Cándido Camero el Rey de las Tres Tumbadoras

Written by Alvaro Alvarez

8 de julio de 2025

Por Álvaro J. Álvarez. Exclusivo para LIBRE

Cándido Camero Guerra nació a las 6 y 30 de la tarde del viernes 22 de abril de 1921 en la calle Churruca #77 entre Velarde y Washington en el barrio del Cerro en La Habana.

Su padre era Cándido Camero y tocaba el tres, su madre se llamaba Caridad Guerra y le gustaba cantar. Tenía dos hermanos y una hermana.

Desde los 4 años cuando estaba en kindergarten, su tío materno Andrés Guerra, que era un bongosero profesional, lo llevaba con él a todas partes. Un día le preguntó si le gustaba la música y si le gustaría aprender a tocar algún instrumento. Como Cándido le dijo que sí, cogió dos latitas de leche condensada vacías y un pedazo de cuero y le hizo sus primeros bongos. 

Como desde niño estaba siempre pegado al radio, oyendo música para aprender, así tuvo idea de lo que era bueno, regular y malo.

Cuando llegaba a su casa de la escuela se ponía a tocar en la mesa, mientras su mamá preparaba la comida. Su papá le decía: “Te van a doler las manos, mira que eso no es cuero, es madera”. Su abuelo materno le contestaba: “Déjalo, que algún día él va a ser famoso”. Parece que eso fue de la boca de su abuelo a los oídos de Dios.

Según Fernando Ortiz (1881-1969), el mayor especialista en música y cultura afrocubana, el bongó es: “La más valiosa síntesis en la evolución de los tambores gemelos lograda por la música afrocubana”. El bongó nació en Cuba y se desarrolló con el son montuno en la zona oriental de la Isla, alcanzó su forma definitiva cuando llegó a La Habana en 1905. 

De los conjuntos soneros pasó a los salones de baile y de ahí a las grandes orquestas. Con el éxito de la música cubana en el mundo, el bongó salió a los escenarios internacionales en 1920. Los primeros bongoseros destacables fueron Óscar Sotolongo del Sexteto Habanero y José Manuel Carriera Incharte “El Chino” del Sexteto Nacional (los dos grupos más importantes de los años 20 y 30 en Cuba). Luego entró al Sexteto Habanero, Agustín Gutiérrez (1900-1983) (alias Mañana o Manana considerado como uno de los más influyentes bongoseros de la historia e inventor del ritmo Martillo.

En los años 30 los bongoseros depuraron más su técnica. El virtuoso Clemente “Chicho” Piquero inspiró al joven Mongo Santamaría para dedicarse al bongó y en 1940 era ya un maestro en el instrumento. 

El bongosero de la orquesta de Arsenio Rodríguez (pionero en la incorporación de una conga a la orquesta) era Antolín “Papa Kila” Suárez que junto con Pedro Mena del Conjunto Matamoros eran otros dos bongoseros famosos en la época. 

Cándido tenía 8 años cuando su padre lo enseñó a tocar el tres cubano, instrumento que le sirvió para acompañar a grandes percusionistas como Ramón “Mongo” Santamaría (1917-2003) y Luciano “Chano” Pozo (1915-1948).

En 1935, su abuelo materno le enseñó a tocar el bajo cuando tenía 14 años. A esa edad empezó a trabajar como músico profesional tocando en el Septeto Gloria Habanera, de Floro Costa.

En ese tiempo le pagaban $1 diario, tocaban viernes, sábado y domingo. Floro Costa tocaba la flauta, Cándido era el bajista. Hacían una transmisión de radio para anunciar adónde iban a tocar el próximo fin de semana y les pagaban 10 centavos, para pagar el pasaje de ida y vuelta a la emisora de radio.

Luego de terminar su primer día de trabajo cuando llegó a su casa, su papá le preguntó: “¿Cuánto te pagaron hoy?”. Él le dijo: “un peso”. Entonces le contestó: “Bueno, de esos, 50 centavos para su mamá y 50 centavos para usted”. Después le olió las manos para saber si había fumado y le dijo: “A ver, diga ja”. Cándido dijo: ja, ja, ja. Entonces le contestó que con un solo ja bastaba para saber si tenía aliento a bebida.

Cuando estaba en la escuela superior jugaba pelota, era cátcher y cuarto bate.

Cuando Mongo trabajaba como cartero, Cándido lo ayudaba a repartir las cartas para que terminara más rápido y así poder ensayar más temprano. Mongo y él fueron amigos hasta su muerte en 2003.

Su conocimiento del instrumento lo llevó posteriormente a tocar en la emisora ​​de radio Cadena Azul con Mongo Santamaría al bongó y “Chano” Pozo, cantante, bailarín y percusionista.

Tenían un Septeto que se llamaba Apolo, Mongo era el bongosero y Cándido el tresero. En ese tiempo los conjuntos no usaban congas. El primer conjunto que usó conga fue el de Arsenio Rodríguez, en 1943. 

