ACTUALIDAD CON JOSÉ A. ALBERTINI

Written by Luis De La Paz

22 de abril de 2025

POR LUIS DE LA PAZ

Especial para LIBRE

En la vida social de Miami hay figuras muy laboriosas y que mantienen un perfil bajo, pero llevan adelante una labor de líder; sus opiniones cuentan, son escuchadas, ejercen influencia en los sectores en que se desenvuelven. Son de esas personas que saben que lo importante no es el protagonismo, aunque cuando tienen que hacerlo están presentes, sino los resultados.

Una de esas personalidades lo es José A. Albertini. Trabajador, luchador incansable por la libertad de Cuba, excelente amigo, generoso y preocupado. Es una de esas personas que en los difíciles tiempos que se viven (siempre todo tiempo presente será el peor) no abundan. 

A Albertini me une una buena amistad, trabajamos muy cercanamente en el PEN Club de Escritores Cubanos en el Exilio, impulsando su proyección local e internacional en tiempos que uno de sus fundadores, Ángel Cuadra, ya no estaba en condiciones de continuar al frente. Además, vale la pena resaltarlo, siempre se entendió la importancia de que la literatura de los exiliados se difundiera, porque en muchos de esos cuentos, novelas, poemas y obras de teatro, se incluye las experiencias de vida de cada creador bajo el castrismo y se entiende que la creación literaria es también un frente político.  

Recientemente Albertini publicó con Ediciones La Gota de Agua un libro singular, y no hay mejor manera de iniciar una conversación que preguntándole sobre el tema:    

—Me gustaría comenzar por tu libro más reciente Memoria constante: relatos verídicos. ¿Podrías hablarnos de ese libro?

Bajo ese título se agrupan siete historias reales sobre mis años de lucha activa contra el castro-comunismo y una etapa de la prisión política que transcurrió en un lugar de la provincia de Las Villas, llamado Cardoso. Fueron tres años (1960-63) de clandestinaje riesgoso; personajes y rostros, que han marcado el resto de mi existencia. Fue y sigue siendo algo tan personal y profundo que lo comparo con el sudor corporal o la propia respiración. Por cierto, el amigo y escritor Rolando Morelli obró de acicate para que me decidiera a compartirlas.  

—En esa misma dirección, de narrar la lucha contra el castrismo se centra el libro Cuba y castrismo: Huelgas de hambre en el presidio político. ¿Cuál es la importancia de ese libro, que requirió investigación, y pienso, debió haberte sido doloroso preparar?

La importancia radica en que son quince testimonios de personas, hombres y mujeres, que enfrentaron desde las mismas prisiones, con la rebeldía de las heroicas huelgas de hambre, al régimen totalitario imperante en Cuba desde 1960. Con el tiempo la importancia crece, ya que de las quince voces que recoge la obra, ocho ya han abandonado el mundo físico. Hablamos de seres humanos que narran experiencias brutales y, añado, hasta sobrehumanas, que abarcan desde 1960, hasta finales de la década de 1980. Hablar con esos héroes y heroínas de la lucha contra la tiranía no me causó dolor y sí, paradójicamente, admiración. El dolor lo ocasiona contemplar que algunos hayan muerto sin poder volver a una Cuba libre.   

—Como narrador eres autor de novelas como En olor de lluvia, Siempre en el entonces y Allá donde los ángeles vuelan. Son libros que tienen mucho de vivencias y referencias escuchadas. ¿Cómo definirías tu literatura?

Mi literatura brota de lo que fui y soy. Siempre quise ser escritor, pero si no hubiese vivido, la experiencia del totalitarismo castro-comunismo tal vez me hubiese dedicado a la novela histórica. Por lo tanto, toda la ficción-real que escribo está signada por personajes atosigados por fuerzas hostiles y ajenas pero que, a toda costa, aunque no lo logren, buscan y luchan, aunque a veces no saben el porqué, por la plena libertad individual; base de la posterior verdadera emancipación social y colectiva. Por supuesto, el amor, en mis textos, siempre es una constante, embozada o desembozada.  

—Una de tus novelas, El entierro del enterrador se está publicando por entregas en este periódico LIBRE. ¿Por qué escogiste ese libro para el formato de entregas semanales?  

Porque es una obra de lectura fácil donde el cementerio del pueblo, que realmente es Cuba, funge como uno de los protagonistas. Allí, en ese camposanto, atemporalmente, discurre parte de nuestra historia patria. También, la seleccioné porque LIBRE no solo es leído por cubanos. Otras comunidades hispanas y hermanas leen LIBRE y, como la nuestra, tienen una profunda relación afectiva con sus países y pueblos nativos. Y, por supuesto, con los cementerios donde reposan muchos restos familiares. Asimismo, lugar en el que algunas tiranías, de las que a lo largo de la historia común hemos padecido, han dejado huellas de asesinatos de medianoche.  

