ÁNGEL CUADRA ENTRE LA PATRIA Y LA POESÍA

Written by Luis De La Paz

29 de julio de 2025

Por Luis de la Paz  

El primer libro de poesía de Ángel Cuadra Landrove (La Habana, 1931- Miami, 2021) lleva por título Peldaño (La Habana, 1959), y alude al ascenso, a la iniciación en el incierto camino de la poesía, en el que a la postre resultó muy exitoso: En la breve nota introductoria escrita por el propio poeta explicando el porqué de su libro se lee: “Así surge Peldaño, sin modestias ni pretensiones, con la misión de liquidar una etapa y estimular la marcha hacia el futuro”.  

Ese volumen de poesía que bien se pudiera destacar como fundacional, está dedicado A mi patria, algo que, junto al libro propiamente dicho, trazaba desde aquel entonces las dos experiencias de vida fundamentales en Ángel Cuadra: la Patria y la Poesía, escenarios que junto a la anunciada “marcha hacia el futuro” (siempre incierto y en ocasiones cruel), lo conduciría por cárceles y finalmente al destierro. 

El orden de las prioridades de Cuadra era la Patria y la Poesía. La nación siempre marchaba al frente del poeta. En una ocasión, ya mayor y cansado de tanto andar por la vida me dijo que estaba consciente de que había sacrificado su obra en aras de la libertad de Cuba, y que no se arrepentía por ello.

Durante esa conversación franca y abierta, una de las pocas que tuvimos realmente sin tomar precauciones (Cuadra era extremadamente conservador, medido y reservado), me habló de cómo vivir sin patria había afectado su poesía; mientras que, por otra parte, entendía que el pasar tantos años en la prisión política y tomar el camino del exilio, trazó un sendero en el que sentía que recuperaba a su país a través de la poesía. Por extensión de la palabra, pues se desempeñó durante muchos años como articulista en Diario Las Américas e impartió muchas conferencias, brindó charlas y expuso tesis con brillantez. 

Ángel Cuadra fue de esas personas con clase, se distinguía por encima de los demás. Tendía a ser muy prudente, no se permitía libertades, ni arriesgaba más allá de lo necesario. Era un hombre reflexivo y observador.

Siempre me he preguntado cómo se puede ser cauteloso y a la vez valiente. Cómo se puede involucrar en conspiraciones contra un régimen totalitario, a sabiendas de las drásticas consecuencias de ser descubierto, como le ocurrió y por lo que pagó con 15 años en las cárceles castristas. Cuadra era de esas personas con una bravura interior, quizás motivado por esas tres palabras intensas en la dedicatoria de su primer libro Peldaño: A mi patria.

Cuando pienso en ese Cuadra poeta y decidido, sensible y audaz, me viene también a la memoria otro poeta, otro preso político, Jorge Vals Arango (1933-2015), que pasó dos décadas de prisión política. A ambos poetas los vi y escuché leyendo juntos durante una jornada de la tertulia La Otra Esquina de las Palabras que coordinaba el escritor Joaquín Gálvez. 

Ambos poseedores de una voz privilegiada, de dicción perfecta y poesía definitiva, leyeron ante un público atento, receptivo, emocionado. Cada poema, cada verso hacía que lo asociara con el tremebundo pasado que soportaron tras rejas. 

En un poema que escribí tras ese encuentro aludo a que “la memoria los conducía por pasillos y cerrojos”. A los poetas la respiración se les entrecortaba al escuchar a su compañero, creándose entre ellos un espacio sensorial particularmente sensible y de convivencia que la audiencia percibió y se emocionó.

El amor a la Patria lo exterioriza cada persona a su manera, que puede ser a través del ejercicio político, integrándose a las fuerzas armadas, alzándose en armas contra el opresor, en los eventos públicos donde se evoca a la nación, como puede ser el Día de la Independencia o rememoración de figuras forjadoras de la historia. También en la cotidianidad, expresando sus ideas libremente entre amigos, compañeros de trabajo o foros públicos.   

Cuadra, lo expresó en su juventud a través del teatro, donde se forjó en el fabuloso Teatro Universitario, que tanto aportó a las tablas cubanas. Fue actor e intervino en varias obras exitosamente. Luego, esa experiencia escénica le labró el camino para ejercer la crítica teatral en Miami y ser profesor de voz y dicción para los estudiantes en Prometeo, también en Miami, la capital del exilio cubano. 

