialista en hacer y reparar velas y en prepararlas para su ardua tarea contra el viento, llegó a la capital a principios del siglo XIX y en aquellos tiempos los toldos eran como un sello distintivo de La Habana. Casi todos los negocios los tenían, pues además de ornamentales eran muy prácticos para nuestro clima, ya que protegían a los transeúntes de la lluvia y del sol, además servían para anunciar los establecimientos a los cuales pertenecían y en ocasiones se extendían de acera a acera para dar a la calle aspecto de bazar o bulevar. El oficio de fabricante de toldos era bastante remunerativo, sobre todo si quien lo realizaba recibía el sobrenombre de Rey de los Toldos de la calle Neptuno como Matías Pérez era conocido y donde tenía su negocio. 

El volar en globos aerostáticos se convirtió para Matías Pérez en una pasión, aunque no fue el primero en hacerlo, antes lo hicieron, el francés Eugene Robertson (19 de marzo de 1828), el francés Adolphe Theodore (tres veces en 1830). El cubano José Domingo Blinó, el primer cubano que construyó un globo con hidrógeno como gas elevador, logró el 3 de mayo de 1831 ascender en su globo desde el Campo de Marte y los fuertes vientos lo llevaron hasta descender en un potrero en Quiebra Hacha en Pinar del Río. Entusiasmado por su hazaña viajó a Nueva York para adquirir un globo de mayor tamaño y mejor calidad. Al regresar enfermó y murió.

El francés Eugene Godard, un famoso piloto y constructor de globos desde 1845. En 1850 con su globo el Ville de París había volado de París hasta Bélgica. En 1856, Eugène Godard viajó a Cuba, donde realizó vuelos de exhibición, conoció a Matías Pérez, se hicieron amigos y volaron tres veces juntos desde La Habana y luego comentó: “Me llama la atención el entusiasmo del Rey de los Toldos, quién se encargaba de preparar las condiciones previas a los vuelos, registrar el tubo conductor del gas, supervisar los instrumentos y lanzar dos globos pilotos para conocer la dirección del viento”. 

Matías cuando creyó estar lo suficientemente preparado para convertirse en aeronauta, le compró el globo La Villa de París a Godard en 1,250 pesos y el 12 de junio de 1856 desde la zona conocida como la Plaza de La Fraternidad (Antiguo Campo de Marte) repleta de público hizo su primera ascensión no sin antes poder superar algunas dificultades técnicas en pleno vuelo hasta aterrizar en la Quinta Palatino de Rosalía Abreu (hermana de Marta) en el barrio del Cerro.

La obsesión de Matías Pérez lo llevó a volar otras dos veces, pero no resultaron exitosas debido a las inclemencias del tiempo.

Por fin todo estaba listo para el domingo 29 de junio de 1856, en la Plaza de Marte, una orquesta amenizaba el evento y una enorme multitud lista para ver como su ídolo Matías Pérez lograba emprender el vuelo en su ya famoso globo.

A los pocos minutos de elevarse, todos los presentes pudieron observar como una fuerte ráfaga de viento lo arrastraba hacia las alturas con rumbo hacia el mar. Unos pescadores que realizaban su faena cerca del Torreón de La Chorrera en la desembocadura del Río Almendares fueron los últimos en verlo, le gritaron que bajara y Matías les respondió dejando caer sacos de arena e internándose en el mar.

Se realizó una extensa búsqueda en las provincias de Pinar del Río y La Habana sin hallar rastro alguno del portugués y su globo. A partir de ese día cuando alguien o algo desaparece se dice: Voló como Matías Pérez.

El 29 de junio de 1956 se honró su memoria con sellos postales de 3 y 13 centavos.

CHACUMBELE, EL MISMITO 

SE MATÓ

José Ramón Chacón Vélez nació el 9 de noviembre de 1912 en Santa Cruz del Sur en la provincia de Camagüey. Su madre murió del parto y al niño lo crio su tía paterna María Belén, luego se marchó con su esposo Urbano a La Habana. José Ramón quedó entonces solo con su padre y su perra Lolita y se dedicaba a la pesca, oficio de su padre. A los 14 años le cambió su vida cuando un pequeño circo ambulante, con media docena de artistas, lo fascinó con el arte del trapecio y allí comenzó a soñar con convertirse algún día en un trapecista famoso.