—Durante años fuiste conductor de La peña azul, un programa de radio singular que se transmitía desde el restaurant Rancho Luna. Allí se hablaba de historia, de política, de actualidad. ¿Cómo evocas ese espacio de radio? 

En realidad fui copresentador. El creador del espacio, director y presentador principal fue el Dr. Salvador Lew (†), gran amigo que nunca olvido. La Peña Azul que se trasmitía por la emisora radial Cadena Azul y más tarde también por La Poderosa, en horas del mediodía, llegó a ser el programa más escuchado de Miami. Se inició radiándose desde el desaparecido Restaurante Centro Vasco, y luego pasó al también desaparecido restaurante Rancho Luna.

En algún momento de la década de 1990, sustituí, en el programa, al también amigo Pedro Corzo que comenzó a trabajar para Radio Martí. Ya desde antes, cuando Pedro Corzo por algún motivo se ausentaba yo lo cubría. En el tiempo en que acompañé a Salvador tuve el privilegio de entrevistar y compartir con personalidades de la política, tanto norteamericana como cubana, también artistas y colegas del medio. Rápidamente, solo citando algunos nombres, te menciono a Jeb Bush, antes y luego siendo gobernador de la Florida, los representantes federales Ileana Ros y Lincoln Díaz Balart, Javier Souto, senador estatal. Raúl Martínez, alcalde de Hialeah, Alex Penela, alcalde condal, Tomás y Raquel (†) Regalado, y un enorme etc. Recuerdo, al instante, a cubanos notables como los desaparecidos Santiago (Santiaguito) Rey Pernas, Emilio (Millo) Ochoa, José Pardo Llada, Rafael Díaz Balart, padre, el Dr. Rolando Espinosa y el siempre presente Demetrio Pérez Jr., educador, servidor público y hombre comprometido, mientras vivió, con la libertad plena de su amada Cuba. Y vuelvo al etc. Artistas, sin pensar mucho, menciono al hoy olvidado Cacharrito de Málaga, Marta Pérez, Pili de la Rosa, de Pro-Arte Grateli, Jorge Félix, Luis Aguilé y retorno al etc., porque en esta página no es posible citarlos a todos. 

—Los tiempos cambian y la dictadura castrista permanece aferrada al poder y a los mismos métodos de represión, pero en medio de una crisis generalizada. Como observador del acontecer cubano, ¿qué podría esperarse en los próximos tiempos?

El totalitarismo castro-comunista, impuesto con asesinatos y mentiras, desde sus inicios está condenado a desaparecer. Por supuesto, ya lleva 66 años en el poder, pero en términos históricos, no humanos, no pasa de ser un accidente que ha retrasado, con fórmulas extranjeras y extracontinentales, el libre fluir de la nación cubana. En los próximos tiempos espero se agudice la confrontación del pueblo contra la tiranía expoliadora. La lucha del pueblo libre cubano, que se inició en el mismo año 1959, saldrá victoriosa. Luego, podrá venir una etapa de incertidumbre y reajustes, pero al final la Isla retornará, con nuevas fórmulas y visión de futuro, al grupo de naciones democráticas de nuestro continente.  

—Durante años fuiste el conductor del programa Cuba y su Historia en el canal 17, televisión pública de Miami. ¿En la distancia, cómo percibes lo que hiciste en ese programa dominical?

Estuve alrededor de 25 años conduciendo ese espacio televisivo. A la distancia estoy satisfecho con el desempeño. Siempre, con plena libertad de palabra y opinión, tuve invitados de calidad que dieron prestigio al programa y de los cuales todos aprendíamos algo. Por cierto, en el presente el fraterno Alberto Müller, con los conocimientos y vocación democrática que le caracterizan, está haciendo un estupendo trabajo en Cuba y su historia.  

—Eres un escritor activo y vigente. ¿Trabajas en alguna nueva novela, o en un nuevo libro de memorias?

Además de escribir, mensualmente, una reseña literaria para LIBRE, estoy dando los primeros pasos en un texto, aún no sé si será novela o un manojo de cuentos, donde los personajes masculinos y femeninos llevarán nombres de flores y los apellidos también estarán ligados a la naturaleza. Por ejemplo: Magnolia del Valle y Nardo del Risco… Huelga decir que el tema, como es habitual en mí, versará sobre lo impuesto que limita la libertad y el derecho pleno al lugar de nacimiento y hasta del aire que respiramos. Sobra decir que el amor, aunque los personajes tal vez lo intuyan o nunca lo sepan, a totalidad, los motiva a proseguir búsqueda y lucha. La creación, aunque a veces se distorsiona, nunca para.

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