Cuento budista ‘El oasis’

Written by Libre Online

18 de noviembre de 2025

Andaban dos hombres perdidos por el desierto. Las horas pasaban y cada vez sentían más sed y más hambre. De pronto, llegaron a una tapia muy alta. Tras ellas se podía escuchar con nitidez el sonido de una cascada y un arroyo. Y por encima de la pared asomaba alguna rama de un frondoso árbol frutal. 

Uno de los dos hombres no se lo pensó y comenzó a trepar a toda velocidad y con mucha agilidad por la pared, hasta llegar a lo más alto y perderse más allá de la tapia. 

El otro hombre, sin embargo, recogió uno de los frutos que habían caído de las ramas para tomar algo de alimento, dio media vuelta y se dispuso a buscar más personas perdidas en el desierto para indicarles el camino hacia aquel oasis.

Reflexiones sobre este cuento corto,

 ‘El oasis’

No resulta nada fácil ser solidario. Y no es nada fácil ser generoso cuando además no te sobra nada y sí te falta mucho. Sin embargo, es curioso cómo algunas personas, aún teniendo bien poco, tienen esa maravillosa capacidad (virtud más bien) de pensar antes en el otro que en sí mismo: 

• El valor de la empatía te hace ser solidario: En el momento en el que desarrollamos la empatía, somos capaces de contemplar las necesidades del otro como si de nosotros se tratara. En ‘El oasis’, el hombre que decidió buscar a otros que también estaban perdidos en el desierto es porque él mismo recordó al instante la agonía y el desasosiego que sentía cuando caminaba a altas temperaturas por el desierto, perdido y ya casi sin esperanzas. Y ese sentimiento hace que busques ayudar urgentemente a quien pasa por esa misma situación. 

Sin duda, no es una tarea sencilla. Se necesita mucho valor. Solo unos pocos son capaces de llegar a tal sacrificio.

• Es cuestión de actitud: No podemos criticar la actitud del hombre que escala la tapia. Había caminado tanto y estaba tan hambriento y sediento, que dejó primar su primer impulso de supervivencia, sin pensar que podía beber y alimentarse y luego, como hizo su compañero, intentar ayudar a otros. 

Podemos entender perfectamente que en ese momento solo pensara en él. Lo que nos maravilla de este cuento corto es la actitud de su compañero, el ejemplo que nos da. Aún en la misma situación que el otro hombre y a pesar del cansancio, es capaz de pensar y no dejarse llevar por las emociones. Y si puedo ayudar a otros en mi misma situación? Y a pesar del riesgo que supone, decide hacerlo. 

“La empatía nos lleva a la generosidad y ésta a veces exige un sacrificio”.

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