Actualidad con… Julio M. Shiling

Written by Luis De La Paz

3 de diciembre de 2024

POR LUIS DE LA PAZ

Especial para LIBRE

Conversar con el politólogo, escritor y director del foro político y la publicación digital, Patria de Martí, Julio M. Shiling es un aprendizaje, una invitación a reflexionar. Con una Maestría en Ciencias Políticas, es un hombre lúcido, observador, atento de la realidad, siempre buscando vislumbrar el trasfondo de nuestra sociedad. 

Ante los cambios que se avecinan con la elección de Donald Trump como el presidente 47, quisimos conocer su opinión sobre el futuro que podría vislumbrarse para Estados Unidos, el mundo y sus observaciones respecto a Cuba. 

—La victoria de Donald Trump en las elecciones le ha dado un poder casi total, al controlar las dos cámaras. ¿Cómo podría ese poderío cambiar el rumbo de los Estados Unidos, y en qué sentido?

—Donald Trump y el Partido Republicano recibieron un mandato extraordinario de la sociedad estadounidense que se ve reflejado en el control de ambas cámaras y podemos decir que gozan también de una mayoría ideológica en el Tribunal Supremo. Eso se ve muy pocas veces en la historia. 

El mandato es claramente revertir el socialismo cultural a través de diferentes manifestaciones como se ha visto en estos 4 años en los colegios, y no me refiero necesariamente a la enseñanza universitaria, sino a lo que es la educación primaria. cursos con enseñanzas que parten de premisas neomarxistas, en el trabajo en lo que conocemos como Diversidad de Equidad de Inclusión que son formularios neomarxistas que contradicen los principios de la igualdad ante la ley y proponen mecanismos de discriminación, racismo y sexismo y determinados cursos que chocan con los preceptos que están protegidos precisamente por la ley de Derechos Civiles. La segunda parte de este mandato se enfoca en desmantelar el estado administrativo, lo que algunos llaman el estado profundo, una serie de agencias con enormes poderes, incluso policiacos, como el FBI, la CIA, el Departamentos de Rentas Internas, la Agencia de Protección Ambiental, el Departamento de Estado y agencias de inteligencia de las fuerzas armadas. El tercer propósito doméstico es afianzar libertades básicas. Hemos visto estos últimos cuatro años y podemos decir que las medidas en muchos estados contra libertades básicas han llevado a muchos a entender que Estados Unidos ha perdido un terreno grande en libertad de expresión y libertades de culto. Veremos medidas para afianzar esas libertades básicas y fortalecer las instituciones. 

—Hay una emergencia mundial con las amenazas constantes de Putin de usar armas nucleares. ¿Cómo visualizas el escenario de esta confrontación verbal, pero que puede desatar una guerra mundial?

—Tenemos que entender que políticas de vacilación, que son vistas como muestras de debilidad y posturas globalistas internacionales que le restan fuerza y poder a naciones como Estados Unidos, que tiene un papel fundamental en la estabilidad del mundo, son aprovechados por los enemigos de la libertad para desatar guerras. El desastre de la salida de EE.UU. de Afganistán, señaló a esos enemigos que tenían bastante terreno abierto para avanzar. Ucrania nunca hubiera sido invadida por el dictador Putin, pues hubo tiempo suficiente para haberlo prevenido. La invasión islámica a Israel apunta a Irán como financiador de esa operación, gracias a que Joe Biden le facilitó esos recursos. La posición de China ante Taiwán, lo mismo, estos discursos de guerra no lo escuchamos durante el gobierno de Trump, por el respeto que se le tiene a Estados Unidos. A partir de enero vamos a vivir en un mundo más estable. 

—El populismo puede ser contraproducente en algunos casos, pues tiende a crear regímenes autoritarios de izquierda. Sin embargo, en el movimiento democrático cómo percibes la actual corriente hacia el populismo de derecha.

—Debemos tener cuidado con términos, hay un uso común sobre el populismo y efectivamente tiende a ser asociado con régimen autoritarios, de izquierda y de derecha, pero la realidad es que el populismo per se, es un gobierno que goza de gran arraigo popular y que es antielitista; en otras palabras, la esencia que tiene y su autoridad, para gobernar parte de un sentido popular. De modo que no se debe percibir el populismo norteamericano como una amenaza al sistema democrático. Lo que podemos percibir de estas elecciones 2024 es que la sociedad de manera bipartidista (ya que hay más demócratas en el país), hizo posible su deseo de retornar a EE.UU. en una dirección, en una corriente que se conoce como el excepcionalismo: votantes demócratas que estaban hartos de un rumbo que ellos no compartían, apoyaron a Trump. 

—Hay un deterioro brutal en la vida del cubano, que además de una emigración creciente, está sumiendo al país es una crisis total. ¿Cómo ves el escenario cubano a corto y mediano plazo?

—El sistema comunista cubano ha llevado a Cuba en el sentido espiritual y material a su punto más bajo, a un estado de penuria, de asfixia espiritual. Hay un sector minoritario, los privilegiados de una cleptocracia que le brinda a la élite dictatorial beneficios materiales. Todo eso es sostenido por el terrorismo de estado. El nuevo gobierno norteamericano podría a corto plazo tomar medidas para enfrentar y mejorar esta realidad de Cuba, pues el problema es claramente político y ético. El castrocomunismo se sostiene del petróleo de Venezuela, de ayudas de regímenes amistosos, remesas de cubanos en el exterior, el narcotráfico y la mano de obra esclava. Estas fuentes de ingresos se le están cerrando a la dictadura. A corto plazo vamos a ver aprietos, más problemas en la utilización de los éxodos como una solución. A mediano plazo un incremento del descontento popular a nivel público. 

—Con Trump en La Casa Blanca enfocado en la inmigración, pero con un patio trasero en América Latina inestable, ¿crees que el presidente se ocupará de reenfocar y democratizar países como Cuba, Venezuela y Nicaragua?

—Los EE.UU. de manera bipartidista no ha puesto una prioridad en América Latina y eso es muy lamentable, pues países como China e Irán lo han aprovechado. Con Trump vamos a ver un enfoque diferente, basado en ayudar a promover cambios de regímenes, y en impulsar sus propios intereses por cuestión de seguridad nacional. 

—De qué manera piensas que Marcos Rubio como Secretario de Estado influirá en la democratización del hemisferio. 

—Su influencia puede ser extraordinaria. Vamos a ver en la doctrina Trump, el plan Rubio, que busca incentivar cambios de régimen entre los enemigos de la libertad, muy específicamente en América Latina. Con Marcos Rubio desde el mando en el Departamento de Estado, vamos a ver una política de cero tolerancia en el uso de la inmigración como un instrumento de guerra, algo que el castrocomunismo ha logrado hacer cada vez que tiene una crisis que puede poner su control político en riesgo. Vamos a ser testigos de una política completamente diferente. 

—Cuál es el balance de tu organización, Patria de Martí, durante el año que está por terminar. 

—Patria de Martí sigue enfrascada en una campaña de concienciación cívica, entendiendo que no se puede vivir en una sociedad libre y abierta si no hay una ciudadanía consciente de lo que está en juego. Patria de Martí está comprometida con promover el fenómeno de reconocer los derechos naturales, la igualdad ante la ley, el principio del estado de derecho. Sin una sociedad virtuosa, no es posible tener un modelo democrático. Lo que hacemos es un ejercicio de la preservación de los valores eternos. En Patria de Martí trabajamos en la refundación de la República de Cuba, algo que tomará una mayor amplitud cuando Cuba sea libre y democrática.  

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