Conocí a Nedda, como simplemente todos la llamaban en el año 2000, durante un encuentro de Centros PEN de Hispanoamérica que organizó el PEN Club de Escritores Cubanos en el Exilio. Varias figuras de Miami, como Amelia del Castillo, Ángel Cuadra y Rita Geada se referían a una talentosa escritora cubana residente en México que vendría al evento y que debía conocerla.
Nedda llegó a Miami al encuentro y presentó una ponencia impactante ¿Por qué Dreyfus?, que sobrecogió al público que colmaba el teatro del Koubek Center. Al escucharla leer ese texto tan contundente, entendí los elogios que escuchaba de ella.
A pesar de llevar viviendo en México casi toda su vida, desde el año 1952, hay algo que resalta en esta mujer escritora, apasionada de la lectura y el cine, y es su amor a Cuba.
Lo cubano se integra a su vida como lo mexicano, pues, Nedda G. de Anhalt habla con acento mexicano.
—Usted ha tenido una vida intensa. Nació en Cuba de padres judíos, estudió en la Isla y en Estados Unidos. Ejerció como profesora y periodista. Es amante del cine y además escritora. ¿Considera que la vida ha sido generosa con usted? ¿Se siente satisfecha con lo alcanzado?
Sí, todo eso y más es cierto. Y la vida, en efecto, ha sido generosa pero no estoy satisfecha ya que perdí a gran parte de la familia en el maldito Holocausto y además, estamos viviendo en un mundo donde impera pobreza, hambre, injusticia y unas ansias ilimitadas de poder. Mis padres me brindaron la mejor educación posible. Los institutos y colegios como el Ruston, Baldor, Arturo Montori, Belén, y muchos más, así como la propia Universidad de La Habana, contaban con maestros de primerísimo nivel. Tal vez algunos no sepan que, en esa época, Cuba, después de Argentina y Uruguay, ocupaba el tercer lugar con más alto índice de educación. Y si fui aceptada en el mejor college norteamericano de aquellos tiempos fue por mis buenas calificaciones. Pero Amor, Literatura e Historia se enlazaron y terminé abandonando la carrera de Derecho, casándome y viviendo en México. Y como todo principio para una pareja puede ser feliz –y nosotros lo fuimos– paralelamente no fue fácil. Mi esposo durante varios años tuvo cuatro trabajos, mientras yo estaba luchando por aprender un nuevo lenguaje que, siendo el mismo, tenía palabras y refranes con diferentes significados.
—El pasado año dio a conocer un nuevo libro, Nedda G. de Anhalt entre libros, películas, imágenes, confidencias “¡hasta que se pare la bola!”. El largo título recoge sus pasiones y denota cubanía con “hasta que se pare la bola”. Háblenos de ese libro.
En efecto, salió en 2024 pero aún no se ha publicitado excepto por la hermosa reseña que el novelista cubano exiliado en Florida, José Albertini, publicó en Cubanet https://www.cubanet.org/nedda-g-de-anhalt-autora-de-textos-que-generan-imagenes-y-musica/. En realidad, lo que yo quería era homenajear a mis maestros, entrevistados y amigos que tuve la fortuna de conocer. El próximo mes de octubre en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo de la ciudad de México, se hará la presentación oficial de Nedda G. de Anhalt entre libros, películas, imágenes, confidencias, hasta “¡que se pare la bola!”.
—Si el pasado año publicó ese libro, este 2025 lo abrió editando otro, Satie y yo, que en gran medida resume parte de su vida familiar, en especial la historia de su madre polaca que llegó a Cuba. ¿Qué la impulsó a escribir este libro?
Algo muy importante, dejar a futuras generaciones la memoria del pasado. La que iba a escribir la historia familiar era mi queridísima prima Silvia, sobreviviente en Siberia del Holocausto, pero al perder ella la guerra contra el cáncer, era un deber para mí terminarlo. Como bien dijiste, es una tradición cubana escribir el origen de las familias. Mi madre nació y vivió en Varsovia, Cuba y México. Los tres países están representados en estos relatos.
—Ha vivido la mayor parte de su vida en México y con orgullo señala que es ciudadana mexicana. ¿Qué ha representado para usted ser parte de la vida y la cultura mexicana?