En febrero de 1939 durante los carnavales, formó parte de la comparsa de su barrio, El Alacrán que se llevaba siempre el primer premio, Cándido era muy joven, tendría como 18 años y tocaba el redoblante.

Trabajó en CMQ, en el programa de radio de Gonzalo Roig, el director del programa que se llamaba General Electric, él era el bongosero de la Orquesta de CMQ y acompañaba también a Cascaritas. Por el día iba a tocar a la radio y por la noche al cabaré Tropicana.

En esa época en la radio todo se tocaba en vivo, nada de grabaciones. Ahí ya le pagaban un poco más por quincena, por programas. El programa de Gonzalo Roig era una vez a la semana, y el de Cascaritas todos los días. Bebo Valdés también estaba ahí en ese tiempo, tocando el piano.

En 1940 empezó a tocar las congas con bandas de jazz en La Habana. Uno de aquellos lugares fue el cabaré El Faraón de Zanja y Belascoain cuando Bebo Valdés era el pianista, Cándido el bongosero y Carmen y Rolando la pareja de bailes que Cándido acompañaba.

En los años 40, el éxito del conguero Luciano“Chano” Pozo inició un éxodo de percusionistas cubanos hacia EE. UU. Algunos bongoseros dejaron el bongó y se pasaron a las congas (que estaban de moda) como Mongo Santamaría, Sabú Martínez y Cándido Camero. 

Carmen y Rolando fueron los que lo trajeron a Nueva York, el 4 de julio de 1946 cuando tenía 25 años. Se presentaron el 7 de julio en el cabaré Habana-Madrid en la calle 52 y Broadway, allí estaba la orquesta de Anselmo Sacasas (1912-1998) las estrellas eran los comediantes Dean Martin y Jerry Lewis y ellos eran parte del espectáculo.

Al día siguiente, 8 de julio, Carmen y Rolando, acompañados sólo por Cándido, abrieron una revista musical llamada Golosina de 1946 en el Teatro Plymouth (236 W 45 St. Manhattan) donde el público los aplaudió delirantemente.

El grupo de bailarines tenía una gira por los EE. UU, pero no tenía dinero para pagar un bongosero y un conguero, Cándido decidió tocar ambos instrumentos. Era la primera vez que un músico tocaba conga y bongos simultáneamente. 

Estando en Nueva York empezó a ir a conciertos de orquestas sinfónicas. Viendo al “timpanista” tocando con tres tambores hacer un redoble de acuerdo con la última nota de la pieza que estaba tocando. Los tres tambores estaban afinados de acuerdo con esa nota. Ahí fue que se le ocurrió esa idea. 

En 1950 introdujo la tercera conga que hasta entonces eran dos. Para poder tocar la melodía le faltaba una conga. Las tres congas tenían que estar afinadas en diferentes notas cada una. Las tres congas tocan la melodía, después el ritmo y después la improvisación, que es lo que llaman “el solo de congas”.

El solo puede hacerse en el momento que uno quiera, antes de la melodía o después. En su caso, casi siempre lo hacía después de la melodía, para cerrar, acompañar la nota del final de la pieza y hacer más fuerte el último acorde.

Cándido a partir de ese período, fue el primer percusionista en usar más de una conga. 

El éxito no se hizo esperar, pues para el público constituyó algo nuevo y raro. 

Cuando salió de Cuba pensó: “Si me va bien, me quedo” y eso fue lo que sucedió.

Un momento clave para Cándido fue cuando Machito le presentó a Dizzy Gillespie una noche en el Club Down Beat de Manhattan. Gillespie, después de la pérdida de Chano Pozo, aún buscaba un conguero. Cándido, pasó la prueba que le puso el gran jazzista esa noche, pero como no hablaba inglés, tardó más que un año en incorporarse a la banda.

Allí, en el Club siguió tocando con el trio de Billy Taylor por un año y medio más, antes de finalmente embarcarse en la gira con Gillespie.

Luego con la Big Band de Stan Kenton, con la que recorrió el país tocando tres congas, en un momento en que otros tocaban sólo una, además del güiro.

Después pasó al cabaré La Conga, donde estaba trabajando Miguelito Valdés. 

Al finalizar este contrato regresó a La Habana y trabajó con Bebo Valdés en Sans Souci, donde éste creó su número ritmo de batanga.

Pero su presencia en Cuba fue una vez más, efímera, regresó a Nueva York para trabajar con Charlie Parker quien grabó con una gran orquesta de cuerdas en 1952 y de nuevo con su cuarteto en 1953.

Como nunca quiso abandonar del todo a la música cubana, en 1955 se unió a Bebo Valdés para grabar Holiday in Havana y varios temas con Havana All Stars, también de Bebo.

Por eso tuvo la oportunidad de conocer a los mejores músicos de jazz y grabar con casi todos ellos, con orquestas como la de Machito y sus Afro-Cubans, cuando el director musical era Mario Bauzá.

