Cinco Personajes en la Historia de Cuba, tres buenos y dos malos (primera parte)

Written by Alvaro Alvarez

30 de diciembre de 2024

Por Álvaro J. Álvarez. Exclusivo para LIBRE

Espero que estos relatos sobre cuatro extranjeros y un cubano les sirva de información. Realmente han sido personas muy importantes en nuestra historia entre los primeros años de la década de 1950 y, digamos hasta 1970, aunque les aclaro que no todos participaron de nuestro lado y haciendo el bien. Los últimos dos fueron dos agentes secretos de la KGB que desarrollaron actividades contra nuestros hermanos de lucha, pero sin que la inmensa mayoría del pueblo cubano supiera lo que estaban haciendo, por qué lo hacían y quiénes eran sus verdaderos amos. 

WILLIAM  D.  PAWLEY

Bill Pawley nació el 7 de septiembre de 1896 en Florence, una de las mayores ciudades de Carolina del Sur. Su padre Edward P. Pawley (1865-1937) era un rico hombre de negocios radicado en Cuba, en 1908 tenía un hotel y una buena tienda de mercadería general en la ciudad de Caimanera. Luego se le permitió abrir una sucursal en la Base Naval de Guantánamo, pero debido a las quejas de los comerciantes cubanos, se la cancelaron en 1910. 

Bill estuvo mucho tiempo viviendo dentro de la Base Naval de Guantánamo donde era conocido por el apodo de Cuba.

William más tarde regresó a los EE.UU. para estudiar en la Academia Militar Gordon en Barnesville, Georgia, a unas 60 millas al sur de Atlanta. Aquí fue un alumno destacado y premiado. 

Luego estudió en Embry-Riddle Aeronautical University (ERAU) en Daytona Beach, Florida, una universidad privada para programas de aviación y aeroespaciales.

El 25 de julio de 1919, Bill se casó con Annie Hahr Dobbs (1898-1986) de Marietta, Georgia y allí nació su primer hijo, William, el 21 de junio de 1920. 

En 1925, la pareja se mudó a Sunset Island (Un conjunto de cuatro islas en la hermosa bahía Biscayne, frente a las costas de Miami Beach. Estas se encuentran entre Julia Tuttle Causeway al norte y Venetian Causeway al sur y solo se puede acceder a ellas por W 29 St. de Miami Beach, saliendo de North Bay Road hasta la Isla más al norte y por 20th Street en Sunset Drive hasta la Isla más al sur). Allí nació su otro hijo Clifton (1926-1951) y su primera hija Annie Hahr (1928-2016) su apellido de casada era McKay. 

En 1927, Bill Pawley comenzó a relacionarse con la Corporación Curtiss-Wright lo que lo hizo un hombre extremadamente rico. 

En 1928, regresó a Cuba, junto a su esposa y 3 hijos. El 8 de octubre de 1929 fue creada la Compañía Nacional Cubana de Aviación Curtiss, S.A. (CNCAC), como una subsidiaria de la North American Aviation Inc., parte del Curtiss Aviation Group. Pawley fue elegido su presidente y como nota al margen, él hablaba español en forma fluída. 

En 1932, la Compañía Nacional Cubana de Aviación Curtiss le vendió a Pan American Airlines. Entonces Pawley fue nombrado presidente de Intercontinent Corporation en New York, fundada por Clement Keys, expresidente de Curtiss.

Luego de estar de nuevo viviendo en Miami Beach nació el 13 de junio de 1933 su hija menor Irene (1933-2008) que su apellido de casada era Baldwin. Los Pawley luego se mudaron a Shanghai, China, con la pequeña Irene, dejando a sus otros 3 hijos en Miami Beach con la familia.

Pawley, entre 1934 y 1938 construyó tres fábricas de aviones en sociedad con el gobierno de la China Nacionalista. Eventualmente, trabajó para apoyar a los Tigres Voladores (Flying Tigers), los voluntarios estadounidenses que volaban para la Fuerza Aérea China. 

