Bendita seas Patrona de las Américas

Written by Libre Online

9 de diciembre de 2025

De la Redacción de LIBRE y fuentes anexas

Excelsa Madre Divina a ti te rogamos situar tu mirada sobre las tres Américas -Norte, Centro, Sur- ya que cada una necesita urgente de tu divina protección.

Según el documento histórico “Nican Mopohua” las varias apariciones de la Virgen de Guadalupe tuvieron lugar durante tres días, entre el 9 y el 12 de diciembre de 1531. Estas visitas de la Virgen por milagro divino podemos pensar que es una de las maravillas de Dios.

Juan Diego y la Virgen de Guadalupe

Un indígena de nombre Juan Diego oriundo del pueblo Cuautitlán, una de las regiones más antiguas de América- era un indito muy religioso quien se mantenía con el cultivo de la tierra.  

…y sucedió que estaba Juan Diego en camino para Tenochtitlán -hoy conocida como ciudad México cuando sintió un perfume y una música.  Era sábado muy de madrugada el 9 de diciembre de 1531. De pronto vio en lo alto del cerrito de Tepeyac a una Señora de pie que le manifestó “fuera a ver al obispo y le pidiera que construyera una iglesia en ese sitio”. Juan Diego hizo como Ella le pidió; pero el Obispo sin prestar mucha atención exigió una señal de la señora.

Juan Diego se preocupaba mucho por la salud de su tío que se estaba a punto de morir. El día 12 de diciembre Juan Diego corría al pueblo en busca de un sacerdote para que rezara con su tío en cama de muerte cuando la señora le detuvo y le dice: “Juanito, el más pequeño de mis hijos” y le preguntó por qué no hacía lo que ella le había pedido. Juan Diego le dijo su preocupación por la salud de su tío. La señora asegura en ese instante a Juan Diego que su tío estaría bien de salud y le sugirió que recogiera unas rosas y se las llevara al Obispo. Juan hizo como Ella le pidió y le llevó las rosas al Obispo.  Cuando abrió la tilma y se las mostró, Juan Diego se quedó asombrado porque todos se arrodillaron frente a Ella.

 Milagrosamente la imagen de la Virgen María había quedado perfectamente grabada en la tilma del indígena, un tosco manto hecho de fibra de maguey, que usaban normalmente los aztecas y que aún se conserva en perfecta condición cuando usualmente este tipo de tejido de maguey no sobrepasa de una década; lo que da a entender que el abrigo de Juan Diego es de un material incorruptible.

El manto tenía una costura en el centro de la tela. Se dice: que la Virgen para evitar que su rostro quedara grabado encima de la costura. Ella inclinó la cabeza.

Era el martes 12 de diciembre de 1531. Apenas una década después de la conquista de México.

El rostro de una 

joven mestiza

Es imposible de describir la simbología que contiene el cuadro-códice porque cada detalle de color y de forma contiene un mensaje teológico. 

Es la única imagen que se dice fue producida por una mano divina. Ningún pintor hubiera tratado de plasmar imagen alguna sobre ese tipo de material.

El cuadro que se conserva en la moderna Basílica del Tepeyac mide aproximadamente 66 x 41 pulgadas y la imagen de la Virgen ocupa unas 56 pulgadas del mismo.

La Virgen está de pie y su rostro un poco moreno -repetimos se inclina para evitar que el empate que une las dos piezas del tejido caiga dentro de la faz de la joven mestiza. El manto azul salpicado de estrellas es la Tilma de Turquesa indicio de la nobleza e importancia de la misma, resultando además que aquel cielo invernal coincidía con la posición de las estrellas en el manto.

Los rayos del sol circundan totalmente a la Virgen de Guadalupe como para indicar que ella es su aurora; y la intensidad de los resplandores solares aumenta a la altura del vientre. Es que la joven mestiza está embarazada de pocos meses, tal como así lo indica el ligero abultamiento debajo del lazo negro que ajusta su cintura, prenda que usaban las mujeres aztecas cuando estaban embarazadas.

La Virgen de Guadalupe se presentó ante sus hijos como la “Madre del Creador y conservador de todo el universo.”

Las Pupilas de la Virgen

Su mirada se conduce como la mirada de una persona activa, y si te mueves frente a ella, su mirada te persigue hasta el lugar en que tú te detengas.

 Un famoso oculista, Rafael Torrija Lavigne, examinó con un poderoso lente la pupila de la Virgen, y observó, maravillado, que en el iris se ve reflejada la imagen de un hombre. Esto fue al principio de una investigación que condujo a los más inesperados descubrimientos.

Por medio de la digitalización se observa en la pupila de una fotografía todo lo que la persona estaba mirando en el momento de tomarse la foto. El Dr. Tosnman, especializado en digitalización, le ha tomado fotografías a la pupila de la Virgen de Guadalupe. Después de ampliarlas miles de veces, logró captar detalles imposibles de ser captados a simple vista.

