Por Daniel Galilea
En 2023 se registraron en el mundo unos 1.300 millones de llegadas de turistas internacionales, lo que representan un aumento en comparación con el año anterior y muestra fuertes signos de recuperación, tras la caída de los viajes al extranjero debida al impacto mundial de la pandemia de covid-19, según datos de Statista.
Ese mismo año, los ingresos del mercado mundial de viajes y turismo -incluidos hoteles, paquetes vacacionales, alquileres vacacionales y campings- ascendieron a casi 860.000 millones de dólares estadounidenses, según esta fuente.
Estas estadísticas muestran que viajar, al extranjero o dentro del propio país, forma parte de la vida de millones de personas de manera sostenida, en una tendencia que se mantiene y resurge a pesar de los impactos de las situaciones adversas.
Sin embargo, aunque pueden ser una fuente de alegría y crecimiento personal, los viajes también pueden ser para algunas personas una fuente de estrés (la tensión mental generada por las dificultades que están teniendo lugar) y de ansiedad, una angustia o inquietud por lo que va a suceder o que se teme que ocurra.
“La ansiedad por viajar se refiere a un sentimiento de preocupación o miedo en torno a los viajes. Puede ocurrir antes de partir o durante el viaje”, según explica Lisa Wilson, trabajadora social clínica asociada, del Centro para la Ansiedad al Viajar (CTA, por sus siglas en inglés) con sede en Bethesda, Baltimore y Washington, DC. (EE.UU.).
Radiografía de la
ansiedad por viajar
“Algunas personas comienzan a sentir esta ansiedad antes de viajar después de un acontecimiento específico; otras no pueden identificar una causa concreta. Es posible que hayan viajado en auto, tren o avión durante décadas sin preocuparse y de repente tengan una sensación de pánico o ansiedad”, explica Wilson.
Las ansiedades que tratan en el CTA incluyen el miedo a volar, conducir y viajar en tren y metro, así como a distintas situaciones que pueden estar presentes en un viaje, como utilizar ascensores y escaleras mecánicas.
La mayoría de las personas que acuden a este centro han gestionado sus miedos evadiéndolos, cancelando viajes. Otros salen de viaje, pero lo hacen con extrema ansiedad, explican, aclarando que “los miedos son diferentes de persona a persona”.
“Viajar es nuestra conexión con las personas, lugares y eventos que nos importan y enriquecen nuestras vidas. La ansiedad por viajar puede restringirnos personal y profesionalmente, al hacer que perdemos oportunidades laborales, celebraciones, vacaciones y otros eventos importantes”, señalan desde el CTA.
Pero “no tiene por qué ser así”, según destacan, ya que este problema se puede superar mediante un programa basado en métodos cognitivo-conductuales, de desensibilización, relajación y atención plena bien establecidos y exitosos, que permiten que la persona tenga la libertad de viajar cada vez con mayor comodidad y confianza, explican.
Según Wilson, es mejor abordar la ansiedad en lugar de fingir que no está ocurriendo, porque ignorarla o restarle importancia puede agravarla.
“Si notas que estás tomando decisiones basándote en tu ansiedad o empiezas a sentirte incómodo con los viajes, es un buen momento para buscar una ayuda profesional eficaz, para resolver el problema en lugar de evadirlo, y poder volver a viajar hacia los lugares y la gente que amas”, afirma Wilson.
Busca las raíces de tu ansiedad
Para poder afrontar mejor la ansiedad por viajar, es necesario identificar y comprender bien las situaciones o expectativas específicas que la desencadenan, según este estudio.
“Es necesario que te preguntes y descubras qué es lo que te hace sentir ansios@ respecto de tu viaje. Por ejemplo: ¿La preocupación surge porque estarás en la carretera durante horas, porque habrá cosas que estarán fuera de tu control o porque tendrás que estar rodead@ de mucha gente en un aeropuerto?”, explican.
“Una vez que comprendas qué desencadena su ansiedad, puedes planificar con anticipación las mejores formas de manejar esos desencadenantes”, propone la investigación de Haypp.
Formula un plan de viaje detallado
Una de las razones por las que experimentamos ansiedad al viajar es que los viajes nos sacan de nuestra ‘zona de confort’ exponiéndonos a situaciones sobre las que no tendremos un control total, según esta investigación.
Para ayudar a aliviar ese sentimiento de ansiedad, esta fuente recomienda planificar el viaje con el mayor detalle posible. Escribir un itinerario para cada día, ya sea en papel o de manera digital utilizando una aplicación (‘app’) de planificación de viajes.
Aprende y utiliza
técnicas de relajación
Respirar inhalando profundamente por la nariz y luego exhalando lentamente por la boca, es una técnica que ha demostrado ayudar a reducir la sensación de ansiedad, según el trabajo de Haypp.
Otra manera eficaz de calmar la mente consiste en meditar, lo cual puede practicarse mediante diferentes métodos, como por ejemplo escuchando una música adecuada, concentrándose en la respiración, manteniendo una atención plena o ‘mindfulness’ en el aquí y ahora o siguiendo las instrucciones de audios o videos publicados por especialistas de prestigio en Internet.
“Para encontrar la técnica de meditación que mejor funcione para usted, pruebe diferentes métodos antes de su viaje, de modo que cuando llegue el momento de viajar pueda utilizar el que sea más eficiente para tranquilizarle” sugieren.
Ten a mano tus fuentes de alegría
Viajar llevando con nosotros aquellos elementos físicos que generalmente nos traen alegría o teniendo a acceso a aquellos entretenimientos que nos producen bienestar, puede ser muy útil para distraernos de los sentimientos negativos y disminuir tus sensaciones de ansiedad, según la investigación de Haypp.
“Esto puede conseguirse llevando un diario donde escribirás tus pensamientos, un libro que disfrutes leyendo o un juego que mantenga tu atención ocupada, o bien creando una lista de reproducción de canciones que te gusten o teniendo a mano tu programa de televisión o película favoritos”, ejemplifican.
Mantente activo y conecta con la
naturaleza
“Mantenerse físicamente activo es una excelente manera de reducir los sentimientos de ansiedad y estrés”, según la investigación encarga por Haypp.
Recomiendan incorporar la actividad física, “aunque sea solo una caminata larga”, a nuestra rutina cotidiana, especialmente durante los días previos al viaje, y también durante el viaje, en la medida de lo posible.
“Pasar cada día un tiempo al aire libre y estar en contacto con la naturaleza, por ejemplo, visitando un parque o dando un paseo por el campo, puede tener un efecto positivo en tu estado físico y mental, lo que a su vez ayudará a reducir tus pensamientos ansiosos” concluyen.
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