La Sra. Pawley vivió en China hasta 1938 con viajes periódicos a Miami, hasta divorciarse en 1941. Ella falleció en 1986.

Pawley se casó en 1943 con Edna Earle Cadenhead (1906-2004), nacida en Alabama y vivió en Sunset Island hasta su fallecimiento en 2004.

Después de la II Guerra Mundial, Pawley se convirtió en diplomático y en una de aquellas reuniones instó al presidente Truman y Churchill a presionar a Stalin para que “desistiera de las actividades subversivas soviéticas en Las Américas”. 

Harry S. Truman lo nombró embajador en Perú. Inmediatamente los periódicos peruanos de izquierda le declararon la guerra, acusándolo, sin prueba alguna. Allí estuvo en 1945 y 1946. En 1947 sirvió como delegado a la Conferencia Interamericana para el Mantenimiento de Paz y Seguridad Continental en Petrópolis, Brasil. 

El 9 de abril de 1948, cuando El Bogotazo, Pawley estaba en Bogotá, ayudando a organizar la IX Conferencia Internacional de América, el general George Marshall, como Secretario de Estado estuvo al frente de la delegación de EE.UU. Resultó ser el embrión de la OEA.

En 1948, Pawley, fue nombrado embajador en Brasil y durante este tiempo trabajó muy estrechamente con el director del FBI, J. Edgar Hoover. Pawley le informó que William Arthur Wieland (el cubano misterioso) quien trabajaba como oficial de prensa de la embajada en Brasil, tenía puntos de vista anticapitalistas. 

El 7 de noviembre de 1949, William Pawley envió un memorando al Departamento de Estado sugiriendo que se enviara un pequeño grupo de estadounidenses a Formosa para ayudar a proteger al gobierno de Chiang Kai-shek. Pawley afirmó que Dean Acheson (Secretario de Estado de 1949-1953) rechazó la idea después de consultar con sus asesores Owen Lattimore, John C. Vincent y John Davis.

En 1950, el senador Joseph McCarthy acusó a Owen Lattimore (1900-1989) en particular de ser “el principal agente de espionaje ruso en los EE.UU.” 

John C. Vincent (1900-1972) en 1953, se vio obligado a dimitir tras las acusaciones de que era comunista.

En 1950, el senador Joseph McCarthy ganó la atención de la opinión pública sobre la peligrosa influencia de los comunistas en el Depto. de Estado, la cual incidía negativamente en la política exterior americana. Para el valiente senador por Wisconsin, la “pérdida” de China fue causada por la negativa del Depto. de Estado de continuar ayudando al gobierno nacionalista de Chiang Kaishek, lo que propició la caída de éste y el ascenso al poder de los comunistas liderados por Mao Zedong.

En el 1954 participó activamente en el derrocamiento del gobierno comunista de Jacobo Arbenz, una operación encubierta de la CIA. Pawley fue un actor clave en el control del aire, debido a su conocimiento de América Latina y su experiencia en aviación, desempeñó un papel central para garantizar que los rebeldes disfrutaran de la superioridad aérea.

Durante los 25 meses que los castristas estuvieron alzados en las montañas orientales, secuestraron decenas de norteamericanos. A pesar de esto Roy Rubotton y sus asesores en El Cuarto Piso del Dpto. de Estado no vieron peligro alguno con la guerrilla, al contrario, aquellos pasillos estaban muchas veces, llenos de partidarios del Movimiento 26 de Julio, lidereados por Ernesto Betancourt.

Solamente en 1958 hubo tres secuestros aéreos dentro de Cuba y el cuarto fue el vuelo de Miami -Varadero desviado hacia la bahía de Nipe donde fallecieron 14 personas, 5 de ellos americanos.

Durante aquellas sesiones ante el Congreso, en 1960, el exembajador en Cuba, Earl E. Smith a una pregunta del Senador Eastland contestó: “Senador, nosotros somos los responsables de que Castro subiera al poder me tienen sin cuidado las palabras con que Ud. quiera decirlo”. 

