Una obra que reconoce la enorme contribución y el alto número de libertadores nacidos en otras geografías.
Las expediciones después del Zanjón ( I de VIII)
LAS PRIMERAS EXPEDICIONES
DE LA GUERRA DEL 95
En nuestra anterior obra «Carlos Manuel de Céspedes: de Yara a San Lorenzo» hicimos una mención detallada de las expediciones organizadas por la emigración cubana durante la Guerra de los Diez Años y en los primeros capítulos de este tomo relacionamos los ingentes y frecuentes esfuerzos realizados para llevar combatientes y pertrechos a la isla luego del Pacto del Zanjón y durante la Guerra Chiquita. En este y próximos capítulos nos referiremos a las expediciones que se realizaron -y aquéllas que fracasaron- en la Guerra de Independencia.
EXPEDICIONES QUE PARTEN DE PUERTOS CERCANOS
Había terminado, con el Pacto de Zanjón, la Guerra de los Diez Años pero sigue ardiente el deseo de muchos cubanos de continuar la lucha y a este fin desde puertos cercanos a la isla comienzan a organizarse expediciones que van a llevar a los combatientes a iniciar lo que llamamos la Guerra Chiquita (1879-1880) y otras acciones que se extienden en el período que va de 1881 a 1894.
Una de las primeras partirá de Jamaica el 25 de septiembre de 1879, dirigida y organizada por el Mayor General Calixto García y comandada por el General Gregorio Benítez, que fue de los primeros camagüeyanos alzados en noviembre del 68 y participado aquel mes en el Combate de Bonilla bajo las órdenes del General Augusto Arango enfrentándose a una columna de unos 800 hombres comandada, nada menos, que por el Conde de Valmaseda que se dirigía de Nuevitas por tren. El ataque fracasó por un disparo escapado a las tropas camagüeyanas.
Participó Benítez en las fuerzas que volvieron a enfrentar a la columna dirigida por Valmaseda en la segunda quincena de noviembre del 68. Había participado Gregorio Benítez (Goyo) en distintas acciones en la Guerra de los Diez Años (las Guásimas, Cascorro, el Zanjón y Montego entre otras).
Comienza, ahora, la etapa posterior al Zanjón. Recién desembarcado de la goleta Adelaida (28 de septiembre, 1879) conduciendo a 17 expedicionarios entre los que se encontraban, además del General Benítez, el Gral. Brigadier Miguel Ramos, y el Coronel Salvador Rosado Lorié, se dirigió a Camagüey pero de regreso a Oriente fue Benítez delatado y capturado en la loma de Haitiar, jurisdicción de Manzanillo y murió macheteado el 14 de octubre de 1880.
Llegaba también en aquella expedición del Adelaida el Coronel Salvador Rosado, hermano del conocido General de Brigada Pío Rosado que, posteriormente, participó en la conspiración de la Liga Antillana junto al General Antonio Maceo en 1880 y en la frustrada expedición que partió de República Dominicana en la Estrella Solitaria aunque sobrevivió a esta expedición. En ella venía el Coronel Plutarco Estrada Varona que había luchado en la Guerra de los Diez Años a las órdenes del General Brigadier Julio Sanguily y del Mayor General Máximo Gómez y, firmado el Pacto de Zanjón, supo mantenerse junto al Coronel Ramón Leocadio Bonachea hasta que tuvo que partir con éste a Jamaica. Al no tener éxito el desembarco de la expedición del Adelaida marchó en una nueva incursión en la goleta El Roncador nuevamente bajo el mando de Bonachea. Sorprendidos en el desembarco fueron capturados y ambos sentenciados a muerte el 7 de marzo de 1885.
Poca suerte tuvo también la expedición que llevaba pertrechos y hombres a los que seguían combatiendo en lo que conocemos como la Guerra Chiquita. Ésta fue la expedición organizada por el Comité de Nueva York y al frente de la cual llegaba el General Cecilio González Blanco, nacido en Cienfuegos en 1842. Desembarcan en la costa centro-occidental de la isla y comienzan a operar en la zona de la Ciénaga de Zapata. Detectados los 40 patriotas, algunos dominicanos, son apresados y muchos, entre ellos Cecilio González, mueren asesinados.
Los descalabros no desaniman a los cubanos ya organizados por el Comité Revolucionario Cubano del que Juan Arnau había resultado elegido presidente el 19 de agosto de 1883 y quien, antes, había formado parte de la expedición Lilliam bajo el mando de Domingo Goycuría, el General Brigadier Carlos Agüero Fundora zarpa de Cayo Hueso en la goleta Adrián. Lo acompañan, entre otros, el Coronel Rosendo García y José Álvarez González (Matagás) (que luego participaría en la Guerra de Independencia).