Un gran honor. En México nació mi hijo, pude hacer mi obra, traté de viajar lo más posible para conocer los diferentes estados de la República Mexicana, tuve amistades fabulosas de todo tipo y edades. Pero una vez más aclaro que no fui aceptada desde el principio. Recuerdo la ocasión que, en un encuentro literario, entré al salón y mientras caminaba y saludaba, nadie respondió ni me invitó a su mesa. Era el “ninguneo” del cual me habían advertido y al que me acostumbré ya que puedo dar más ejemplos.
—En México trató con Octavio Paz. ¿Cómo lo conoce y cómo valora el conjunto de su obra ensayística y poética?
Me hiciste una pregunta que merece una amplia respuesta, pero es imposible por el límite de espacio. Trataré de sintetizarlo. Lo conocí en una cena y estuvimos charlando de su ensayo en un libro colectivo reciente que yo acababa de leer y ahí simpatizamos. Lo considero un hombre colina (visionario con capacidad de vaticinio) y nunca se me va a olvidar el día que me dijo: “Nedda, lo de Cuba no se va a arreglar”. Yo sentí que el corazón, literalmente, se me caía al suelo. Su obra ensayística y poética es extensa y valiosísima porque Paz poseía una lucidez crítica y al mismo tiempo una imaginación admirable. Su cuento Mi vida con la ola es un buen ejemplo de lo anterior, yo solía enseñarlo a mis alumnos. Era muy culto, ético y a nivel personal un buen amigo. Comparto una experiencia maravillosa con el poema Piedra de sol que se llevó a cabo en el bosque de Chapultepec, en donde un grupo de personas formando un gran círculo escuchamos los más de 500 versos con las manos unidas y los ojos cerrados, o al menos yo, cerré los míos.
—Es autora de tres importantes libros de entrevistas a figuras de la vida política, cultural y social cubana. Son libros que en su conjunto cubren varias generaciones de cubanos. ¿en la distancia cómo valora esos libros hoy en día?
Luis, te va a extrañar lo que te voy a decir, pero encontré una carta tuya de hace muchos años, no nos conocíamos, habías leído Rojo y naranja sobre rojo y Dile que pienso en ella. A ti te interesaron, pero me admitiste que desconocías mi obra de ficción y te gustaría leerla. Los años pasaron y terminé entrevistándote para mi libro Cubanos, ya con dos ediciones. Tú ocupaste la presidencia del PEN Cubano en el exilio, eres un tremendo promotor cultural, ahora me entrevistas tú a mí y además también te convertiste en el editor del libro Satie y yo (Editorial El Ateje) de venta en Amazon. Te agradezco el interés que has tenido en mi obra y sobre todo la noticia que me obsequiaste: los 107 años cumplidos de la poeta cubana Amelia del Castillo ¡felicidades! En cuanto a mis libros los valoro. Estas voces del exilio dicen la verdadera historia de Cuba en contraposición a las falsas versiones oficiales del régimen totalitario castro-comunista.
—Con todo respeto (usted dice abiertamente su edad) es una persona mayor, pero también una trabajadora incansable. Me imagino que tenga presente esa frase de Reinaldo Arenas: “no detenerse”. ¿Cuál podría ser su próximo libro?
Después de Satie y yo mi próximo libro será de poesía: Monet y Voltaire. En cuanto a la edad, me parece muy natural decir la verdadera a cualquier edad, valga el pleonasmo. Y por supuesto, que no olvido la recomendación de Reinaldo Arenas, yo no me detengo, sigo trabajando. Revisando mis papeles encontré una serie de misivas que me han escrito, son verdaderos tesoros. Además de la tuya, hay de Padilla, Cabrera Infante, Arenas, Sarduy, Alastair Reid, Sergio Galindo, Rosario Hiriart, Florit, Ángel Cuadra, Santí, Emilio Adolfo Westphalen, Ignacio Trejo, H. Senegal, Silvia Feldman, Fernando Vallejo y tantísimas más. Estoy haciendo una selección, porque algunas son muy personales para publicarlas. Tengo regados poemas y ensayos que quisiera rescatarlos en un compendio. Hubiera querido también que después de 40 años fueran reeditados algunos de mis libros, pero eso es difícil porque en México no abundan las reediciones a menos de que estén auspiciadas. Así que, como ves, estoy activa y espero que la vida se ponga de acuerdo con Cronos y siga, como me comentaste, siendo generosa.
0 comentarios