En unas fechas inusuales, con estadios de lujo y en el país más pequeño en organizar un torneo de tal magnitud, el Mundial de fútbol que por primera vez se celebra en el mundo árabe, en Catar, arranca con la mayoría de los mejores futbolistas del momento, en el que se supone será la última oportunidad para Messi y Cristiano Ronaldo de ganar el más preciado título
y con varios jóvenes talentos que pretenden convertirse en estrellas de la competición.
Por JUAN A. MEDINA.
Catar cuenta con un territorio de 11.586 kilómetros cuadrados, un diminuto espacio que acogerá desde el 20 de noviembre al 18 de diciembre a las 32 mejores selecciones del mundo, a la mayoría de los mejores futbolistas del momento y que espera recibir a más de 1,2 millones de aficionados de los cinco continentes que se han hecho con alguna de los más tres millones de entradas que se han puesto a la venta.
En palabras del presidente de la FIFA, Gianni Infantino, los organizadores han recibido 23 millones de solicitudes para conseguir una entrada para alguno de los 64 partidos que se disputarán en los ocho modernos estadios que se han preparado para esta gran cita futbolística, una “cifra récord”, según Infantino, quien ha desvelado que la competición será seguida por más de 5.000 millones de espectadores por televisión.
EL PAÍS MÁS PEQUEÑO EN ORGANIZAR UN MUNDIAL
El país catarí se convierte en el más pequeño geográficamente en organizar un torneo de esta magnitud, aunque no en población, ya que sus 2,7 millones de habitantes supera a los de Uruguay en 1930, el primer torneo disputado, cuando el pequeño país sudamericano contaba entonces con 1,9 millones de personas.
De esta manera, debido a su reducido territorio, las posibilidades de los aficionados de ver más de un partido al día son muchas. Los ocho estadios se encuentran a pocos kilómetros de distancia, los más alejados a una hora escasa en coche, y gracias a su red de transporte público cualquier seguidor puede presenciar dos partidos en una misma jornada, un hecho que nunca se había producido en las anteriores ediciones de la Copa del Mundo.
A Catar van a viajar aficionados de múltiples países, especialmente de Estados Unidos, Inglaterra, Arabia Saudí y México que, junto a los catarí, son los que más entradas han comprado. También se espera un gran desplazamiento de argentinos y brasileños, dos selecciones que acuden a Catar con la etiqueta de favoritos.
Además, la competición catarí será el primer gran evento deportivo con total asistencia de público tras la enfermedad del coronavirus. El emir de Catar, el jeque Tamim bin Hamad Al Thani, expresaba en el último Foro Económico Mundial de Davos celebrado el pasado mayo, que «el pueblo de Catar quiere demostrar su hospitalidad», y que «la Copa del Mundo es el viaje de un duro trabajo y determinación».
Para Infantino, «salimos de la pandemia y tenemos la mejor excusa para reunir al mundo. Vengan a Catar. Va a ser la mejor Copa del Mundo, no solo desde el punto de vista del fútbol, también por vivir la experiencia de la cultura árabe, esto quizá puede ayudar a que el mundo sea un lugar mejor».
La FIFA ha publicado que prevé unos ingresos totales de 4.666 millones de dólares, de los cuales los derechos de televisión aportarán algo más de la mitad, 2.460 millones de dólares y el área de marketing supondrá otros 1.363 millones de dólares. Por su parte, la FIFA invertirá 1.696 millones de dólares en la competición.
Para las 32 selecciones participantes, el botín será de 440 millones de dólares, que se repartirán en premios. El ganador del Mundial recibirá un total de 42 millones de dólares, 30 el subcampeón, 27 el tercer clasificado y 25 el cuarto. Sólo por participar, cada equipo nacional recibirá 1,5 millones de dólares, en concepto de gastos derivados de los preparativos.
