Por Álvaro J. Álvarez. Exclusivo para LIBRE
Geraldo Ramos Ponciano Valdés nació en 5 de diciembre de 1924. La pobre situación económica de su familia le impidió asistir a la escuela. Desde niño tuvo que trabajar en diferentes oficios como limpiabotas, mensajero, repartidor de hielo, en la construcción y en lo que apareciera.
Sería su propia madre la que se dio cuenta del cuerpazo de su hijo y sus posibilidades para llegar a ser boxeador de éxito. No sabemos si era bastardo o que su padre murió a temprana edad, lo cierto es que Geraldo no cursó escuela e hizo muchos trabajitos para ganarse la vida.
Quiso el destino que en 1939 su madre se encontrara casualmente con el mundialmente famoso entrenador Luis Felipe “Pincho” Gutiérrez (1889-1957) y le pidió que adiestrara a su hijo.
“Mi niño quiere ser boxeador señor Pincho y como usted llevó a Kid Chocolate a ser campeón quiero que me lo guie”, le pidió la madre.
Ante la inusual petición, el entrenador respondió: “Tráigame al niño mañana señora”.
Al otro día la madre llegaría al gimnasio acompañada de su niño, que en realidad era un muchacho de solo 15 años, pero que sobrepasaba los 1.90 metros de estatura. Desde ese momento nadie lo llamaría Geraldo, sino El Niño.
Pincho aceptó y se quedó asombrado cuando vio la clase de muchachón que tendría como futuro boxeador.
Estuvo un par de años repartiendo puños de todos colores en el ámbito aficionado hasta que en 1941 saltó al profesionalismo.
El Niño Valdés fue el primer peso completo cubano. Medía 6’3” y pesaba alrededor de 220 libras. Bastante alto y corpulento para los estándares del boxeo de la época, aunque quizás en la actualidad sería algo normal de ver.
Tenía 17 años y 22 días cuando realizó su primera pelea contra Basilio Ayestarán, el 27 de diciembre de 1941, en el Palacio de los Deportes de La Habana, al que el Niño anestesió en el 6° asalto de una pelea pactada a 7.
Luego el gigantón logró dos victorias, una contra Andrés Domínguez, en enero y contra Wilfredo Ferrer en marzo de 1942. En su cuarta pelea el 30 de mayo de 1942, Julio Lázaro Díaz lo noqueó en tres asaltos. Todas estas fueron en la Arena Cristal de La Habana.
Recuperado se enfrentó en agosto con Epifanio Pérez ganándole y de allí en adelante le ganó a José Andrés Horneado en octubre, a Andrés Domínguez en enero 1943, a Benito García Malpica en febrero, a Julio Lázaro Díaz en abril del mismo año, a Andrés Ferrer en Candelaria en julio de 1944. Pero el 3 de septiembre también en Candelaria, Mario Raúl Ochoa le ganó por puntos en siete asaltos.
En Candelaria en septiembre del mismo año, le ganó a Epifanio Pérez, por segunda vez.
El 15 de septiembre de 1945, se enfrentó al avileño Federico Malibrán (6’ 3”) (1.92 m) por el título nacional de los pesos pesados, pelea efectuada en el Palacio de los Deportes de La Habana, donde el Niño fue noqueado en el 4° asalto por el veterano Malibrán, quien había debutado en el deporte de los puños en 1928, cuando el Niño apenas tenía 4 años.
Malibrán el 10 de abril de 1937 se había convertido en campeón nacional cuando superó por puntos a Kid Carvajal en la pelea efectuada en el Teatro Iriondo de Joaquín Agüero y Maceo en Ciego de Ávila. La revancha no se hizo esperar y el sábado 8 de diciembre de 1945 en los terrenos del estadio Deportivo Avileño de la calle 3 y la Carretera Central, el Niño fue el noqueador en el 8° asalto, obteniendo así la corona de Campeón Nacional.
En su próxima pelea contra Cheo Morejón en marzo de 1946 en Sancti Espíritus no hubo decisión, fue tablas.
En septiembre de 1946 le ganó en Cienfuegos al veterano Kid Carvajal y hasta este momento tenía un récord de 12 victorias, 3 derrotas y 1 tabla.
