Actualidad con Alberto Müller

Written by Luis De La Paz

21 de enero de 2025

POR LUIS DE LA PAZ

Especial para LIBRE

Sostener una conversación con Alberto Müller es una experiencia reconfortante. Está informado de prácticamente cualquier aspecto del acontecer político, social y cultural de Miami, los Estados Unidos y el mundo. Posee la perspicacia del observador que mira y capta lo esencial. 

En la vida de Müller converge el hombre de acción, el preso político, el agudo periodista, el profesor y el escritor. Como es el conductor del programa televisivo Cuba y su Historia en el canal 17 de Miami, domina la temática cubana de manera precisa, tanto histórica, como la del presente. Sus análisis son muy bien estimados. 

En su juventud fue elegido Secretario General del Directorio Revolucionario Estudiantil (DRE) organización que busca liberar a Cuba del totalitarismo castrista prosoviético. A los 21 años comanda un grupo guerrillero en la Sierra Maestra. En su primera noche de detención es sometido a un simulacro de fusilamiento en el campamento de Las Mercedes en la Sierra Maestra. Poco después es incomunicado en las celdas del Castillo de Santiago de Cuba. Gracias a muchas manifestaciones universitarias en América Latina no es condenado a muerte, pero sufre el presidio político por 18 años. Estos avatares en su vida están recogido en su libro Pobre Cuba.  

—Recientemente ha renacido Trinchera, una publicación que los estudiantes universitarios hicieron en Cuba en el año 1959. Cuéntanos qué fue y es Trinchera y por qué se ha retomado el proyecto en el 2024. 

Trinchera fue un periódico universitario fundado en la Universidad de La Habana en 1959, entre otros por Juan Manuel Salvat –recientemente fallecido–, Ronnie Ramos, Liliam Abella, Yara Borges, Juanín Pereira, Jorge Garrido –estos tres últimos también fallecidos– y el que suscribe.

La misión desde su origen fue informar de forma objetiva y balanceada sobre el acontecer cubano y universitario. Por eso entrevistamos a Alexander Alexeiev, que visitó La Habana como agente de Pravda a finales del año 1959, cuando en realidad era un agente de la Seguridad Soviética. También denunciamos la detención arbitraria del comandante Huber Matos, por su carta de renuncia y la visita a Cuba de Anastas Mikoyan, el viceprimer ministro de la URSS que ordenó a los tanques soviéticos aplastar de forma criminal el levantamiento libertario de Budapest en 1956.

Se retoma el proyecto Trinchera a mediados del 2024 de forma digital, después de una reunión entre el Gordo Salvat, Pedro Roig, Miguel García Armengol, Joaquín Pérez Rodríguez y Alberto Müller, todos veteranos del DRE, donde se analizó reactivar Trinchera para informar al pueblo de Cuba ante el colapso de las instituciones del país y la situación de sus penurias.

—La realidad cubana es esencial en tu trabajo y en tu vida. El castrismo acaba de arribar a los 66 años. Es a todas luces un estado fallido, sus indicadores políticos, económicos y sociales son paupérrimos. ¿Qué más falta para que se produzca un cambio racional o un desplome?

Mi vida la he dedicado íntegramente a Cuba. Y no me quejo. Sacrifiqué carrera, trabajos, familia y oportunidades durante el exilio corto en 1960, para regresar clandestinamente a Cuba, junto a otros, para liberarla.

Todo ciclo biológico y político tienen principio y final. Estamos ante el final del comunismo cubano, que ha hecho sufrir mucho al pueblo cubano con sus abusos, torturas y encarcelamientos prolongados. En Cuba falta todo, desde la energía, las viandas, la leche, el transporte, hasta el azúcar, siendo el país la azucarera del mundo, y por supuesto falta la libertad y la mano de obra joven, porque los jóvenes huyen de la isla. Todo un desastre que colapsa. En el propio pueblo veremos el detonante final y la solución liberadora.

