Una obra que reconoce la enorme contribución y el alto número de libertadores nacidos en otras geografías.
Las expediciones después del Zanjón (III de VIII)
Coincidiendo con el fracaso de la expedición de la Fernandina se había organizado por el Partido Revolucionario Cubano la expedición del vapor Honor que había partido de Puerto Limón, en Costa Rica, el 25 de marzo de 1895, organizada y comandada por el General Flor Crombet, como jefe de mar y el Mayor General Antonio Maceo como jefe de tierra. Venían 23 expedicionarios; entre ellos los Generales Antonio y José Maceo y Flor Crombet, los coroneles Agustín Cebreco, el colombiano Adolfo Peña; y los tenientes coroneles Silverio Sánchez Figueras, Patricio Corona, Accid Duverger, el dominicano José M. Arseno, José Palacios y Alberto Boix. Las armas llegaban en el vapor inglés de pasajeros Adirontack. Para el día 27 llegaban a Kingston, Jamaica donde quedó la esposa de José Maceo, Elena González. De Fortune Island, en Las Bahamas, los expedicionarios se trasladarían a la goleta Honor, capitaneada por el norteamericano Salomón Key. El desembarco, como todos conocemos, se produjo en Duaba, Badajoz, el primero de abril del año 95 y los expedicionarios, detectados, fueron atacados y perseguidos por tropas españolas y guerrilleros que en el área se encontraban.
PERALEJO: DERROTADO MARTÍNEZ CAMPOS. MUERE SANTOCILDES
No han pasado dos meses y ya está Maceo envuelto en una de sus grandes batallas. A mediados de julio de 1895 el Lugarteniente General Antonio Maceo se encuentra combatiendo a dos columnas dirigidas por el Capitán General Martínez Campos con cerca de 400 hombres de infantería y caballería y otra columna de más de 1,100 hombres bajo las órdenes del General Fidel Alonso de Santocildes que, ésta última, había acampado en Vegas de Yao precisamente el 12 de marzo en horas de la noche.
Cronistas españoles afirman que Maceo tuvo noticias de que el general Fidel Alonso de Santocildes estaba en Manzanillo, esperando al Capitán General Martínez Campos. Montó una gran emboscada en Peralejo.
Maceo conoció de esa masiva fuerza de Santocildes y tomó la decisión de combatirla apostando en el Tanteo, en las cercanías de Barrancas y el Río Mabay, la infantería del Mayor General Jesús Rabí. Una vez situada la infantería de Rabí, Maceo ordenó situar, en lugar cercano, las tropas de Quintín Banderas que recién habían participado en las operaciones de San Francisco y Paraíso, colocándoles una impedimenta para impedir el avance de las tropas españolas. Estarían respaldadas por infantes a las órdenes de Alfonso Goulet.
Situadas así las tropas, Maceo atacó con la caballería una y otra vez sobre las fuerzas enemigas mientras que la infantería cubana trataba de posesionarse del Bosque de la Caoba; pero los españoles resistían firmemente los ataques de la caballería de Maceo, ahora reforzada con el regimiento de caballería Guá, bajo el mando del Coronel Salvador Hernández Ríos y del Teniente Coronel Alonso Rivero.
En medio del combate se conoció que probablemente había muerto el General Santocildes. En efecto, en el encuentro murió Santocildes y a punto estuvo de caer prisionero el mismo Martínez Campos.
Al morir Santocildes, Martínez Campos asumió el mando de aquella columna e inició la retirada bajo el continuo hostigamiento de las fuerzas cubanas.
Comenzarán muy pronto aquellas necesarias incursiones del año 96.
LOS DESTERRADOS DE AYER
Los cubanos que salían de la isla, por decisión propia o expulsados, cuando ésta era una colonia de España, eran reconocidos como emigrantes. Era muy poco usado, si alguna vez lo fue, el término exiliado. Pero aquellos emigrantes cubanos venían de haber combatido en la isla a la tiranía española y continuarían, en el destierro, aquella lucha.
Reconociendo la labor de los disidentes y opositores actuales, de hoy, debemos rendirle un homenaje de recordación a los emigrados cubanos de la Guerra del 95 distinguiendo, primero, la diferencia entre la política exterior norteamericana de aquellos años y la actual, y los distintos métodos de lucha que asumen hoy los disidentes y opositores en la isla.
