En días recientes recibimos la triste noticia del fallecimiento de la querida religiosa cubana Sor Hilda Alonso Llevada. Nacida en San Juan y Martínez, Pinar del Río el 10 de febrero de 1921, Alonso estudió en el Colegio La Inmaculada en La Habana hasta el bachillerato y obtuvo un doctorado en Pedagogía de la Universidad de La Habana en 1946. Ese mismo año ingresó en la Compañía de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, haciendo sus primeros votos en 1951. Fue directora de La Inmaculada hasta 1959 y del Colegio de Belén en Santiago de Cuba entre 1960 y 1961. A raíz de la represión religiosa de la dictadura castrista, Sor Hilda partió al exilio en Puerto Rico, donde fue directora del Colegio La Milagrosa en Ponce y superiora de la Casa de Estudios de la Universidad Católica de Ponce. En 1971 vino a Miami para establecer la comunidad religiosa de las Hijas de la Caridad antes de regresar a Puerto Rico. Volvió a Miami definitivamente en 1981, donde continuó ejerciendo su vocación religiosa ayudando al prójimo hasta su fallecimiento el 5 de julio a los 101 años. Su vida de fe y servicio nos sirve de inspiración a todos.

Farewell to Sister Hilda Alonso (1921-2022)

In recent days we received the sad news of the passing of beloved religious leader Sister Hilda Alonso Llevada. Born in San Juan y Martínez, Pinar del Río on February 10, 1921, Alonso studied at the La Inmaculada School in Havana through high school and received a doctorate in Pedagogy from the University of Havana in 1946. That same year she joined the Company of the Daughters of Charity of Saint Vincent de Paul, professing her first vows in 1951. She was the director of La Inmaculada until 1959 and of the Belén School in Santiago de Cuba from1960 until 1961. As the Castro dictatorship’s repression against religion began, Sister Hilda went into exile in Puerto Rico, where she served as director of La Milagrosa School in Ponce and superior of the House of Studies of the Catholic University of Ponce. In 1971 she came to Miami to establish the religious community of the Daughters of Charity before returning to Puerto Rico. She returned to Miami definitively in 1981, where she continued to exercise her religious vocation by helping those in need until her passing on July 5th at the age of 101. Her life of faith and service serves to inspire us all.