La expedición del Adrián, como antes expresamos, la dirigía el General de Brigada Carlos Agüero participando en los encuentros de Ruiz de Jobo (19 de abril). Las Augustas (4 de mayo), La Colmena (9 de mayo) y otros. Poco después del desembarco fue asesinado por un traidor.
Otra expedición que se organiza es la que ya hemos mencionado como la Ballenera Roncador, que zarpó de Montego Bay, Jamaica, el 29 de noviembre de 1884, organizada y comandada por el General Ramón Leocadio Bonachea junto con 11 expedicionarios cuya tripulación incluía a 4 marineros griegos y en la que llegaban entre otros el Capitán Pedro Cesteros quien había participado en la expedición del tercer viaje del Virginius y, en 1876 en la captura del vapor Moctezuma. Cesteros al igual que Bonachea, Plutarco Estrada y otros expedicionarios fueron fusilados en Santiago de Cuba el 7 de marzo de 1885. Así terminó la última expedición del año 84.
Días después, con el interés de poner en práctica el Plan Gómez-Maceo de reiniciar la guerra por la independencia, fue organizada una nueva expedición que estará a cargo del General de Brigada Angel Maestre que zarpó de Veracruz, México en los tres primeros meses del año 1885 pero que no pudo llegar a Cuba al ser detenida por autoridades mexicanas.
OTRAS EXPEDICIONES
Pero seguirá Juan Arnau, al frente del Comité Revolucionario Cubano organizando expediciones. Una de ellas una goleta que tiene al frente al Coronel Francisco (Panchín) Varona Tornet y como jefe de la misma el General Brigadier Limbano Sánchez con 11 expedicionarios. Vienen junto a Limbano, Juan Soto que había tomado parte en el desembarco del Mayor General Calixto García en 1880 durante la Guerra Chiquita, y el santiaguero Ramón (Mongo) González que había participado en la Guerra de los Diez Años, en la Protesta de Baraguá y en la Guerra Chiquita, en la que fue hecho prisionero y enviado a las cárceles de Chafarinas de donde se pudo fugar junto con el General Limbano Sánchez.
Los tripulantes de la goleta partieron de Colón, Colombia pero fueron detenidos por lo que meses después organizaron una nueva expedición que saldría de Puerto Plata, República Dominicana el 18 de mayo de 1885, con fondos aportados parcialmente por residentes dominicanos. Luego de resolver distintas dificultades para organizar dicha expedición desembarcan en Punta Caleta y en Punta Negra en la costa sur de Oriente pero durante su desplazamiento cayeron en una emboscada en la boca del Río Cauto, donde fueron dispersados; algunos cayeron combatiendo; otros, capturados, fueron fusilados o deportados a prisión. Limbano y Ramón González fueron traicionados y asesinados por una persona conocida de ellos el 28 de septiembre de 1885.
Al año se organiza una nueva expedición, ésta dentro del Plan Gómez-Maceo dirigida por el Mayor General Antonio Maceo y organizada por el General de Brigada Flor Crombet, traía combatientes y armamentos de Colón, Panamá. Aunque zarpa de Nueva York el 12 de junio del año 86 en la goleta Morning Star, bajo el mando del capitán M. Hudson parte hacia Jamaica pero la expedición fracasó y los expedicionarios tuvieron que regresar. Ya, pronto, comenzarán las incursiones que llevarán hombres y armas a la guerra definitiva, la Guerra de Independencia.
Empecemos con las conocidas como «Plan Fernandina» organizado por José Martí que consistiría en tres expediciones: Lagonda, Amadís y Baracoa.
Comenzaba el año 1895 cuando, tras los incansables esfuerzos de Martí, se trazan las bases del Plan de la Fernandina que constaría de esas tres expediciones y otras con que se iniciaría la Guerra de Independencia. De hecho la organización estuvo a cargo de José Martí, como delegado del PRC de Nueva York pero financiada por los emigrados cubanos en los Estados Unidos.
Una de las expediciones vendría al mando de los generales Antonio Maceo y Flor Crombet en el vapor Lagonda que recogería a los expedicionarios en Costa Rica para desembarcarlos en la provincia de Oriente.
Otra expedición vendría a las órdenes de los mayores generales Carlos Roloff y Serafín Sánchez en el vapor Amadís con 200 hombres que recogería a otros en Cayo Hueso para desembarcarlos en Las Villas. La tercera estaría comandada por el propio José Martí y el Mayor General Máximo Gómez respaldado por el Coronel José Mayía Rodríguez y el Comandante Enrique Collazo trayendo a trescientos expedicionarios en el vapor Baracoa que recogerían a todos esos hombres en la República Dominicana para dejarlos en Camagüey, cerca de Santa Cruz del Sur. Los barcos vendrían con armamentos y pertrechos, rifles, municiones, machetes.
(Continuará la semana próxima)
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