Por Álvaro J. Álvarez. Exclusivo para LIBRE
Ángel Manuel Hernández Rojo, nació el 4 de septiembre de 1933 en una casa del Vedado en La Habana.
Su padre Ángel Manuel Hernández Pérez y su madre Julia de la Caridad Rojo.
Sus abuelos paternos: Manuel Hernández de Córdoba e Inés Pérez.
Sus abuelos maternos: Eduardo Rojo de los Reyes y María Adolfina García Ravel.
Su único hermano: Julio Hernández Rojo.
Quiso Dios que naciera un día triste para nuestra patria porque ese día, para mí, comenzó la destrucción de Cuba cuando el hasta entonces sargento taquígrafo Fulgencio Batista junto con otros 6 sargentos y un cabo dieron el Primer Golpe de Estado en Cuba.
Hacía solamente 22 días que el presidente de la República era Carlos Manuel de Céspedes y Quesada (hijo el Padre de La Patria) y ese 4 de septiembre al producirse la Rebelión de Los Sargentos, la oficialidad del ejército fue transformada y destruida.
Luego vino el gobierno de Los Cinco o Pentarquía que duró cinco días, pero el mismo día de la Virgen de La Caridad del Cobre, el 8 de septiembre el periodista Sergio Carbó (uno de los cinco al mando) unilateralmente, sin contar con los otros cuatro, nombró coronel y jefe del Ejército a Batista y por eso se disolvió al otro día la Pentarquía, quedando Ramón Grau San Martín (otro de los cinco) de presidente durante los próximos 128 días (no 100 días como erróneamente se dice).
Luego de destituido Grau hubo seis presidentes en 1,072 días. Todo esto producto del 4 de septiembre de 1933.
Ángel realizó sus primeros estudios en El Colegio de la Salle y los continuó en las Escuelas de Derecho y Filosofía de La Universidad de La Habana, los interrumpió para ingresar en la Academia Aero-Naval del Mariel que había sido creada el 28 de enero de 1916. De allí pasó a la Naval Air Technical Training Center (NATTC) localizada en la Naval Air Station de Pensacola, Florida.
Ángel fue miembro de la Sociedad Espeleológica de Cuba donde publicó diversos trabajos sobre las cavernas y sistemas montañosos de la Isla.
Según Ángel publicó en la página 388 de su libro, la Sociedad en sus investigaciones pudo probar que las perlas rojas producidas en el manto del caracol cobo estrombusgigas eran utilizadas como moneda entre los naturales de las terrazas de Maisí y los indios de La Española (Haití y República Dominicana).
La Sociedad Espeleológica durante muchos años levantó mapas de las cavernas existentes en todo el territorio cubano, esos mapas fueron dados al gobierno castrista por el comunista Antonio Núñez Jiménez cuando ocupó la presidencia de la Sociedad luego de 1959, para utilizar estas cavernas o cuevas para el almacenamiento de armas.
Entre estas cavernas convertidas en verdaderos depósitos de armas ocultas están: Las cavernas Cotilla en San José de las Lajas, la gran cueva de Diago en Santiago de Las Vegas, la cueva de las Cuatrocientas Rosas en Banes, la cueva del Guaso en Yateras, las cuevas de Mayarí Arriba y la gran Caverna de Santo Tomás en los mogotes del Valle de Quemados de Pineda en Pinar del Río, esta última con cientos de kilómetros subterráneos, donde los comunistas construyeron verdaderas naves de concreto impermeabilizadas a la acción del agua y la humedad y no sabemos qué puede haber allí escondido, ¿quedará alguna de aquellas “bombitas” que envió Nikita Kruschev en 1962?
Porque cómo nunca hubo inspección sobre el terreno por parte de la ONU o los EE.UU., no sabemos si el asesino de Birán se quiso quedar con algún recuerdo.
Ángel se pudo asilar (embajadas de Brasil y Argentina) y allí permaneció hasta que pudo salir y llegar a Miami en febrero de 1963.
En Miami durante varios años desempeñó el cargo de Director de Programas de la YMCA Internacional José Martí. Durante ese tiempo cursó estudios de Educación y Ciencias Sociales en La Universidad de Miami.