En 1958, Batista compró y pagó 15 aviones de instrucción para la Fuerza Aérea Cubana, los aeroplanos fueron enviados a Fort Lauderdale para ser entregados a La Habana, pero el 11 de julio, El Cuarto Piso suspendió la entrega. 

Tampoco entregaron los 20 carros blindados y los 1,950 fusiles Garand, que habían sido comprados y pagados el 14 de marzo de 1958.

En junio de 1958, 49 norteamericanos, 20 civiles, empleados de la planta de extracción de níquel de Moa, de propiedad estadounidense y 29 militares de la infantería de marina, habían sido secuestrados, causando alarma en la embajada de EE.UU. en La Habana y, sobre todo, en Washington. Los funcionarios del Cuarto Piso plantearon que sí entregaban los 15 aviones, Castro podía causarle daño físico a los secuestrados. Luego que fueron liberados el Dpto. de Estado, dígase, Roy R. Rubotton y William Wieland, mantuvieron su negativa a hacer la entrega. 

Según Luisa Yanez, la redactora del Miami Herald, Wieland jamás presentó un certificado de nacimiento para probar cuándo o dónde nació o quiénes eran sus padres. Ni siquiera cuando comenzó a trabajar en el Dpto. de Estado en 1941.

Estos son los diferentes nombres que utilizó en su vida: William Arthur Wieland, William Robert Wieland, William Richard Wieland, Guillermo Arturo Montenegro, William Montenegro, Monty Wieland, Guillermo Montenegro, Arturo Montenegro. 

Según sus propias palabras, en Cuba, estudió en la Academia Ruston, luego trabajó un año en la General Electric, además con la Cuban Electric, enseñó español e inglés a estadounidenses y cubanos. Se incorporó al Havana Post a finales de 1932, de donde fue despedido por piratear historias de la AP.

Benjamín Summer Welles (1892-1961) llegó a La Habana en 1933 como enviado especial del presidente Roosevelt. Según rumores en conversaciones privadas se refería a Batista como el mulato lindo y luego de conocer a Guillermo Montenegro le decía el chico rubio.

El SISS descubrió que “como notorio protegido de Sumner Welles”, Wieland ganó 4 ascensos en 9 meses.

Al comienzo de la II Guerra Mundial, Welles era la opción natural para suceder al enfermo Secretario de Estado, Cordell Hall, pero las sospechas de que Welles era bisexual provocaron una investigación oficial por parte del director del FBI, J. Edgar Hoover, que confirmó los rumores y fue obligado a dimitir en 1943.

Cuestionado sobre tendencias homosexuales en el Departamento de Estado. Se determinó que Wieland fue un activo apologista de Fidel Castro que no informó a sus superiores durante 1957-1958 los reportes de inteligencia que confirmaban la naturaleza comunista del movimiento castrista. 

Conociendo la táctica castrista ordenada a sus espías de la Red Avispa, de encontrar una mujer y casarse no es de extrañar que Guillermo Montenegro involucrado con el recién creado Partido Comunista Cubano haya recibido la orden de acercarse a Summer Welles y convertirse en su amante.

Rafael Díaz-Balart en su libro explica que Montenegro había sido comunista en Cuba.

Grayston Lynch el alto funcionario de la CIA involucrado en la invasión de Bahía de Cochinos en 1961, escribió en su libro de 1998 (Decision for Disater) que tanto Wieland como su jefe Rubottom fueron los responsables del triunfo de Castro.

William Pawley, conservador e inteligente fue uno de los primeros estadounidenses prominentes sensible a la amenaza comunista tanto en China como en América Latina. 

Se opuso enérgicamente a las políticas de Dean Acheson que consideraba a los comunistas chinos como “reformadores agrarios”. Muchos funcionarios de carrera del Dpto. de Estado lo consideraban un extraño. También se sentían ofendidos por la franqueza con la que expresaba sus convicciones. Como contrapeso, Pawley tenía la ventaja de ser muy amigo del presidente Ike Eisenhower, que ofreció nombrarlo Subsecretario de Estado para Asuntos Latinoamericanos, pero retiró la oferta luego de una fuerte oposición de los profesionales de carrera dentro del Depto. de Estado.

