Miami (EE.UU.), (EFE).- La escritora cubana Zoé Valdés, quien presentó en la Feria del Libro de Miami su obra ‘París era una rumba’, dijo en una entrevista que descubrió la “libertad” en la capital francesa, donde reside desde hace más de cuatro décadas, y ahora la conoció mejor a través del francés.
Esta novela, que explora la escena cultural del París de los años 80, es la primera que la autora escribe directamente en ese idioma. Valdés subrayó al respecto que “la libertad siempre se aprende a través del idioma”, aunque “en este momento hay un gran combate contra todos los idiomas”.
A los 23 años, tras escribir una novela crítica con el gobierno de Fidel Castro, a quien “no le gustó” y le prohibió regresar a la isla, la escritora salió de Cuba “porque quería”.
“Me hicieron un bien enorme”, declaró Valdés, pues, aunque el exilio fue para ella un doloroso “castigo”, una “punición” y una “imposición”, al mismo tiempo le sirvió para “enriquecer mis gustos, mi manera de apreciar la vida y el arte”.
Todo lo que relata en su último trabajo “son vivencias”, afirmó la escritora cubana, “porque, incluso hasta lo imaginado, una vez que lo escribes ya es una vivencia”.
‘París era una rumba’ describe los encuentros de Valdés con célebres personajes de la farándula literaria y artística de la ciudad de la luz en los años 80, como el escritor británico Lawrence Durrell, “uno de mis novelistas predilectos”, el italiano Umberto Eco o el librero estadounidense George Whitman. Este último fue el fundador de la famosa librería parisina, situada a las orillas del Sena, Shakespeare & Company, donde se dieron estos encuentros entre artistas, que “hoy probablemente no se puedan reproducir más”, lamentó la escritora.
A su juicio ahora “es todo más pulcro, pero en la época era un lugar maravilloso y extraordinario. Fue la primera vez que cogí piojos en París”, reveló.
Personajes como Julio Cortázar, Samuel Beckett, Alberto Moravia, Cioran o Dora Maar se paseaban por las calles del París de entonces, dijo Valdés, y “enriquecían de verdad la ciudad”. La novelista tiene claro que “esos escritores han influenciado mucho” su escritura.
“La Cuba actual es un desastre, desgraciadamente, por culpa de esos tiranos que se han ido reciclando”, se lamentó Valdés. “No hay que olvidar que el mundo ha apoyado este horror”, enfatizó, aunque piensa que “el fin está próximo”.
Yo soy Cuba
En las obras de Valdés siempre está muy presente su isla natal: “Escribiendo me he convertido en Cuba. Yo soy Cuba, gracias a la escritura”, afirmó.
“Cuando uno está lejos, la distancia te permite apreciar mejor el lugar donde ya no estás, el lugar perdido”, añadió la cubana.
Para la escritora, “la literatura sólo sirve para que la soledad tuya se comunique con la soledad del lector”.
París sigue siendo una rumba y “yo sigo siendo muy cubana”, enfatizó.
Valdés contó además que ya está trabajando en su próximo proyecto -sobre Santiago Álvarez, un opositor anticastrista exiliado en Miami- pues “yo escribo y respiro con el mismo aliento”, bromeó.
Subrayó que narra la lucha de “un héroe cubano de esta ciudad, uno de los grandes hombres que han hecho posible que la lucha por la libertad de Cuba nunca se acabe”.







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