Ángel se inscribió como piloto voluntario en lo que resultó ser la Operación Makasi (Operación Dragón Rojo) en el Congo.
Fueron contratados por la CIA bajo una premisa de 30 años de silencio absoluto, tanto así que ni sus familias sabían lo que era un Makasi.
Estos exiliados, agrupados bajo el nombre Makasi (significa “fuerte” en dialecto lingala), desempeñaron un papel crucial en las operaciones militares, proporcionando apoyo aéreo, logístico y de instrucción.
Los cubanos fueron la mayoría de los pilotos durante toda la operación Makasi, según afirma un artículo de 11 páginas de la Revista Air-Britain Aeromilitaria, especializada en la historia aérea de la aviación militar, en su edición de invierno del 2014.
La República del Congo (Leopoldville) fue una Colonia Belga desde 1882 hasta 1960 cuando recibió su independencia. Al momento de recibir su independencia, su Primer Ministro Patricio Lumumba adoptó una posición izquierdista extrema.
El Congo posee recursos naturales que incluyen Diamantes y Uranio. Este último vital para la producción de armas atómicas.
La bomba de Hiroshima utilizó Uranio proveniente principalmente de la mina Shinkolobwe en el Sur del Congo Belga. Se estima que el 70% del Uranio utilizado en esa bomba y un 10% del Uranio utilizado en la bomba de Nagasaki, procedían de esta mina y fue un importante proveedor del Uranio para el Proyecto Manhattan.
Esto colocó al Congo en el centro de la Guerra Fría. La URSS, los EE.UU. y la China comunista se involucraron en una lucha por el control del Congo y una rebelión apoyada por los comunistas se desató a finales de 1962.
El Congo produjo en 1963 la mitad de la producción mundial de Uranio.
Los 68 cubanos exiliados voluntarios, junto a otros 49 veteranos de la Brigada de Asalto 2506, ansiosos de continuar luchando contra el avance del comunismo fueron reclutados por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) bajo un plan auspiciado por el gobierno de los EE.UU de proveer una fuerza aérea al Ejército del Congo y prestarles ayuda en su lucha contra los rebeldes conocidos como Simbas.
El reclutamiento de los cubanos exiliados comenzó en noviembre de 1962 y continuo hasta 1965, consistió en pilotos, mecánicos, comandos y marinos.
La participación de estos 117 cubanos fue un marcado éxito en la Guerra Fría y trajo un sentido de orgullo para la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y para ellos. Este valiente esfuerzo ha sido ignorado por todas las administraciones del Gobierno de los EE.UU. y de la prensa en general.
Después de 1965 cuando finalizó la operación, los cubanos exiliados voluntarios, fueron enviados a sus hogares, sin poder hablar de esto y sin el reconocimiento adecuado de su efectiva contribución a la eventual victoria de la Guerra Fría y a mantener la seguridad nacional de los EE.UU. Jamás se han hecho eco de ellos ni le han otorgado el reconocimiento ni la apreciación como ha sido costumbre a los veteranos de sus tantas otras guerras.
Ángel Hernández Rojo fue uno de aquellos 69 voluntarios pilotos cubanos Makasi que aceptaron combatir el comunismo donde fuera para luego, según les prometieron, les tocaría luchar por Cuba, algo que nunca sucedió.
Además de los pilotos había 13 entre artilleros, administrativos y sanitarios, sumando 82. Luego 19 de Infantería y 16 en la Marina para un total de 117 Makasis cubanos.
Ángel el 13 de mayo de 1966, contrajo matrimonio en Miami con Clara Rosa. Tuvieron dos hijas: Rosita (González) y María Julia (Romanek). Sus nietos: Cynthia, Victoria y Elizabeth.
El 24 de junio de 1965, Ángel Hernández Rojo fue nombrado jefe del sector militar del MDC (Movimiento Demócrata Cristiano) y enseguida asumió sus responsabilidades.
La Operación Cacahual fue la primera que organizó, una noche de julio de 1965 pensaban atacar la Refinería de Santa Cruz del Norte, utilizando el Vicky I, barco operativo que debía llevar al grupo de asalto a las costas cubanas donde iban cinco tripulantes: Ángel M. Hernández, Plácido A. Barbeito Freyre, Aurelio Peña (Yeyo), Jorge y Edgardo.