Sus puntos de vista eran paralelos a los del Embajador Earl Smith que había llegado a La Habana en julio de 1957. 

Pero mientras Smith tenía que trabajar de abajo hacia arriba o ser destituido de su cargo, Pawley decidió trabajar de arriba hacia abajo. Ambos encontraron el mismo obstáculo en el camino. Pawley tuvo 4 ó 5 reuniones con el presidente Eisenhower en un esfuerzo por persuadirlo a permitir que Castro tomara el poder. Se reunió con Rubottom, Wieland, Douglas Dillon y ocasionalmente con Allen Dulles. 

Les recordó a Rubottom y Wieland que habían estado en Colombia cuando El Bogotazo, en la que había participado muy activamente Fidel Castro armado con un fusil. Señalando con el dedo a Wieland, Pawley dijo: “Si permites que Castro llegue al poder, vas a tener más problemas de los que jamás hayas visto en tu vida”. 

Según Pawley, tanto Rubottom como Wieland se apegaron al mito de que Castro era un reformador agrario y no un comunista. 

Pawley habiendo peleado una lucha dura pero perdida contra tales “reformadores agrarios” en China, no estaba dispuesto a que su país cometiera el mismo error dos veces. Estaba profundamente convencido de que Cuba estaba a punto de ser entregada a los comunistas por hombres como Rubottom, Wieland y Herbert Matthews al igual que sentía que China había sido entregada a Mao Tse-Tung por 173 hombres confundidos o motivados ideológicamente en el Dpto. de Estado. 

La solución, en su opinión, era sacar a Wieland de su jurisdicción sobre los problemas de Cuba. Por lo tanto, volvió con el presidente Eisenhower, informó que sus esfuerzos habían fracasado y le pidió al presidente que le concertara una entrevista con el Subsecretario de Estado, Douglas Dillon y temiendo que el Dpto. de Estado pudiera grabar incorrectamente la conversación, le pidió a Eisenhower que le permitiera invitar al Senador George Smathers de Florida a la reunión. El presidente estuvo de acuerdo. 

Al llegar a la conferencia, Pawley y Smathers encontraron que el embajador Leslie Mallory, adjunto de Rubottom y superior inmediato de Wieland, estaba presente. 

Pawley presentó al Subsecretario la información que tenía sobre Wieland y hasta Smathers relató otra experiencia que conocía sobre Wieland. 

Pawley sugirió que Wieland fuera removido de sus deberes en el área del Caribe y reemplazado por alguien con menos prejuicios procastristas. 

El Subsecretario Dillon respondió que no le tenía miedo a Castro, que el verdadero problema era el dictador Trujillo, a quien iban a perseguir, para preocuparse por Castro más tarde. 

Pawley salió de la reunión completamente convencido de que la política de Rubottom-Wieland de promover a Castro hasta el límite contaba con el pleno apoyo del Dpto. de Estado. 

Wieland y su jefe Rubottom estaban interviniendo constantemente a favor de Castro, pero cuando les convenía invocaban el principio de no intervención. La coartada era claramente fraudulenta.

Desanimado y deprimido, regresó a Miami y le dijo a su esposa Edna que Cuba pronto caería en el comunismo.

Pero no se dio por vencido. Poco después arregló una reunión en su casa con algunos altos funcionarios de la División Latinoamericana del Dpto. de Estado, incluido el ex subsecretario de Estado Henry Holland y un representante de la CIA. Discutieron la situación hasta bien entrada la noche. 

En vista de la estrecha relación de Pawley con el presidente Eisenhower, se decidió que debía regresar a Washington y pedirle al presidente Ike que lo autorizara a ir a La Habana y tratar de persuadir a Batista para que capitulara ante un gobierno provisional que no sería amigo ni de Castro ni de él. 

