Por José “Chamby” Campos

Para el amante de los deportes aquí en Miami este fin de semana fue bien ocupado por la cantidad de actividades locales. Eso sin contar con los playoffs de la pelota profesional.

Comencemos con el football americano colegial.

La Universidad de Miami derrotó a la Universidad de Clemson el pasado sábado en un electrizante partido que culminó con una anotación final de 28 a 20, después de batallar dos tiempos adicionales. El juego se llevó a cabo en el estadio de football de los Miami Dolphins que a su vez es también la casa de Los Huracanes. 

La victoria viene en un momento donde el programa de los muchachos del plantel de Coral Gables atraviesa una fuerte crítica debido a las dos derrotas en semanas anteriores frente a las universidades de North Carolina y en especial el de Georgia Tech.

Antes del encuentro, el director técnico Mario Cristóbal enfrentaba la peor crisis de su carrera profesional. El cubanoamericano levantó el programa futbolístico de FIU y más tarde ganó dos títulos de conferencias con la universidad de Oregón; sin embargo, como dice el refrán “que nadie es profeta en su tierra”, en su antigua escuela, las frustraciones y las críticas tanto de la prensa como la de sus seguidores han sido constantes desde que comenzó su mandato.

Después de haber ganado los primeros cuatro choques y en ruta de obtener el quinto, una horrible decisión dejó que Georgia Tech se llevara el triunfo. Una semana más tarde fueron vencidos por North Carolina y se rumoraba que una derrota frente a Clemson sería razón suficiente para ponerlo en alerta.

Con esa presión encima y la noticia de que el quarterback Tyler Van Dyke no estaría disponible debido a una lesión, la situación para los Huracanes era precaria especialmente frente a un contrario de la talla de Clemson.

Emory Williams, un jugador novato, fue el escogido para sustituir a Van Dyke y llevar las riendas ofensivas del equipo. Debido a su inexperiencia UM llevó un juego muy cauteloso y paciente que al final resultó ser el correcto.

Los muchachos de Cristóbal abrieron el marcador en el primer cuarto de juego; una corrida de 80 yardas de Brashard Smith, que junto al punto extra del venezolano Andy Borregales, les dio una ventaja de 7-0.

Durante los próximos dos períodos los visitantes anotaron 17 puntos, a través de dos touchdowns y un gol de campo, dominando a un equipo miamense que parecía no encontrar el ritmo ofensivo que los seguidores esperaban. La ausencia de Van Dyke iba en aumento por la falta del juego aéreo, pero al mismo tiempo la línea ofensiva comenzó a controlar la acción en el ataque por tierra.

Faltando ocho minutos en el último tiempo reglamentario, Los Huracanes anotaron un touchdown gracias a un pase de Williams a Colbie Young y cortaron la desventaja a solamente tres puntos con la pizarra indicando 17-10. 

Cuando el reloj marcaba 1:51 segundos por terminar el encuentro, Borregales conectó una patada de 38 yardas y el gol de campos empató el juego 17-17. Así finalizó el tiempo regular forzando un extra-tiempo.

Clemson fue el primero en tomar la ofensiva y después de siete jugadas pateó un gol de campo de 31 yardas tomando la delantera 20-17.

En su turno UM tuvo 4 oportunidades sin poder anotar el touchdown que le hubiera dado la ventaja. Otra vez más Borregales les dio vida conectando un gol de campo de 35 yardas que le dio el empate 17-17 para así obligar un segundo tiempo extra.

Esta vez le tocó a Los Huracanes comenzar con el balón; cinco jugadas más tarde anotaron un touchdown y una jugada de dos puntos a través de las piernas de Ajay Allen poniendo al equipo con una delantera de 28-20.

Cuando Clemson salió a la ofensiva por última vez, la defensiva de Miami puso fin al partido gracias a no dejar a los visitantes anotar el touchdown que necesitaban.

Excelente victoria para un programa que solamente 24 horas antes agonizaba en la percepción de muchos analistas.

Por ahora Mario Cristóbal puede descansar y esperemos que este haya sido el encuentro que los impulse el resto de la temporada.

Felicidades Huracanes.

Lo mismo no podemos decir de Los Miami Dolphins ya que el domingo fueron derrotados por Las Águilas de Filadelfia 31-17 en la ciudad norteña.

Una vez más los peces caen derrotados frente a un equipo superior fuera de casa.

Un aspecto interesante de comentar fue la discrepancia de las 10 penalidades cometidas por Miami frente a ninguna por parte de Filadelfia. Especialmente cuando Los Dolphins es de los menos penalizados y Las Águilas son los número uno en esa categoría. 

Homestead y Doral también contribuyeron a que Miami-Dade estuviera en las noticias deportivas del planeta.

En el sur del condado se llevó a cabo el evento de carrera de autos NASCAR. El fenómeno automovilístico que mueve millones de espectadores cada semana. 

Chris Bell quien pilotea para la escudería de Joe Gibbs se llevó el trofeo en una competencia que vio a varios corredores tener que abandonar la carrera por problemas mecánicos. Este triunfo lo calificó para el campeonato final de la temporada

Mientras tanto la ciudad que alberga más venezolanos que ninguna otra en el sur de la Florida fue anfitriona de la final del torneo de golf LIV. 

Este circuito es la competencia del tradicional PGA y el cual ha causado mucha controversia por estar patrocinado por los Emiratos Árabes. A través de enormes sueldos han logrado robarse bastante jugadores del establecido PGA. 

La competencia vio a Bryson DeChambeau liderar su equipo y llevarse el trofeo de esta ciudad.