El Bernardo II era el buque nodriza donde iban Ángel Vega Guillén, Adela de la Campa de la Torre y Ricardo García.
Según contó Ángel M. Hernández Rojo, la operación fracasó cuando la tripulación del Vicky I se percató por primera vez de que los perseguían cuando se encontraban a unas 23 millas de Cayo Hueso (Key West) la noche del 26 de julio.
Estando en aguas internacionales, un buque de la Armada comenzó a enviar señales a la Vicky I en código Morse utilizando una luz intermitente, luego encendió varios de sus reflectores hasta que uno de ellos avistó la embarcación.
El barco no se acercó, las autoridades no lo abordaron. Dado que la cubierta del guardacostas era considerablemente más alta que la del barco del Vicky I, fue fácil para las autoridades observar a bordo un cañón sin bobina de 57 mm, un cañón finlandés de 20 mm, un fusil AR-15 y dos ametralladoras Cormau. Para evitar ser arrestados y que les confiscaran el barco, la tripulación del Vicky I decidió arrojar todas sus armas por la borda.
La guardia costera de EE.UU. ha negado la participación del buque W-42 en este incidente.
Había otras 2 operaciones en proyecto: la Operación Maceo, un ataque contra las instalaciones de radar de cabo San Antonio en la península de Guanahacabibes en Pinar del Río y la Operación Machete un ataque a la cooperativa pesquera de Dimas en Mantua, Pinar el Río.
Ambas operaciones dependían de la obtención del presupuesto necesario para realizarlas porque necesitaban además de los $750 mensuales que les aportaba Laureano Batista Falla otras cantidades de las delegaciones en Puerto Rico, Venezuela, México y Nueva York.
No he podido encontrar información alguna si se llevaron a cabo estas dos operaciones.
Según la agencia EFE de San Juan de Puerto Rico el 25 de noviembre de 1997, un cubano arrestado recientemente con otros compatriotas se declaró ayer inocente de los cargos de importación ilegal de armas de fuego y de mentir al gobierno de EE.UU. Ángel Alfonso Alemán de 57 años, gerente de una firma textil en Union City, N.J. fue detenido el lunes 27 de octubre de 1997 en la costa oeste de Puerto Rico junto a Francisco Secundino Córdova de 50 años y pescador comercial de Cayo Maratón, Ángel Manuel Hernández-Rojo de 64 años un comerciante de madera de Miami y Juan Bautista Márquez de 61 años un negociante de madera de Miami.
El arresto se produjo once días antes de comenzar la VII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estados y Gobierno a celebrarse en Isla Margarita, Venezuela, entre el viernes 7 y domingo 9 de noviembre, en la que participaría el dictador cubano Fidel Castro.
Según el Servicio de Aduanas de EE.UU., el grupo había sido detenido cerca de Cabo Rojo (en el extremo suroeste de Puerto Rico) en el barco Esperanza de 46 pies de eslora (con matrícula de la Florida # FL1390EM, propiedad de José Antonio Llama Muñoz dueño de Nautical Sports Incorporated con sede en 301 Almería Ave. Suite 230 en Coral Gables) donde había: dos rifles semiautomáticos calibre .50 que iban a ser utilizados como rifles de francotirador; una embarcación de 46 pies, modificada para permitirle navegar prácticamente a cualquier lugar del Caribe y sus alrededores sin tener que repostar; gafas de visión nocturna y equipos (GPU) de Posicionamiento Global, para ayudar a los cubanos a llevar a cabo el asesinato del dictador Castro durante La Cumbre.
Sin embargo, una acusación de un Gran Jurado del tribunal de EE. UU en Puerto Rico no incluyó el delito de conspiración para asesinar a Castro que le imputaba la Fiscalía.
El juez Jesús Castellanos, del Tribunal Federal de Distrito de Puerto Rico, que escuchó los cargos de la fiscalía durante una audiencia preliminar, el jueves 30 de octubre de 1997, impuso fianza de $50,000 a cada uno de los acusados por tráfico y posesión ilegal de armas, pero no encontró insuficiente la evidencia sometida por la fiscalía para sostener ese delito de presunto asesinato.
