Actualidad con Rolando Morelli

Written by Luis De La Paz

11 de marzo de 2025

POR LUIS DE LA PAZ, Especial para LIBRE

Conversar con el profesor y escritor Rolando Morelli, un atento observador de la actualidad, es un privilegio. Posee un gran sentido para el análisis minucioso, sin apasionamientos, más bien reflexivo y profundo. 

El escritor reside desde hace muchos años en Filadelfia, Pensilvania, pero la distancia no lo ha alejado del acontecer cubano de la isla y el exilio. Viaja con frecuencia a Miami, de hecho, es secretario del PEN Club de Escritores Cubanos en el Exilio y este mismo mes de marzo presentó su más reciente libro Lo que dura el estío, un voluminoso volumen que parte de un contexto histórico muy particular ocurrido en España. 

Precisamente a partir de ésta, su más reciente entrega, comenzamos nuestra conversación.    

—Acabas de editar un libro que, sin duda alguna, demandó una profunda investigación histórica. ¿Qué te llevó a escribir este libro?

Gracias, Luis, por tu interés en saber acerca de esta novela, Lo que dura el estío, cuyo trasfondo corresponde al período que va de 1820 a 1826, y destaca en ese marco, el trienio 1820-1823, coincidente con la proclamación en Cuba por segunda vez, de la Constitución liberal de Cádiz, y su ulterior supresión. He pensado obsesivamente, durante mucho tiempo, en este período que corresponde con el momento mismo en que cuaja el sentido de nación para los cubanos, y corresponde cronológicamente al apostolado del sacerdote Félix Varela, de manera preminente, y otras figuras del momento. Conocer aquellos hechos y comprender su trascendencia y actualidad, me parece requisito para que podamos todos, en particular las nuevas generaciones de cubanos, desprovistas de referentes confiables, enfrentar con propósito cierto el estado de caos en el que nos hallamos sumidos como nación. En otras palabras, traer a un primer plano de atención, el nacimiento mismo de Cuba como entidad autónoma, consciente de su ser, en momentos en que enfrentamos la peor crisis de esa identidad de que se tenga memoria.

—Está a punto de cumplirse 45 años del éxodo del Mariel, del cual tú eres uno de sus protagonistas. ¿Podrías brindar una mirada sobre lo que ha representado el éxodo en la vida social y cultural de los cubanos, tanto de la Isla como en el exilio? 

No me caben dudas de que la historia de la llamada Revolución Cubana, es decir ese proceso fraudulento y extremadamente doloroso y desdichado que arrebató la vida de nuestro país a partir de 1959 y la parasita hasta la fecha, habrá que dividirla para su estudio, algún día, en un antes y un después del éxodo del Mariel en 1980, de ahí la importancia y el significado de eso que se llama “El Mariel”. Los acontecimientos directamente relacionados con este éxodo fueron y siguen siendo de gran importancia. Para los cubanos que aún no habían nacido, o quienes no formaron parte de la inmigración, por diferentes causas, significó un llamado a la consciencia en su búsqueda de libertad y horizontes. También demostró a un mundo demasiado crédulo, a veces cómplice, que la idealizada “revolución” era una farsa criminal. Permitió, asimismo, que millares de personas alcanzaran la libertad mediante la fuga, entre ellos cientos de creadores, intelectuales, profesionales, etc., cuya superación personal ha venido a sumar cotas de talento en diferentes áreas y niveles de la sociedad norteamericana que los acogió.

—La libertad de Cuba sigue siendo una tarea pendiente para muchos. ¿Qué se debe esperar, en particular estando ese país en bancarrota?

Francamente, no dispongo del don de predicción que haría falta para ofrecer cualquier diagnóstico certero, pero me asiste el optimismo, ya que, no creo que seamos los cubanos menos capaces que otros países que vivieron largo tiempo bajo una tiranía sangrienta, de rehacer el país una vez libres de las rémoras que lo atenazan a día de hoy. La cuestión viene a ser, ¿cuándo al fin ocurrirá lo que tiene que ocurrir, pues es obvio cada vez más, el desplome del contorno alrededor de los tiranos del pueblo? Cuando esto se materialice de una vez, por medios que no alcanzo a visualizar, sin dudas la aportación del exilio será decisiva en la recuperación y salvamento de nuestro país. Y ese aporte, para que sea efectivo deberá abarcar todas las esferas: desde arandelas hasta libros. La gestión educativa, en mi opinión, no deberá ir segunda de ninguna otra.

Eres secretario del PEN de Escritores, que es parte del PEN Internacional, una institución que lleva casi 30 años activa en Miami. ¿Cómo valoras la labor desempeñada por los escritores exiliados afiliados a la organización?

Como bien sabes, el precedente directo de nuestro capítulo del PEN en el exilio se halla en el fundado en Cuba por el gran Jorge Mañach Robato. Cada vez más se incorporan a las filas de nuestra filial voces nuevas. Desde su refundación, gracias a la inspiración del recordado poeta y expreso político Ángel Cuadra Landrove, no ha cesado dicho proceso. Hemos participado en numerosos congresos internacionales, como representación única, y genuina de los escritores e intelectuales cubanos, ya que, bien sabemos, los de la isla no disponen de voz propia. Mi sueño, y el de muchos otros compatriotas es que algún día podamos prescindir del epíteto que nos identifica en lo que a «del exilio» se refiere. Será cuando Cuba sea libre, y quienes lo somos, dejemos de ser exiliados. Entre tanto, seguimos trabajando y llevando muy en alto la categoría de exiliados que nos representa.

—Eres un escritor muy activo, ¿podrías anticiparnos algo de tus próximos proyectos? 

Trabajo paralela e incesantemente en numerosos “proyectos”, como tú los llamas. No podría decirte con certeza cuántas cosas por terminar, unas más adelantadas que otras, tengo entre manos. La vida se me va en escribir, o, mejor dicho, escribir, es para mí parte importantísima de la vida, tal y como la concibo y he diseñado. Ahora mismo creo que hay tres textos novelescos listos para publicar: “Ultraje”, “Álbum de cenizas” y el tercero para el que no doy aún con un título que me satisfaga, además de varias colecciones de relatos que no sé si alcanzarán a ver la luz antes de entregar la que me corresponde. Quisiera, asimismo, publicar mi poesía reunida y dos volúmenes de ensayos, algo de teatro… En fin, muchos proyectos, y menos tiempo entre las manos.

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