En junio de 1947 ganó su 13 pelea contra Aldo Rodríguez en el Palacio de Los Deportes de La Habana y al mes siguiente se enfrentó de nuevo contra Cheo Morejón en un deslucido encuentro donde no hubo vencedor ni perdedor.
El debut del Niño en la arena internacional fue contra Jimmy Freeman en el Auditórium de Hartford, Connecticut, el 19 de octubre de 1948, pelea que terminó en tablas.
En noviembre se enfrentó en el Coliseo de Baltimore con Doc Bee, ganándole. Pero unos días después Archie McBride le propinó su cuarta derrota esta vez en Armony, Reading, Filadelfia.
Fue a partir de febrero de 1950 hasta febrero de 1952 que volvió a ganar sus próximos seis encuentros, contra T.J. Bevil en Jacksonville; en La Habana noqueó al argentino Juan Carlos Vigo y al marianense Aldo Rodríguez; Joe McFadden, Keene Simmons y Sandy McPherson en el Sunnyside Garden de Queens en Nueva York.
Cuando se volvió a enfrentar con Joe McFadden en marzo de 1952 en Ridgewood Grove en Queens la pelea fue su segunda tabla.
La primera vez que luchó en el Madison Square Garden de Manhattan fue en junio contra Jimmy Walker y salió victorioso. Esta pelea le trajo mala suerte porque perdió sus próximas cuatro.
Contra Harold Johnson, en Brooklyn; con Archie Moore (1916-1998) en la Arena Saint Louis en Missouri. Tras 16 largos años, por fin había alcanzado su sueño. Al año siguiente, Moore ganó sus 9 combates, incluyendo una victoria por decisión en una reñida a 10 asaltos, sin título en juego, contra el entonces aspirante al título de peso pesado, el Niño Valdés, que llevó la peor parte en el combate cuerpo a cuerpo.
Perdió con Billy Gilliam el 20 de abril de 1953 en la Arena War Memorial de Johnstown, Pa. En 10 asaltos por una decisión dividida. También fue vencido por una decisión unánime en 10 asaltos el 21 de mayo de 1953, contra Bob Baker en la Radio Center Arena Huntington.
El 18 de julio de 1953 venció al camagüeyano Omelio Agramonte por KO técnico en el sexto asalto de una pelea en el Palacio de los Deportes nuevamente,
Su mejor resultado en sus primeros años lo obtuvo contra el excampeón mundial Ezzard Charles, la Cobra de Cincinnati, en pelea el 11 de agosto de 1953, en el Auditórium de Miami. Ese resultado lo puso en los primeros planos de su división.
Después de este combate ganó sus próximas 9 desde septiembre de 1953 hasta enero de 1955.
Su pelea contra Archie McBride el 20 de febrero de 1954 en el Palacio de los Deportes de La Habana donde ganó por votación dividida, fue su última pelea en Cuba.
De nuevo llegó el segundo encuentro contra Archie Moore el 2 de mayo de 1955, en el Cashman Field de las Vegas, Nevada ante 11,000 fanáticos y fue ganada por Moore por decisión unánime de los jueces tras 15 asaltos. Moore pesó 196 libras y Valdés 209.
La pelea fue muy reñida, con ambos boxeadores sufriendo golpes bajos que llevaron al referí a restar un asalto a cada uno. A pesar de las dificultades, Moore demostró su superioridad en los asaltos finales para asegurar su vigésima victoria consecutiva.
Esta victoria de Moore sobre el Niño Valdés en Las Vegas fue reconocida por Nevada como el campeonato mundial de peso pesado. Liberace estuvo presente en el ring, siendo presentado al público en el polvoriento recinto al aire libre. Fueron 15 asaltos intensos, a menudo bajo el sol y nada fáciles. Valdés terminó llorando, Moore, en su pelea número 175, simplemente siguió adelante. De hecho, realizó una defensa del título mundial de peso semipesado antes de su pelea de septiembre contra Rocky Marciano (1923-1969).