Dificultades tuvieron muchas los emigrados del 95, pero las enfrentaron y las vencieron. Precisamente el primero de enero de 1896, organizada y financiada por la Delegación del PRC en Tampa, el Coronel Fernando Figueredo Socarrás prepara una expedición que llevará, como jefe, al Teniente Coronel Alfredo Laborde y que partirá en una goleta de 100 toneladas que, zarpando de la propia bahía de Tampa que procurará llegar a Bahía de Cochinos, en la costa sur de Las Villas pero por dificultades en las horas finales torcieron el rumbo hacia el Cabo de San Antonio y tomando otra pequeña embarcación trataron de continuar su accidentado rumbo hasta que fueron recogidos por el barco noruego Pioneer que sólo admitió recibir a los 10 expedicionarios con sus fusiles y revólveres y algún material, conduciéndolos a Pensacola, en la Florida en esta primera, pero frustrada expedición.
LAS PRIMERAS EXPEDICIONES
DEL AÑO 96
Repasemos, de nuevo, estas expediciones.
Se producirá, bien temprano al iniciarse el año 96 la primera expedición que llega a la isla. Vendrá en una goleta que ha contratado la delegación del Partido Revolucionario Cubano en Tampa, organizada por el Coronel Fernando Figueredo Socarras que traerá como jefe al Teniente Coronel Alfredo Laborde. Habían salido de Tampa el último día de diciembre con 10 expedicionarios. Se dirigirán a Bahía de Cochinos, en la costa sur de Las Villas donde no pudieron arribar por haberse hundido la embarcación. El accidente no impidió que los expedicionarios trataran de continuar con su viaje apropiándose de una pequeña goleta a la que se transportaron ellos y el material bélico que conducían, dirigiéndose hacia Cabo Francés, por el sur de Pinar del Río donde también la goleta comenzó a hacer agua y la tripulación y parte del material pudo ser recogido por el barco noruego Pioneer que lo condujo a Pensacola. Fue éste un serio percance que no iba a amilanar a los combatientes cubanos.
Una pequeña expedición fue dirigida por Fernando Méndez Miranda en marzo de aquel año 96 introduciendo las armas por Cárdenas destinadas a las fuerzas del General Carlos Roloff. Los dos próximos intentos fracasaron: El del barco Martha que salió el primero de marzo y el segundo intento del Coronel Juan Monzón en el vapor Competitor también en marzo.
Los exiliados cubanos de Nueva York están organizando la segunda incursión hacia Cuba. Está comandada por el Mayor General Calixto García Iñíguez que comandaría una expedición con 107 hombres que traerían, entre sus integrantes, a un colombiano y a un chileno, junto con un grupo de valiosos cubanos que alcanzarán nombre en la nueva guerra que ahora comenzaba. Se unían a Calixto García sus propios hijos, Carlos García Vélez, el Coronel Miguel Betancourt Guerra, el Teniente Coronel Juan Pablo Cebreco, Eusebio Hernández, Rafael Gutiérrez Marín y los generales Juan Fernández Ruz y el colombiano Avelino Rosa junto al oficial chileno Arturo Lara.
Habían abordado el vapor Hawkins zarpando de Nueva York el 25 de aquel mes de enero. Poca fortuna, como el anterior, tuvo aquel primer intento de Calixto García de llegar a las costas cubanas. El barco, en pésimas condiciones, comenzó a hacer agua y a hundirse forzando a lanzar al mar el armamento en la operación, que no pudo llegar a las costas cubanas. Murieron cinco expedicionarios y cinco tripulantes. Los náufragos fueron rescatados por barcos cercanos y conducidos a Nueva York. Otro fracaso.
Pero, pronto el militar Calixto García estará preparando otra nueva incursión que tendrá, también, otro desafortunado desenlace.
El 24 de febrero del 96 el persistente holguinero comandaba la goleta Bermuda conduciendo 160 expedicionarios llevando de capitán a Samuel Hughes que zarpa de Nueva York ese día pero son detectados, por una delación, por autoridades americanas y devueltos a tierra. Era el segundo intento de Calixto García y el tercero de los emigrados cubanos; pero, superando estos iniciales fracasos, los cubanos persistirán.
A los pocos días se produce la próxima expedición organizada por la Delegación Cubana de Nueva York y que estaría comandada por el Mayor General Calixto García Iñiguez. El barco utilizado sería el Hawkins que llevaría a 107 expedicionarios entre los que se encontraba el propio Calixto García, los generales Juan Fernández Ruz y Avelino Rosas, el colombiano del que antes hemos hablado. Con ellos vendrán el Coronel Miguel Betancourt Guerra y el Teniente Coronel Juan Pablo Cebreco; así como Eusebio Hernández, Carlos García Vélez (hijo de Calixto García), Rafael Gutiérrez Marín y el oficial chileno Arturo Lara.
(Continuará la semana próxima)
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