Eisenhower estuvo de acuerdo e instruyó al Dpto. de Estado para que elaborara un programa que ofreciera incentivos para que la propuesta fuera atractiva para Batista. 

Durante varios días, Pawley trabajó con funcionarios del Departamento, elaborando un plan de acción.

A Batista y su familia y amigos cercanos se les permitiría residir en Daytona, Florida. El nuevo gobierno no tomaría represalias contra los seguidores de Batista y se llevarían a cabo elecciones dentro de 18 meses. Después de las elecciones, los tribunales tendrían libertad para procesar a cualquier persona involucrada en fraude u otros delitos durante el régimen de Batista. El aspecto clave del plan era que Pawley estaría autorizado a hablar en nombre del presidente Eisenhower.

Rubottom lo llamó y le solicitó que antes de partir hacia Cuba, se reuniera con él una vez más. En esta reunión final, en la que estuvo presente un gran grupo, incluido Wieland, se le dijo a Bill Pawley que había habido “una modificación”. No debía revelarle a Batista que estaba hablando en nombre del presidente. Debía presentar el plan simplemente como su propia idea, diciendo que, si Batista lo aceptaba, luego trataría de persuadir al gobierno estadounidense para que lo aceptara. 

Rubottom dijo que las nuevas instrucciones habían sido aprobadas un Subsecretario de Estado bajo el mando del Secretario John Foster Dulles. Como Pawley sabía por experiencia que el Presidente no anularía una decisión del Secretario de Estado, vio de inmediato que este cambio lo privó de su tema de conversación más persuasivo. Ahora sería sólo uno de los muchos amigos personales que constantemente aconsejaban a Batista, trató de revertir aquello pero Rubottom insistió en que el cambio era irreversible, ya que fue decisión del Secretario de Estado. Profundamente desanimado una vez más, Pawley debatió si emprender la misión, pero al final decidió seguir trabajando. 

Ya en La Habana revisó por primera vez la propuesta en una entrevista de 4 horas con Gonzalo Giiell, el Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba y obtuvo su apoyo. 

Luego se reunió durante 3 horas con Batista, le ofreció la oportunidad de vivir en Daytona Beach con su familia y para impedir que Castro llegara al poder, proponían una junta cívico-militar establecida por el coronel Ramón Barquín, el coronel Enrique Borbonet, el general Martín Díaz Tamayo, José “Pepín” Bosch, presidente de Bacardí y el general Eulogio Cantillo. Si Batista aceptaba tendría el apoyo del gobierno norteamericano.

Batista en vez de aceptar le dijo que había perdido toda fe en los funcionarios del Dpto. de Estado y estaba seguro de que no estarían de acuerdo con ningún plan constructivo. 

Pawley regresó a Washington e informó al presidente Ike, que su misión había fracasado. 22 días después Batista capituló y huyó de Cuba. 

Estando en Santo Domingo, Batista telefoneó a Pawley para que lo ayudara con la visa de EE. UU, entonces éste aprovechó para decirle, por primera vez, que aquella entrevista del día 9 de diciembre había sido autorizada por el presidente Eisenhower, Batista con tristeza en su voz, le contestó que sí eso hubiera quedado claro, sin duda habría aceptado la propuesta.

Cuando los Brigadistas de la 2506 fueron sometidos a multas para poder ser liberados William Pawley que fue uno de los 52 patrocinadores del Comité de Familiares, pagó los $25,000 impuestos a Ernest Fitzgerald.

En 1949, su hijo mayor William D. Pawley-Doggs cuando tenía 28 años conoció en Miami Beach a la bella Elizabeth Taylor, entonces con apenas 17 años, se enamoraron, pero ella no aceptó el casarse y tener que abandonar sus sueños en Hollywood para convertirse en ama de casa. Durante muchos años mantuvieron una relación por cartas, pero no hubo ceremonia nupcial.

Bill Pawley con 80 años, se disparó un tiro en el pecho el viernes 7 de enero de 1977 a la 1:15 pm, en su casa de Sunset Island. Sus restos descansan en el Cementerio Woodland Park en 3260 SW 8 St. de Miami, dónde también está Carlos Prío Socarrás que también se disparó en el pecho 88 días después.