El Niño fuera de Cuba ganaba y perdía, noqueaba y era noqueado. Se enfrentó con verdaderos ases del ring y logró lo que pudo, indiscutiblemente era un fajador, algo incomprensible, pues muchas veces él llevaba ventaja en el tamaño corporal. Pegaba con ambas manos y si alguien lo duda que le pregunte a Tommy conocido como Hurricane Jackson, quien el 14 de julio de 1954 en el Madison Square Garden de Nueva York, supo bien de sus puños.
Niño Valdés, con una desventaja de 11-5, dominó al apático Hurricane Jackson. En el primer asalto, el cubano castigó el cuerpo de Jackson con ambas manos. Al salir Jackson para el segundo asalto, Valdés cambió a la cabeza y lo empujó casi fuera del ring con un potente derechazo. Aunque el cronometrador contó hasta cuatro, el árbitro Al Berl no dictaminó caída. Otro derechazo envió a Jackson a la lona, pero se levantó a la cuenta de dos. Una ráfaga de golpes lo hizo caer de rodillas a la cuenta de uno. La tercera caída, que puso fin al combate, fue disputada por muchos en el público, quienes la consideraron un empujón, pero el árbitro Berl la consideró caída y la pelea terminó a los 2:35 del segundo asalto.
Sin embargo, hubo rivales que nunca pudo vencer, entre ellos el experimentado Archie Moore, que llegara a ser campeón de los semicompletos en 1959, hombre que boxeaba en esta división y en los pesados.
En agosto de 1955 volvió a perder contra Bob Satterfield quien con una desventaja de altura de media cabeza y 14.5 kilos, superó al gigantesco cubano en 10 asaltos, llevándose la victoria por decisión unánime en la pelea televisada desde el Estadio de Chicago. Satterfield no retrocedió en ningún momento durante el combate. Sin embargo, sus potentes golpes, que le habían valido 30 nocauts en 60 peleas, resultaron ineficaces hasta el último asalto. Tras fallar un golpe y caer a la lona, se levantó y conectó a Valdés con un gancho de izquierda a la mandíbula que lo derribó. Valdés se agarró a las cuerdas y se puso de pie a la cuenta de cinco. A la cuenta de ocho, el árbitro Frank Sikora reanudó la pelea y Valdés, tambaleándose, entró al combate sangrando por la nariz y los labios. Pero resistió el ataque de Satterfield y finalizó el combate.
Por otra parte, Valdés no era mejor que otros rivales que ya había enfrentado Rocky Marciano en su carrera, pero había ciertas características en el cubano que muchos coinciden podrían haber resultado difíciles de manejar para Marciano sobre el ring.
El 16 de mayo de 1955 Rocky Marciano le ganó a Don Cockell en San Francisco por Nocaut Técnico cuando el árbitro suspendió la pelea en el 9° asalto después que Cockell había caído dos veces a la lona. Sería esta su victoria #33 contra 10 derrotas y 3 tablas.
El martes 13 de septiembre de 1955 el Niño Valdés le abrió la ceja izquierda a Don Cockell con un derechazo a la cara de tal gravedad que el fornido campeón británico se vio obligado a retirarse en el tercer asalto de su combate a 10 rounds, en el Estadio White City en Londres.
Marciano lo había noqueado en mayo en el noveno asalto de su pelea por el título.
Fue un regreso impresionante para Valdés, quien había perdido la oportunidad de competir por el título tras perder combates consecutivos contra Archie Moore y Bob Satterfield ese año.
El Niño Valdés declaró: “Soy católico, y cuando me bautizaron en La Habana hace muchísimos años, le juré al cardenal que honraría su deseo y boxearía solo de blanco”.
Finalmente, se llegó a un acuerdo: The British Boxing Board of Control (BBBofC) le permitió usar sus calzoncillos blancos siempre y cuando estuvieran cubiertos, salvo una franja blanca en cada pierna, por una tela oscura. Valdés eligió el rojo como color para cubrirlos. Los calzoncillos ya tenían una franja negra en cada pierna, que permaneció descubierta. La parte blanca que se le permitió mostrar tenía cinco centímetros de ancho.
Charley Johnston, el mánager de Archie Moore, comparando el desempeño de Valdés y Marciano contra Cockell hizo el siguiente comentario después de la pelea: “El resultado de Londres no me sorprendió. Simplemente demostró que Marciano es un boxeador mediocre. Archie lo noqueará en 5 ó 6 asaltos”.