El juez Jesús Castellanos convocó a una nueva audiencia para el viernes 31 porque la fiscalía no sustentó debidamente los cargos de conspiración en contra de los detenidos, además el juez indicó que el testimonio jurado del agente Padilla no era prueba suficiente para encausar a los detenidos, todo esto según declaraciones de un reportero local que estuvo en la audiencia preliminar.
De acuerdo con la declaración jurada de Padilla, Alfonso admitió sus planes de atentado contra Castro cuando el agente especial de Aduanas Marco Rocco comenzó a explicarle sus derechos constitucionales, en el momento en que fueron detenidos.
Los cargos presentados por el fiscal Miguel Pereira dicen que el guardacostas Baranof, al mando del oficial H.C. Rider, realizaba una patrulla de rutina en el noroeste de Puerto Rico cuando avistó a La Esperanza, luego que reportara un pedido de ayuda por problemas con sus motores.
La nave averiada fue conducida a la estación marítima del Departamento de Policía de Aguadilla. Allí, al principio, los cubanos dijeron que se dirigían a la isla de Santa Lucía para entregar la embarcación a un comprador.
Sin embargo, los agentes de aduanas y de los guardacostas descubrieron un doble fondo en el cual estaban ocultos dos potentes fusiles de asalto semiautomáticos Barrett, calibre 50, y siete cajas de municiones.
“Ese es un tipo de arma que se utiliza contra carros blindados y para hacer blancos muy específicos’’, dijo un exmilitar norteamericano que pidió no ser identificado. “Un fusil de ese calibre no es en realidad un arma de asalto sino de precisión’’.
Los acusados permanecían detenidos el jueves 30 de octubre de 1997 en el Centro Federal Metropolitano de Detención en San Juan.
Héctor Pesquera de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y los fiscales federales continuaban investigando el caso y aún pudieran solicitar a un jurado investigador que confirme los cargos de confabulación, dijo la fiscal federal Rosa Emilia Rodríguez.
Después de las investigaciones el gran jurado federal en Puerto Rico amplió los cargos para incluir el intento de asesinato de Castro a tres nuevos acusados: José Antonio Rodríguez de 59 años, un comerciante de madera de Miami; José Antonio Llama Muñoz (Toñín), de 57 años propietario del yate Esperanza y director de la FNC y Alfredo D. Otero de 62 años, otro comerciante de madera de Miami.
El lunes 12 de enero de 1998 los siete acusados de Puerto Rico ganaron una moción para trasladar su juicio a Miami, donde los abogados creían que los jurados podrían ser más simpatizantes de la causa anticastrista.
Pero luego de ser reclamado el caso regresó a Puerto Rico. Se produjo al fin el juicio, pero antes la fiscalía retiró los cargos contra uno, el juez aplazó el juicio contra otro porque padecía de cáncer y a la postre Llama Muñoz, Alfonso Alemán, Hernández-Rojo, Córdova y Rodríguez fueron absueltos el 9 de diciembre de 1998 por jurado federal de cuatro hombres y ocho mujeres.
En 2006 Ángel publicó el libro La Revolución en Cuba, sus mitos y víctimas. Se trata de un estudio histórico, político, y social sobre hechos acaecidos en Cuba durante los años en que transcurrió dicha revolución.
En la contraportada él se describe como un profundo conocedor de Cuba y de los cubanos, espeleólogo, piloto aviador, marino, empresario a veces y a veces proletario.
Cuando triunfaron las fuerzas del mal, se unió a la legión de cubanos que las combatieron y para ello usó todas las trincheras posibles, que le trajeron persecuciones y sentencias de muerte.
Estuvo en prisiones tan disimiles como la Penitenciaría Militar de Haití y la Cárcel Federal de Guaynabo en Puerto Rico.
El miércoles 21 de mayo de 2025 falleció Ángel Manuel Hernández-Rojo.
Los servicios fúnebres se efectuaron el miércoles 28 de mayo y al día siguiente el entierro en Caballero Rivero Dade South de 14200 SW 117 Ave.
Descanse en Paz un patriota que hasta el final de sus días, estuvo luchando por la libertad de Cuba.
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