¡Ha descubierto lo que la Virgen miraba en el momento de formarse la imagen en la tilma de Juan Diego!

En su mirada maternal se halla grabadas un total de trece personas. Posiblemente todas las personas que estaban presentes en el momento en que Juan Diego ofrecía las rosas al señor obispo: un indio, un grupo de franciscanos y a uno de ellos se le nota una lágrima deslizarse; un hombre en actitud de admiración; otro indio en rezo. Esta foto científica de la mirada de la Virgen prueba, aun más, de que ningún pintor hubiera podido situar todas esas imágenes. Estamos, sin duda alguna ante un hecho sobrenatural. Una obra del cielo.

Estudios Científicos

Los descubrimientos en torno al cuadro de la Virgen de Guadalupe aún mantienen a los científicos en gran asombro.

Sucedió en 1921, …. un desconocido escondió una bomba entre flores que malvadamente le ofrecía. Al explotar la bomba, causó gran destrucción. El crucifijo de metal que estaba cerca de la Virgen quedó retorcido y sin embargo la imagen de la Virgen quedó intacta. El cristal del marco de su imagen no se rompió.  

Lo que más llama la atención de los expertos en textiles es que la tela del ayate sobre el que está la imagen de la Virgen es de fibra vegetal de maguey. Sin embargo, el ayate donde se refleja la imagen ha resistido casi 500 años en perfecto estado de conservación. Por causas ininteligibles a los expertos, el ayate de la imagen es refractaria a la humedad y al polvo. 

La imagen de la Virgen de Guadalupe estuvo 116 años expuesta a las inclemencias del ambiente, e igual sin protección alguna contra el calor y el polvo, o contra la humedad y el humo de las velas. Sin contar el continuo roce de objetos que tocaban a la imagen, además de las constantes caricias -manos y besos- de innumerables peregrinos. Todo esto sin que se haya dañado ni desteñido su hermosa policromía. 

La ciencia moderna se queda sin explicaciones ante las maravillas de la imagen de Guadalupe.  Es una realidad irrepetible. Sobrepasa todas las posibilidades naturales, por lo que se puede decir que estamos ante un hecho sobrenatural.

La pintura que cubre la tela: otro misterio

El sabio alemán Richard Kuhn, premio Nobel en Química, ha estudiado esta pintura, y su respuesta dejó atónitos a los presentes en la reunión: “Estos colorantes no son ni minerales, ni vegetales, ni animales”.

Nadie ha podido explicar el origen de los pigmentos que dan color a la imagen, ni la forma en que esta fue pintada. No se ha usado un modo especial -ni encolado y preparado- como a otras pinturas famosas para su resistencia.

Pero el sabio Callahan, del instituto espacial NASA de Estados Unidos, la ha estudiado con aparatos de rayos infrarrojos y ha descubierto y asegurado que la tilma no tiene ningún engomado ni preservativos. No puede explicarse cómo esa imagen ha resistido el paso de los siglos en un lienzo tan ordinario. 

La imagen no tiene pinceladas y los matices aplicables es de una técnica desconocida en la historia de la pintura.

Con estos rayos infrarrojos se ha descubierto además que la imagen no tiene esbozos previos -como se ha descubierto en cuadros famosos, sino que fue plasmada directamente, como una obra del Cielo: incomprensible e irrepetible.

Se ha confirmado que las estrellas del traje de la Virgen corresponden exactamente a como lucía el cielo la noche del 11 de diciembre para amanecer el día 12 en 1531. Así como que el azul del manto es original y es de un pigmento transparente y desconocido.

El doctor Philip Serna Callahan afirmó: “La técnica utilizada al cuerpo y al rostro original es inexplicable. La imagen original, que incluye el vestido rosa, el manto azul, las manos y el rostro es inexplicable. No se puede explicar la clase de pimiento utilizado, ni el hecho de que se mantenga el brillo y la luminosidad durante siglos”.

Y a lo largo de los siglos se ha aceptado que el maravilloso rostro de la Virgen de Guadalupe -puro y sencillamente milagroso- es tal y como aparece descrito en el documento histórico Nican Mopohua, manuscrito que se escribió entre 1545 y 1550 en lengua náhuat “linguae franca” en Mesoamérica, aun en uso en varias regiones de México. La copia más antigua se halla guardada en la Biblioteca Pública de New York en el Rare Books and Manuscripts Department.

Así es que estamos frente a:

Una tilma que no se corrompe con el tiempo.        

Unos hermosos colores que no fueron pintados. 

Una pupila que contiene la escena y las personas del momento del milagro. 

Una imagen que ni el tiempo ni los atentados han podido vencer.

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