Ángel Cuadra era un hombre culto, particularmente admiraba la poesía clásica española, así como a los poetas de la Generación del 27. Conocía la poesía cubana y trató a muchos de los autores cubanos de la República, con algunos se reencontró luego en el exilio. Su amplia cultura le abrió las puertas para ser parte del comité organizador para los autores iberoamericanos de la Feria Internacional del libro de Miami.   

En Cuba fue de los fundadores del Grupo Literario Renuevo, abocado en promover la literatura y la cultura cubana.  

Es preciso resaltar que nuestro poeta Ángel Cuadra era también erudito en muchas materias. Veía y sentía la Patria a través de Martí, por ello escribió muchos textos sobre el Apóstol cubano. Era intensamente martiano y eso lo forjó en la literatura y el patriotismo. 

Cuadra se involucró en varias conspiraciones para detener el avance del comunismo en Cuba. Anticipaba los daños (quizás irreparables ya a estas alturas de la historia) que ese sistema político castrista le estaba infringiendo a la Patria. Fue detenido y condenado en 1967 a 15 años de prisión. En 1976 fue puesto en libertad, pero las causas que lo llevaron a conspirar eran las mismas y volvió a involucrarse en actividades contra la tiranía, por lo que regresó a la cárcel hasta 1985 que tomó el camino del exilio. 

Durante esos años duros, asumió con entereza su destino y estuvo varios años entre los presos Plantados, esa categoría superior entre los presos políticos. Una condición que muy pocos pudieron mantener a lo largo de sus décadas de encierro político por las difíciles condiciones. 

Como escritor recibió el respaldo de varios centros PEN del mundo que reclamaron su libertad y fue declarado prisionero de conciencia por Amnistía Internacional. La presión internacional hizo que se lograra su liberación. 

Ya en el exilio, continuó el llamado de la Patria y la Poesía mediante una vida política y cultural activa. Fue director del ExClub, la asociación de expresos políticos cubanos, desde donde se ayudaba a los excarcelados con recursos, guía y asistencia. También, fue parte del reducido grupo que gestionó la aceptación de una filial del PEN Internacional para los escritores cubanos exiliados. 

Entre los honores que lo enaltecieron siempre fue asistir al 64 Congreso del PEN Internacional, en Edimburgo, Escocia, donde fue aceptada por unanimidad la creación del PEN Club de Escritores Cubanos en el Exilio, como parte de la organización internacional. 

Los cubanos exiliados, precisamente por esa condición de expatriados, pertenecemos a pocos foros internacionales como miembros activos, por ello la importancia de ser parte del PEN Internacional. Cuadra fue durante muchos años el presidente en funciones del PEN de los cubanos exiliados, y luego, y hasta su fallecimiento, su figura central, por el respeto alcanzado y su desempeño continuo e incesante. Ya bastante debilitado seguía luchando por la Patria. 

A Cuadra se le debe haber propuesto y organizado el Primer Encuentro de Centros PEN de Hispanoamérica, que precisamente convocó y financió el PEN de cubanos en el exilio, apenas 3 años después de habernos constituidos como organización, lo que constituyó un enorme desafío. Bajo el lema de Literatura y Libertad, el evento se realizó en el Koubek Center, en marzo del 2000, con la participación de delegados procedentes de México, Colombia, Bolivia, Panamá y Puerto Rico, además de nuestro PEN. 

Ángel Cuadra, el autor de Impromptus (1977), Tiempo de hombre (1977), Poemas en correspondencia (1979), Esa tristeza que nos inunda (1985), Fantasía para el viernes (1985), Las señales y los sueños (1988), Réquiem violento por Jan Palach (1989), La voz inevitable (1994), volcó también su grandeza poética en dos libros muy puntuales, De los resúmenes y el tiempo (2004) y Diez sonetos ocultos (2000), marcando con el conjunto de su obra, pero particularmente por estos dos poemarios, su destacado sitial en la poesía cubana. 

Hombre de acción y sacrificio, de sabiduría e integridad, Ángel Cuadra ha dejado un sólido legado con la Patria y la Poesía, acelerando su marcha hacia el futuro, que es su lugar en lo que llamaba Pepito Sánchez Boudy: la Cuba eterna. 

Trabajo leído durante el Segundo Encuentro del Libro Cubano Exiliado el 19 de julio del 2025, en el centro cultural Rebeca Sosa de West Miami.

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