Su hijo William murió en 2012 a los 92 años, pero sus restos están en el Graceland Park South.

EARL E. T. SMITH

Earl Edward Tailer Smith nació el 8 de julio de 1903 en Newport, Rhode Island. 

Smith se casó cuatro veces y se divorció dos veces. Su primer matrimonio fue en 1926 con Consuelo Vanderbilt (1903-2011) antes de divorciarse en 1935 tuvieron dos hijas: Iris y Virginia.

En 1936 se casó con Mimi Elaine Richardson (1916–1995) y se divorciaron en 1939.

En 1947, se casó con la modelo, editora y presentadora de radio y TV, Florence Pritchett (1920-1965). Flo como era conocida, se había divorciado en 1943 y en 1944 conoció a John F. Kennedy, es posible que hayan salido juntos y hayan seguido siendo amigos durante su presidencia. Flo Pritchett también estuvo vinculada sentimentalmente con los actores Robert Walker y Errol Flynn. 

En 1953 tuvieron un hijo, Earl E. T. Smith Jr. Florence falleció de leucemia en 1965.

Smith se casó por cuarta vez en 1968 con Lesly H. Stockard.

Estudió en la Escuela Taft en Watertown, Connecticut y luego en la Universidad de Yale en New Haven, Connecticut, entre 1926 y 1928.

Antes de convertirse en corredor de inversiones y miembro de la Bolsa de Valores de Nueva York, en 1929 fue uno de los fundadores de la firma de corredores de inversiones Paige, Smith y Remick, donde se desempeñó como socio principal hasta 1937 y permaneció como miembro durante más de 60 años.

Desde 1928 había visitado a Cuba varias veces, donde tenía numerosos amigos. Además, conocía a muchos cubanos que iban a veranear a West Palm Beach.

En el condado de Osceola tenía un rancho de 10,000 acres (300 caballerías).

En 1941, el presidente Franklin Roosevelt nombró a Smith asistente especial en la Oficina de Gestión de Producción (más tarde Junta de Producción de Guerra). Dejó este puesto para servir en el Ejército y la Fuerza Aérea durante la II Guerra Mundial, donde alcanzó el rango de teniente coronel. Sirvió en el Cuerpo de Inteligencia del Ejército y fue miembro del Staff que planificó la invasión de Normandía. 

Como hombre de negocios exitoso, se convirtió en el presidente de finanzas del Comité Republicano de Florida.

El 13 de junio de 1957 en el Departamento de Estado en Washington prestó juramento como embajador en Cuba. Estuvieron presentes entre otros funcionarios el Secretario de Estado, John Foster Dulles y Jacqueline Kennedy.

Para ese entonces el futuro embajador ya sabía que tendría que lidiar en Cuba con la revolución de Castro, pero aún no sabía que era una revolución comunista.

El lunes 15 de julio de 1957 en el vapor Grand Haven que partió desde los muelles de Palm Beach llegó el embajador Smith acompañado de su esposa Florence y de su pequeño hijo de 3 años.

Desde el 2 de diciembre de 1956 que Castro desembarcó en Las Coloradas, entre Niquero y Cabo Cruz en la provincia de Oriente el Dpto. de Estado tenía conocimiento sobre la probable infiltración y explotación comunista del Movimiento 26 de Julio. Ellos sabían las relaciones de Castro con los comunistas de México. Algunos funcionarios sabían el papel jugado por Castro durante el levantamiento comunista en Colombia, conocido como “El Bogotazo” de 1948.

 Nada de esto se dio a conocer al pueblo norteamericano, Smith después se convenció que ni el presidente Eisenhower ni el Secretario de Estado Foster Dulles recibieron las informaciones que disponían los funcionarios del Dpto. de Estado y la CIA.