El imponente cubano Niño Valdés regresó con fuerza a la contienda por el título de peso pesado el miércoles, gracias a un nocaut técnico sobre Don Cockell que, según él, fue “mejor que el de Rocky Marciano”.
El 26 de octubre de 1951 en su pelea #38, Rocky Marciano le ganó a Joe Louis en el Madison Square Garden de NY.
El Niño Valdés peleó 3 veces contra Joe Louis en combates de exhibición y perdió los tres.
Rocky Marciano como campeón mundial con record de 48 triunfos y 0 derrotas con 42 KOs y el retador Archie Moore con 149 triunfos y 19 derrotas con 108 KOs se iban a enfrentar en el Yankee Stadium en una pelea programada para el martes 20 de septiembre de 1955 pero hubo que suspenderla para el miércoles 21 debido al huracán Ione.
Para 1955 Moore era el contendiente número 1 de los pesos pesados, lo que finalmente le valió una oportunidad por el título ese mismo año. La pelea sería la sexta defensa del título de Marciano que desde 1952 reinaba como la máxima figura del peso completo.
A medida que avanzaba el combate, la presión constante de Marciano comenzó a minar a Moore, quien se vio cada vez más acorralado y obligado a recibir castigo. En el 6° asalto, Marciano derribó a Moore dos veces: la primera con un gancho de derecha al comienzo del asalto y la segunda tras recibir una ráfaga de golpes al final de este. Moore sobrevivió al 7° asalto sin ser derribado, pero cayó a la lona por tercera vez al final del 8°, aunque la campana lo salvó, si bien el final era inminente.
En el 9° asalto, Marciano arrinconó a Moore contra las cuerdas y, tras conectar dos ganchos de izquierda consecutivos a la cabeza, lo derribó por cuarta vez, y esta vez no se levantó antes de que el árbitro terminara la cuenta. Esta fue su 49 victoria invicto y su 43 nocao.
El Niño Valdés no recibió la oportunidad contra Marciano, quien decidió defender su título ante Archie Moore en septiembre de 1955.
La tan ansiada pelea entre Marciano y Valdés se acordó en primera instancia para el jueves 10 de noviembre de 1955 en el Burdine Stadium (luego Orange Bowl) de Miami.
De hecho, no fue poco el andamiaje publicitario que se puso en marcha alrededor de este combate. Sin embargo, la pelea sería cancelada alegando desacuerdos en el aspecto económico y luego de eso Marciano optaría por retirarse.
La realidad fue que la pelea no se efectuó en 1955 principalmente porque no hubo acuerdo económico para la pelea, lo que impidió que se concretara la oportunidad por el título mundial. Además, el resultado de los combates anteriores de Valdés no lo posicionaba como un contendiente listo para el campeonato mundial, por lo que los organizadores y comisionados de boxeo consideraron que no estaba en su mejor momento.
Muchos analizan la cancelación de la pelea contra Marciano como algo muy curioso. Ciertamente, los desacuerdos a la hora de repartir las ganancias devienen motivo por el cual se cancelan peleas constantemente, pero esto es algo que ciertos entendidos de la época no creyeron del todo.
En una época fuerte para el boxeo y los pugilistas, y en las que las oportunidades por el título escaseaban, no resulta lógico pensar que un boxeador como el Niño Valdés se arriesgara a perder una oportunidad por el título, por ganar unos dólares extras.
Por otra parte, Valdés no era mejor que otros rivales que ya había enfrentado Marciano en su carrera, pero había ciertas características en el cubano que muchos coinciden podrían haber resultado difíciles de manejar para Marciano sobre el ring.
Rocky Marciano era un boxeador que basaba su estilo en su potencia física y su pegada, lo que le permitió vencer a muchos rivales que incluso técnicamente eran superiores a él. El problema es que eso no sería tan fácil de hacer contra un hombre que tenía una pegada igual de demoledora y que además era mucho más alto (12 cm de más), que tenía mucho más alcance (25 cm de más) y mucho más fuerte (30 lb de más).
En base a eso, cabe destacar que, según los entendidos, Marciano era un púgil al que se le hacía difícil enfrentar a rivales que lo superaban en estatura, aunque siempre encontraba la manera de vencer.