—El senador Marcos Rubio asumirá en los próximos días la importante cartera de Secretario de Estado. ¿Podría de alguna manera ser un factor de cambio para democratizar Cuba, Venezuela y Nicaragua?

La llegada del cubanoamericano Marcos Rubio a la Secretaría de Estado de los Estados Unidos puede representar un punto de inflexión en las relaciones entre todos esos países que mencionas, en beneficio del regreso de la libertad a todos ellos.

—El proyecto de gobierno de Donald Trump es hacer grande nuevamente a Estados Unidos, lo que podría concentrarlo en los problemas domésticos por encima de los internacionales. ¿Cómo vislumbra este segundo período de Trump? 

Nos alegramos que los Estados Unidos vuelvan a ser un país grande y poderoso, pero no debemos supeditar nuestra libertad cubana a esa grandeza, aunque debemos confiar en que nos ayuden.

—Se habla de una crisis en el periodismo. ¿Qué piensas sobre este tema? 

El periodismo enfrenta dos crisis: una que se ha politizado y eso no es bueno, porque abandona el balance y la objetividad, que lo hacen fundamentalmente ético. Y la otra crisis es que la información se hace masiva y arrolladora en las Redes Sociales y sin darse cuenta no se ocupa tampoco de su eticidad. Tanto el periodismo como la información tienen que volver a ser éticos, por su balance y objetividad. Esa es una tarea que el periodismo y todos sus profesionales tenemos por delante.

—Siempre que te veo, leo o conversamos, acude a mi mente ese brutal episodio en tu vida cuando tenías 19 años y te sometieron a un simulacro de fusilamiento. ¿Cómo ha enfrentado ese hecho a lo largo de su vida?

Mira, para un cristiano la vida es un tránsito de servicio y de amor al prójimo. Cuando me vi ante unos fusileros la primera noche de mi detención en la Sierra Maestra, donde estaba alzado con el Directorio Revolucionario Estudiantil, que esperaban la orden para disparar y matarme, me puse en manos de Dios y recordaba mucho a mis padres y amistades. 

Entonces pensaba, cuando sienta los impactos de las balas en mi pecho, pues me iré a esa otra dimensión espiritual de la vida. Dios lo puede y lo explica todo. Pero todo fue un simulacro para atemorizarme. Hace mucho tiempo que perdoné a esos fusileros y a los carceleros por las torturas padecidas durante mi larga prisión. Cuando perdonas superas el odio y el resentimiento. Y te sientes liberado de cualquier rencor. El rencor minimiza y mata moralmente.

—Acaba de fallecer Juan Manuel Salvat, tu amigo y compañero de lucha. Cuéntanos qué ha representado Salvat para ti y el exilio cubano. 

Te confieso que he sufrido mucho por la muerte del Gordo Salvat, no me apena decirlo. Éramos dos hermanos inseparables. Juntos fundamos Trinchera, juntos organizamos y participamos en la Protesta en el Parque Central de La Habana contra la visita a Cuba de Anastas Mikoyan, juntos nos escondimos en el Convento de San Francisco en La Habana Vieja y juntos ocupamos la misma celda en donde estuvo José Antonio Echeverría antes de salir para el Asalto al Palacio Presidencial el 13 de marzo de 1957, juntos recibimos la dolorosa expulsión de la Universidad de La Habana, juntos fundamos el DRE en la famosa asamblea de estudiantes cubanos en el exilio de Miami en agosto de 1960 y juntos entramos clandestinos a Cuba, que conllevaba un riesgo enorme, para dirigir al DRE desde tierra cubana.

Salvat es un ícono del patriotismo cubano, por lo expuesto anteriormente, y de la cultura cubana por la creación de Ediciones Universal y haber publicado la historia cubana en más de dos mil libros de cubanía. Esta obra cultural de historia de Cuba lo hace inolvidable. Además el Gordo Salvat era un hombre de bondad infinita, yo añadiría, un cristiano puro.

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