El 5 de septiembre de 1957 hubo un levantamiento de la armada en Cienfuegos, el agente de la CIA lo sabía y llegó a decirle a sus informantes que los EE.UU. los reconocería si la revolución triunfaba. Cuando Smith se enteró citó una reunión para aclarar que solamente el Presidente o el Secretario de Estado podían hacer esas declaraciones.

Ese mismo mes Smith le pidió al jefe de la CIA en la embajada que le diera cifras sobre la fuerza del PC en Cuba, sus datos fueron de 10,000 miembros cuando realmente los votos comunistas en las elecciones de 1940 fueron más 120,000. 

El funcionario de la CIA era de mente cerrada y le incomodaba sus comentarios de Fidel como “jefe de bandidos” En una ocasión Smith le oyó decir: “No nos importa lo que Ud. piense”.

El 5 de noviembre de 1959 el Subcomité de Seguridad Interior del Senado (SISS) entrevistó al entonces director de la CIA el general C.P. Cabell quién a una pregunta dijo: “Creemos que Castro no es miembro del Partido Comunista por lo tanto no se considera comunista”.

Smith llevaba poco tiempo como embajador en La Habana cuando le pidió al director de la CIA, Allen Dulles que pusiera un agente entre las fuerzas de FCR en la Sierra Maestra, parece ser que nunca se hizo, ya que, de haberlo logrado, habrían estado mejor informados.

Durante todo 1958 la Radio de Moscú apoyó abiertamente a Castro.

Cuando FCR estuvo en Costa Rica, México y otros lugares sus discursos de dirigente estudiantil revelaban claramente su tendencia marxista, como pensamiento político.

El hecho que los EE.UU. no apoyaran a Batista tuvo un efecto sicológicamente devastador en las fuerzas armadas y contribuyó mucho para provocar su caída. Hasta que la prensa norteamericana empezó a escribir artículos contra el gobierno de Batista, la revolución castrista no había progresado.

Batista le dijo a Smith que Prío se había llevado muchos millones y los utilizó para ayudar a Castro desde nuestras propias costas.

Jack H. Para (1918-2004) fue un comediante de radio y televisión y presentador de la NBC cuyo trabajo más conocido fue en The Tonight Show entre 1957 y 1962. Fue a Cuba a pasar unos días, filmar en Tropicana y regresó siendo un distinguido admirador de Castro en su show. 

El también periodista Ed Sullivan mordió el anzuelo de la propaganda castrista y se convirtió en un enemigo de Smith por su política respecto a Castro, pero el 4 de abril de 1960 Sullivan escribió: Earl E.T. Smith, exembajador en Cuba, relevado de su puesto cuando Castro llegó al poder, no ha sido felicitado por su análisis sobre Castro, por aquellos que lo censuramos en ese tiempo. Pero Smith tenía razón y todos nosotros estábamos equivocados.

El embajador y exsecretario Auxiliar de Estado encargado de las Relaciones con el Congreso, Robert C. Hill prestó declaraciones el 12 de junio de 1961 ante el subcomité del Senado para investigar la amenaza comunista en Cuba, le preguntaron si creía que la oficina del Caribe del Dpto. de Estado era simpatizante de Castro y así contestó:

 “Recuerdo que en la primavera de 1957 le dije a Earl Smith, cuando vino a mi oficina, que lamentaba que fuera a Cuba porque te están enviando para presidir la caída de Batista. Han tomado la decisión de que Batista tiene que desaparecer, tienes que andar con mucho cuidado”.

Otra pregunta fue: ¿Dónde Ud. cree se tomó la decisión? Y Hill contestó: “Me refiero a los corredores del Dpto. de Estado, pero no en el nivel superior, sino en el inferior”.

El embajador Smith declaró bajo juramento ante el mismo subcomité: “Creo que la política la determina el personal subalterno, y cuando el personal superior se entera, ya está hecha y hay que cumplirla”.

(Continuará la semana próxima)

Temas similares…

MI PEQUEÑO MUNDO

Si hubiera sido por mí, jamás hubiera abandonado mi nido, creo que nunca hubiera salido de ahí. De niñito yo vivía...

0 comentarios

Enviar un comentario