ACTUALIDAD CON MANUEL PANEQUE LAHENZ

Written by Luis De La Paz

3 de junio de 2025

Por Luis de la Paz  

Conocí a Manuel Paneque Lahenz recién llegado a Miami, desde Colombia, donde residió por más de una década desde que salió de su Cuba natal buscando otros horizontes, los de libertad creativa y personal. Durante la conversación me recuerda que eso fue en el 2015. 

Como siempre ocurre, el tiempo hace de las suyas, pero lo más importante es que este músico profesional, que domina un instrumento antiquísimo de raíces árabes, difícil y de sonoridades sorprendentes, se ha mantenido activo, llevando las composiciones que ejecuta con el laúd a espectáculos públicos y privados y sigue recibiendo la admiración de la audiencia que queda fascinada con su ejecutoria.

Recientemente ofreció un memorable concierto Liamna Pestana, como él, otra virtuosa laudista. Manuel Paneque Lahen, nos brinda un panorama de su vida y obra. 

—1. Eres músico, especialista en un instrumento muy particular y antiguo: el laúd. ¿Qué te impulsó a estudiarlo?

Mi historia con el laúd comenzó cuando estudiaba guitarra en la Escuela Vocacional de Artes de Holguín, mi provincia natal. Tras graduarme del nivel elemental, viajamos a Camagüey para realizar los exámenes de ingreso al Nivel Medio en Música. Allí conocí al Dr. Efraín Amador, quien nos habló con gran entusiasmo del laúd y del tres cubano, dos instrumentos que pronto formarían parte de nuevas cátedras en la Escuela Nacional de Artes de La Habana.

Su pasión nos contagió. Éramos apenas unos niños de 13 o 14 años, pero dos de nosotros decidimos lanzarnos a esta aventura. Dejamos nuestras familias y nuestra ciudad atrás para mudarnos a La Habana, llenos de sueños, ilusiones y el deseo inmenso de crecer como músicos. Todo era entusiasmo y metas por cumplir.

—2. ¿Qué diferencia existe entre el laúd y otros instrumentos de cuerdas?

El laúd que utilizo en mis conciertos es un Alto Lute o laúd contralto, parte de la gran familia de los laúdes históricos. Su construcción, técnica de interpretación, sonoridad y número de cuerdas lo distinguen notablemente de otros instrumentos de cuerda.

Uno de mis laúdes, construido en México por un reconocido luthier, tiene siete órdenes dobles —es decir, 14 cuerdas—, lo que le confiere una sonoridad rica y compleja. En Cuba, el laúd tradicionalmente usado posee seis pares de cuerdas. Es importante destacar que, aunque el laúd llegó a Cuba desde España, no es un instrumento autóctono como el tres. Al igual que en otros países de América Latina —como el cuatro en Puerto Rico o el tiple en Colombia— el laúd ocupa un lugar especial dentro del paisaje sonoro.

—3. Háblanos de tu carrera como músico, tanto en Cuba como fuera de la Isla.

Empecé muy joven, aún como estudiante, a realizar conciertos y participar en festivales de música clásica en Cuba. Fui parte de los Festivales de Guitarra de La Habana y colaboré en programas radiales y televisivos, acompañando a grandes figuras de la música cubana.

Más adelante me uní al grupo de la reconocida cantante Liuba María Hevia, con quien realicé giras internacionales. Luego tomé la decisión de radicarme en Colombia, donde viví por 15 años. Allí continué mi carrera como concertista y docente en universidades y colegios de Bogotá.

En 2015 fui invitado a ofrecer un concierto en Los Ángeles, y decidí establecerme en Estados Unidos, país al que considero hoy mi hogar. Desde entonces he desarrollado una intensa carrera como solista y en diversas agrupaciones, además de lanzar mi primer disco: El laúd le canta a Cuba. Actualmente soy profesor en una prestigiosa escuela de música en Miami.

—4. Te hemos escuchado interpretar desde Bach hasta música popular cubana. ¿Qué posibilidades ofrece el laúd?

Las posibilidades del laúd son realmente vastas. En Cuba se utiliza principalmente para música campesina, pero también es capaz de adaptarse a géneros como el son, la guajira o la guaracha. Personalmente, me fascina la música barroca, por lo que he adaptado muchas piezas originalmente compuestas para otros instrumentos, incluyendo obras de Bach y Vivaldi.

Mi repertorio también incluye sonatas y conciertos escritos específicamente para laúd, lo que me permite mostrar su versatilidad tanto en lo clásico como en lo popular.

—5. ¿Crees que las nuevas generaciones de músicos se sienten atraídas por el laúd?

Aunque el laúd fue uno de los instrumentos más populares en la historia de la música, hoy en día no goza de la misma presencia. En Estados Unidos, por ejemplo, no tengo alumnos de laúd, aunque sí de guitarra. Muy pocas instituciones académicas mantienen cátedras dedicadas a instrumentos antiguos.

En Cuba, sin embargo, la escuela de laúd y tres cubano continúa vigente, aunque desconozco su estado actual con precisión.

—6. Recientemente ofreciste un concierto junto a la laudista Liamna Pestana. ¿Puedes contarnos más sobre esa experiencia y las diferencias entre el laúd cubano y el renacentista?

Liamna es una gran amiga y colega con quien he compartido varios proyectos. Ella realiza su doctorado en la Universidad de Miami y posee una profunda formación en música antigua. Además de ser intérprete de varios instrumentos históricos, es una investigadora destacada en su campo.

La combinación de nuestros instrumentos —el laúd cubano y el renacentista— ha sido mágica. Nuestro repertorio abarca desde el Renacimiento hasta el Romanticismo, incluyendo adaptaciones de danzas y contradanzas cubanas de compositores como Esteban Salas, Ignacio Cervantes y Manuel Saumell.

Hemos tenido la fortuna de presentarnos en ciudades como Nueva York, y nuestro proyecto sigue creciendo, siempre con la misión de llevar la música del laúd alrededor del mundo.

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