Antes de unirse a Machito para Kenia en 1957, grabó en 1956 con Kenny Burell. Este fue el año de su primera grabación en solitario. A este le siguieron regularmente otros álbumes, para los cuales Cándido se rodeó de los mejores músicos cubanos, estadounidenses y latinos: Armando Peraza, Patato Valdés, Chocolate Armenteros, Hank Jones, Art Farmer, Oscar Petiford, Al Cohn, Tito Puente y otros.

Llegó el 1° de enero de 1959 y hubo quienes creyeron no poder vivir y crear lejos de la Isla, confiando en unos cantos de sirena, regresaron, pero el negrito del Cerro, no mordió el anzuelo.

Durante la década de 1960, en Puerto Rico, también tocó con Walfredo de los Reyes.

En 1962 trabajó junto con Cachao (Israel López) en los cabarés Habana Madrid y Liborio. 

En esa misma época, estando en el cabaré Liborio, acompañó a Olga Guillot, a Rolando Laserie y varias veces a Celia Cruz. 

Su álbum Brujerías de Cándido grabado en 1971 por Tito Récords con arreglos de Tito Puentes y con la participación de Israel López “Cachao” fue uno de sus mayores logros personales.

Cándido siempre recordaba con especial cariño al pianista santiaguero Marco Rizo (1920-1998) con quien grabó el tema para la Serie de TV “I Love Lucy” con Desi Arnaz y Lucille Ball. 

El cantante Tony Bennett, que era su amigo, comentó: “Cuando Cándido llegó a Estados Unidos con sus 3 congas, la música de jazz cambió para siempre”.

Fue premiado en 2001 con el Latin Jazz USA Lifetime Achievement Award. En 2005 recibió un premio especial a los logros de la Sociedad Americana de Compositores, Autores y Editores como Leyenda del Jazz.

En 2007, con 86 años y casi 70 de carrera artística, protagonizó Cándido Manos de Fuego, un documental dirigido por Iván Acosta, sobre su vida y la historia del jazz afrocubano, del cual fuera precursor.

En 2008, Camero recibió la distinción Jazz Masters Award ofrecida por National Endowment for the Arts.

El 4 de noviembre de 2009 en el Hotel Four Seasons de Las Vegas, víspera de la ceremonia de los Grammy Latinos, Camero recibió el Premio a la Excelencia Musical que otorgaba la Academia Latina de la Grabación a aquellos artistas que habían realizado importantes contribuciones en el campo de la grabación durante sus carreras.

En el Auditorio de la Escuela de Música de Manhattan se celebró el viernes 1° de abril de 2011 el cumpleaños 90 de Camero con un concierto-tributo al legendario percusionista. La Afro-Cuban Jazz Orquesta de la Escuela, bajo dirección del músico y profesor Bobby Sanabria, hizo un recorrido por su carrera musical, interpretando temas en los que el llamado padre de la conga moderna se ha destacado. 

Se grabó un disco que cubrió desde que empezó en Cuba su carrera hasta el presente. Piezas que representaron sus diferentes períodos en la música, incluso piezas bien clásicas, como las que grabó con Tito Puente y Machito.

Una de las piezas que se estrenaron fue el bolero Imágenes de Cuba, y Qué Viva Cándido una fusión de guaguancó con funk, jazz y rock, que representaba un poco lo que es Cándido.

Iván Acosta es el fundador y director de la productora Latin Jazz USA, para la cual Cándido tocó en 14 conciertos, protagonizando 10 de ellos. 

El último tuvo lugar el 18 de noviembre de 2017 en el teatro Aaron Davis Hall, en Harlem, que es parte de la Universidad de Nueva York, por donde han desfilado leyendas del jazz, un lugar histórico para despedir de los escenarios, como entonces se creía, al gran Cándido Camero.

En 2018, Iván Acosta comenzó a coproducir Cándido el Rey de las 3 Congas, dirigido por Luis Leonel León, rodado en Miami, Nueva York, Unión City, La Habana y otras ciudades. 

El jueves 14 de marzo de 2019, Cándido llegó a Miami para participar al siguiente día en el Adrienne Arsht Center al concierto-homenaje a su amigo, Israel López” Cachao” (1918-2008). Allí el gran percusionista compartió escenario con Federico Britos, Juanito Márquez, Albita Rodríguez, Alfredo de la Fe, Néstor Torres y la Cachao Mambo All Star, entre otros ilustres invitados.

Cándido recorrió la ciudad y comió en el restaurante Las Vegas donde su dueña Irina, lo mimó.

Estuvo en la librería Book & Books de Coral Gables y en la emisora de radio pública de Miami la WDNA donde además de tocar junto otros músicos le celebraron su cumpleaños 98. 

Cándido falleció el 7 de noviembre de 2020, a los 99 años, en su domicilio en el Bronx de N.Y. ​

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