El 9 de noviembre de 1932 día que José Ramón cumplió 20 años, el poblado de Santa Cruz del Sur fue afectado por un ciclón con vientos de más de 250 Km. dejando miles de muertos. José Ramón y su perra Lolita lograron salvarse trepándose a un algarrobo, pero su padre murió. Sin más familia tuvo que recurrir que su tía María, marchó a La Habana con su perra Lolita. Su tía lavaba y planchaba para sus clientes y Urbano era policía. 

José Ramón comenzó vendiendo de noche, gardenias y mariposas (flores) en el Parque Central hasta que consiguió empleo de aprendiz de trapecista en el circo Santos y Artigas, fundado en 1916 por Pablo Santos y Jesús Artigas.

En ese momento, la estrella del circo era el gran trapecista polaco Bronislav Korchinsky, conocido como El Gran Korchinsky, de fama internacional, haciendo pareja con Ilona Szabó una judía húngara de belleza impactante que había llegado a Cuba por cosas del destino. 

En 1936, José Ramón se integró al equipo como discípulo de El Gran Korchinsky y muy pronto se destacó junto con Lolita su perra acróbata y escogiendo el nombre artístico de Chacumbeles, logrando ser el primer cubano en hacer el triple salto sin red protectora. Al irse el polaco para los EE.UU, Chacumbeles ocupó su lugar como la máxima atracción del trapecio en el Santos y Artigas, junto con Ilona y Lolita.

Harry Silver, era un negro de Laurel, un pueblo de Mississippi que había llegado a Cuba escapando del racismo sureño. Bailaba, tocaba el Banjo y cantaba. Luego se cambiaba de ropa para quedarse en unas mallas color carmesí para hacer malabarismos, donde su “enorme virilidad” se destacaba en el “vaivén” de sus movimientos, cosa que le encantaba presenciar a muchas de las mujeres que iban al circo.

Chacumbeles se enamoró de Ilona y se convirtió en su amante de turno, comenzando un romance donde la bella Ilona ponía solamente su cuerpo, pero Chacumbeles además de su cuerpo, puso también su alma. Al principio todo marcha bien pero muy pronto Ilona comenzó a sentir la comezón de una nueva aventura.

En 1938, después que Harry Silver se percató el ser famoso, jamás volvió a tocar a una negra, se dedicó con exclusividad a las mujeres blancas, siendo Ilona una de sus conquistas, ambos emprendieron una tumultuosa y sensual relación.

El 10 de febrero de 1939, estando Chacumbeles en la cuerda floja, contempló desde los aires a Ilona y Harry Silver devorándose a besos, enloquecido y rabioso, perdió el equilibrio y cayó al suelo.

En el hospital Calixto García, los médicos lo operaron de las dos piernas rotas y un pulmón perforado por una costilla. Luego de 6 meses, cojo y con tremenda depresión su tío le consiguió un puesto de policía, patrullando el Parque Central hasta un día del mes de abril, no pudo más, se mató de un tiro de su propio revolver.

La judía Ilona Szabó regresó a Francia y fue detenida por los nazis enviada a un campo de concentración, donde murió. Harry Silver regresó a su pueblo Laurel y quiso hacer lo mismo que en Cuba con una mujer blanca, lo cogió el Ku Klux Klan les entraron a patadas y lo colgaron de un árbol.

A través de los años la vida de Chacumbeles se convirtió en leyenda y canción, siendo muy difícil separar la realidad de la ficción, pero se han encontrado archivos meticulosamente guardados por Jesús Artigas, copropietario del famoso circo que detallan el historial de dicha empresa y de los personajes que desfilaron por ella, entre ellos el intrépido Chacumbeles.

Después de su muerte, Chacumbeles pasó a la inmortalidad en una canción compuesta en 1941 por Alejandro Mustelier, grabada por el Trío Servando Díaz, donde suprimen la “s” y lo convierten en Chacumbele, el mismito se mató. 

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