De la Redacción de LIBRE y fuentes anexas

Nuestra portada la dedicamos a la llegada del Año Nuevo 2026, con la esperanza de que traiga la paz que el mundo necesita y la libertad para todos los pueblos, incluidos Cuba, Venezuela y Nicaragua.

El Día de Año Nuevo es una de las celebraciones más antiguas y universales de la humanidad. No siempre se festejó el 1º de enero ni tuvo un carácter religioso. Sus orígenes se remontan a tiempos en los que aún no existía un calendario formal y el año se medía por el ciclo natural entre la siembra y la cosecha.

No fue hasta 1582 cuando el papa Gregorio XIII dispuso que el Calendario Gregoriano, vigente en la actualidad, sustituyera al Calendario Juliano en los países católicos, estableciendo el 1º de enero como inicio del año. Posteriormente, la fecha adquirió un significado religioso, ya que, según la tradición judeocristiana, ese día coincide con la circuncisión de Cristo y el momento en que el recién nacido recibe el nombre de Jesús, de acuerdo con el Evangelio de Lucas.

La celebración del Año Nuevo es una de las festividades más importantes a nivel mundial y, en la práctica, comienza la noche anterior, cuando millones de personas se preparan para dar la bienvenida al primer día del año.

Durante la noche del 31 de diciembre, conocida como Nochevieja, las principales ciudades del mundo acogen grandes festejos y espectáculos de pirotecnia. Las luces de los fuegos artificiales iluminan el cielo como símbolo de esperanza y renovación, con el anhelo de que el año que comienza sea mejor que el anterior.

En los países de cultura occidental, como Estados Unidos y Cuba, regidos por el Calendario Gregoriano, el año comienza el 1º de enero. Esta fecha adquirió carácter universal durante el siglo XX, e incluso en países que celebran el Año Nuevo en otras fechas, el 1º de enero también se conmemora de manera festiva.

En Cuba, las familias solían reunirse para esperar la llegada del Año Nuevo entre música, baile y comidas tradicionales. En el último minuto del año, muchos intentaban comer 12 uvas al compás de las doce campanadas de la medianoche, pidiendo un deseo para el año entrante. Se brindaba con vino, sidra o champaña, según las posibilidades económicas, y en numerosos hogares se ofrecía una cena especial de fin de año. Algunas personas lanzaban cubos de agua a la calle como símbolo de purificación, mientras que otras, especialmente los jóvenes, quemaban un monigote elaborado con trapos viejos, representando el adiós al año que terminaba.

En los países hispanos existe una amplia variedad de tradiciones y supersticiones asociadas a esta celebración, reflejo de la diversidad cultural de la región.

Rituales comunes en varios 

países:

• Comer 12 uvas: Con cada campanada, pedir un deseo para cada mes del año (España, extendido en toda Latinoamérica).

• Ropa interior de colores: Amarillo para dinero y prosperidad, rojo para amor y pasión (Colombia, México, Chile, Brasil).

• Lentejas: Llevarlas en el bolsillo o comerlas a medianoche para la abundancia y el dinero (Chile, Colombia, Perú).

• Limpiar y barrer: Barrer la casa (de adentro hacia afuera) para sacar las malas energías. 

Tradiciones 

específicas por país:

• Colombia, Ecuador, Perú: Quemar muñecos (Año Viejo) llenos de recuerdos negativos del año para purificar.

• Colombia y Perú: Dar una vuelta a la manzana con una maleta para atraer viajes.

• Brasil (Río de Janeiro): Vestir de blanco en la playa de Copacabana para la paz, y lanzar flores al mar para Yemanjá.

• Uruguay: El  “baldazo”, tirar cubos de agua por la ventana para limpiar el año.

• Argentina y Uruguay: El asado en familia es central en la cena de Nochevieja.

• Perú: Poner papas bajo el sofá para adivinar el futuro.

• México: Regalar borreguitos de lana (lana = dinero) para la prosperidad. 

Estas costumbres, aunque varían, comparten el objetivo de renovar energías y atraer la buena fortuna para el año que comienza. 

Cómo se celebra el Año Nuevo en Estados Unidos

En Estados Unidos, los festejos comienzan la noche del 31 de diciembre y se extienden hasta la madrugada del 1.º de enero. 

Una de las celebraciones más emblemáticas tiene lugar en Nueva York. En Times Square, una multitud de millones de personas se congrega para presenciar el tradicional descenso de una gran bola de cristal, mientras otros tantos siguen el evento por televisión. La esfera toca tierra en el último segundo del año viejo, marcando el inicio del nuevo año.

Aunque el uso de fuegos artificiales se ha regulado por razones de seguridad, el 31 de diciembre sigue marcado por celebraciones con música, pitillos y matracas en reuniones familiares y comunitarias.

El 1º de enero también destaca por el tradicional Desfile de las Rosas en Pasadena, California, con carrozas decoradas con flores y la participación de bandas musicales. Tras el desfile, se celebra el “Rose Bowl”, un histórico partido de fútbol americano universitario que forma parte de las tradiciones del inicio de año en el país.