LA JOYA DE LOS OCHO ESTADIOS
El Mundial de fútbol se disputa en el invierno catarí con temperaturas medias de 24 grados -en verano pueden alcanzar los 50 grados-, una circunstancia que ha obligado a los organizadores a celebrar esta competición en fechas inusuales y que ha forzado a la mayoría de las ligas domésticas a parar durante este evento.
“Creemos que la decisión de que el Mundial se juegue en invierno va a ser buena para todos. Incluidos los jugadores, ya que llegarán en su pico de forma cuando empiece al Mundial”, explicaba a EFE Fatma Al-Nuaimi, directora ejecutiva de Comunicación del Comité Supremo para la Entrega y el Legado de Catar 2022.
Catar ha preparado ocho estadios, seis de ellos de nueva construcción y dos remodelados -Ahmad Bin Ali y Khalifa-, con la sostenibilidad como idea central a la vez que representan la historia del país árabe y ponen su mirada en el futuro. En palabras de Al-Nuaimi, las construcciones de los estadios han costado 6.500 millones de dólares.
El torneo comenzará el 20 de noviembre con el Qatar-Ecuador en el estadio Al Bayt, con capacidad para 60.000 espectadores, y terminará el 18 de diciembre en el Lusail, escenario de la gran final, el más grande -para 80.000 espectadores- de los ocho que acogen los 64 partidos del Mundial y una de sus principales “joyas”.
Los otros seis estadios -974, Al Janoub, la Ciudad de la Educación, Ahmad Bin Ali, Internacional Khalifa y el Al Thumana – tienen capacidad para unos 40.000 espectadores cada uno.
A nivel deportivo, a Catar acuden todas las selecciones que han ganado al menos una edición del Mundial salvo Italia -actual campeona de Europa-. Si lo harán Brasil -ganadora de cinco ediciones-, Alemania -cuatro-; Francia, Argentina y Uruguay -dos cada una- y España e Inglaterra -una-.
En el plano individual, la cita catarí será la última participación mundialista de Leo Messi, para quien será su quinto Mundial, a tenor de lo manifestado por el propio futbolista argentino. “Es mi último Mundial. Seguramente sí. Me siento bien, físicamente…”, explicaba el delantero del PSG en una entrevista con el canal Star + a principios de octubre.
A sus 35 años, Messi se planta ante su última posibilidad de ganar un Mundial, un torneo que estuvo muy cerca de levantar en 2014 en la final que los argentinos perdieron ante Alemania en la prórroga. “Llegamos en un buen momento, con un grupo muy armado y fuerte, pero puede pasar de todo. Todos los partidos son dificilísimos. No siempre los favoritos son los que terminan ganando o haciendo el camino que uno esperaba», ha explicado “La Pulga”.
Además de Messi, el Mundial de Catar se presenta como posiblemente la última puesta en escena internacional del portugués Cristiano Ronaldo, del uruguayo Luis Suárez, del brasileño Neymar, del croata Luka Modric, del francés Karim Benzema -actual Balón de Oro- o del polaco Robert Lewandowski -Bota de Oro-, entre otros.
En cambio, la cita catarí es un gran escaparate para los más jóvenes, incluido Kylian Mbappé, que ya sabe lo que es ganar un Mundial, lo hizo con Francia en 2018; y de otros más inexpertos como los españoles Pedri y Gavi -actual Golden Boy-, el alemán Musiala y los ingleses Bellingham o Saka.
Como aspecto negativo, en Catar no podrán estar todos los mejores, con ausencias muy significativas como la del delantero noruego Erling Haaland, entre otros.
Catar 2022 arranca con la participación de 13 selecciones europeas, ocho americanas, cinco africanas, cinco asiáticas y un de Oceania, 32 en total, la última ocasión que contará con tal cifra de asistentes. En 2026, edición que organizarán conjuntamente México, Estados Unidos y Canadá, serán 48 equipos nacionales lo que acudirán a la gran cita de fútbol de selecciones.
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