Claramente, una pelea Marciano vs Valdés hubiera sido algo interesante de ver, aunque es lógico afirmar que el estadounidense hubiera salido como el claro favorito.
Tras el anuncio de la decisión, el Niño Valdés declaró: “No quieren que pelee con Marciano”.
Por otra parte, entre 1956 y 1957 el cabaré Sans Souci de La Habana le ofreció a Rocky Marciano, campeón mundial de boxeo de los pesos completos que se había retirado invicto, $350,000 si aceptaba enfrentarse, en la propia instalación, al Niño Valdés, su antiguo retador cubano. Pero Marciano no aceptó la propuesta.
El 31 de agosto de 1969 Marciano iba en una avioneta Cessna 172. El piloto no la pudo controlar en aquel mal tiempo y se estrellaron. Murieron el piloto y Marciano que le faltaba un día para cumplir 46 años.
El Niño Valdés siguió boxeando y en Cleveland contra Bob Baker perdió en diciembre de 1955. Su otro combate fue en abril de 1956 contra Eddie Machen en Cow Palace de Daly City y volvió a perder. Luego le ganó a Ken Hammer en el Coliseo de Charlotte.
En julio de 1956, Eddie Machen volvió a derrotarlo en el Auditorium de Miami Beach. Luego en el Softball Park de Phoenix en septiembre de 1956, Zora Folley le propino otra derrota.
En octubre y diciembre del mismo año ganó sus tres peleas. También las tres que peleó en 1957 pudo ganarlas.
En 1958 salió victorioso en 6 ocasiones con un solo descalabro. Fue el 1959 su último año cuando ganó 2 y perdió 3 y una de estas derrotas fue contra Sonny Liston en el Chicago Stadium, el que noqueó al cubano en el primer minuto del tercer asalto, pelea efectuada el 5 de agosto de 1959, en el Estadio de Chicago.
En aquel entonces Liston pintaba para campeón mundial, pero en 1960 apareció un muchacho de nombre Casius Clay, luego Muhammad Ali, que se coronó campeón de los pesados en las Olimpiadas de Roma, al que Liston jamás olvidó en su corta vida de 40 años por el castigo recibido.
En lo que respecta a Niño Valdés, tuvo un solo pleito después de la derrota con Liston, que fue contra el inglés Brian London, pelea efectuada en el Empire Pool de Wembley, el 1 de diciembre de 1959, y que ganó cuando el británico abandonó en el séptimo asalto de diez pactados.
Según la AP de aquella época, el cubano estaba afilado y el público abucheó la decisión de abandono del local, aunque el derrotado tenía la cara bastante cortada de los repetidos golpes del Niño Valdés.
Esta fue su pelea # 70 (455 asaltos) donde ganó 48 y de ellas 36 por KOs. Perdió 18 veces y lo noquearon en 5 ocasiones. Tuvo 4 tablas.
Hubo otro combate fijado para junio de 1960 en Canadá, contra George Chuvalo, pero ya los problemas de visión del Niño Valdés eran tales, que hacían imposible que siguiera sobre el ring.
Recibió el premio de la Revista The Ring, Progress of the Year en 1953 y la misma fuente le consideró como retador #1 en 1953 y 1954 en la división de los pesos pesados.
Sus managers fueron Pincho Gutiérrez y más tarde Bobby Gleason.
Niño Valdés es miembro del Salón de la Fama del Boxeo Cubano, desde el 9 de febrero de 2004.
A su retiro trabajó como guardia de seguridad y de portero en clubes nocturnos de Nueva York.
Falleció el 3 de junio de 2001 en un estado de pobreza como la gran mayoría de los boxeadores.
Todos aquellos cubanos nacidos antes de la guerra de Corea estoy seguro de que recuerdan al Niño Valdés con sus comerciales sobre el Bisté, la Leche Condensada con Malta Hatuey y los Trajes de Vestir.
Quién nunca podrá olvidar al Niño Valdés es Blancanieves, Cheché y Bernabé y sino pregúntenle a Arturo Liendo o a Luis Carbonell.








0 comentarios