El último guerrero español de La Florida

Written by Libre Online

4 de noviembre de 2025

Un homenaje a los 180 años de la proclamación del Estado de Florida (I)

Por Rafael Jesús de la Morena Santana

La Historia, fuente inagotable de acontecimientos, nos depara sorpresas. Cuando uno piensa saber el devenir histórico de un país o tan solo de un lugar, esta errado, porque a cada paso surgen conocimientos. Eso me ocurrió años atrás en una conferencia de la Profesora de Historia de América de la Universidad de La Habana Eurídice González. Ella expresó que, en una visita a la Biblioteca del Museo Oscar María de Rojas en Cárdenas, leyó sobre José Mariano Hernández, prominente figura de la Florida, y que este hombre reposaba en el cementerio San Carlos Borromeo de Matanzas, intrigada acudió al camposanto y comprobó que en la bóveda de la familia Del Junco, este personaje dormía para la eternidad. 

Guardé en la memoria la narración, y la llevé a mi libreta de notas, me acababa de enterar de la existencia de una figura que no aparecía en los Libros de Historia editados en la Isla, llenos de tergiversaciones y con muchas omisiones, me sentí obligado a investigar para tal vez un día, redactar un trabajo que podrían leer los jóvenes de Cuba, nuestra Patria oprimida y el exilio.

Para mayor interés este hombre: ¡fue un contemporáneo exacto del Venerable Félix Varela Morales!, desarrolló su fértil existencia en la Capitanía General de Cuba, entre La Florida y la Isla Grande. José Mariano Hernández, es un factor imprescindible de la Hispanidad para interrelacionar la Historia de España, los Estados Unidos de América y Cuba. 

José Mariano Hernández, nació en San Agustín de la Florida el 26 de mayo de 1788 bajo la bandera de la Cruz de Borgoña. Sus padres, Martín Hernández y Dorotea Gomila, eran emigrantes de Menorca en las Islas Baleares, gobernada por Londres desde 1708. En su patria chica fueron contratados en 1767 para el asentamiento inglés de New Smyrna, en la costa este de la Florida, que había pasado a manos de los británicos en 1763. Este proyecto de Andrew Turnbull, a 100 km al sur de San Agustín fracasó, y la pareja, decidió ir a la capital, donde el padre, fue soldado, miembro de las milicias, carpintero, comerciante y labrador esclavista.

Como Don Martín fue mejorando su peculio, pudo permitirse brindarle una buena educación a su hijo. José Mariano comenzó en una escuela católica y al crecer lo enviaron a estudiar a la ciudad de Savannah en el Estado de Georgia, donde aprendió inglés y comenzó a admirar la vitalidad, el sistema democrático que respetaba los derechos del pueblo y la Historia de la joven América, vencedora de la Gran Bretaña la primera potencia mundial.

Pero el padre no estaba de acuerdo con la política norteamericana, prefería que José Mariano se formara como un profesional español en Cuba. En 1807 comienza la carrera de Leyes en la Real y Pontificia Universidad de San Gerónimo de La Habana, de La Orden de los Dominicos, allí recibiría una formación basada en muchos conceptos de la Ilustración.

La Universidad tenía vínculos estrechos con el cercano Seminario de San Carlos y San Ambrosio, institución vanguardia del pensamiento liberal donde estudiaba Félix Varela quien, como alumno eminente, iniciaba las innovadoras clases que crearían a la generación de próceres, que andando el tiempo, impulsarían al pueblo cubano a seguir el camino de la lucha armada por la Independencia, movimiento redentor que ya había dado sus primeros destellos en la conspiración de Román de la Luz, Joaquín Infante y Francisco Bassave preparada entre 1809 y 1810 que hasta redactó una Constitución. Aunque este conato liberador fue abortado por los colonialistas, impactó a la sociedad de la Isla porque estaba bien organizado por patriotas masones de la aristocracia y contaba con apoyo de parte de las milicias y los barrios pobres capitalinos.

Es lógico y evidente que el joven floridano, que había dado sobradas pruebas de una inteligencia poco común, se había enterado e incluso sido testigo de estos sucesos cubanos inspirados por la ola revolucionaria que recorría México y Sudamérica desde 1810. En él se estaba forjando una personalidad que integraba los mejores valores de las culturas anglosajona y latina con los ideales de Libertad, Igualdad, Democracia y Fraternidad que se expandían por el Mundo Occidental, y que con la Revolución Francesa hacían temblar el despotismo en Europa.

No obstante, al volver en 1811 a San Agustín, José Mariano con 23 años cumplidos, se incorporó al ejército, la Florida estaba aislada desde 1808 del apoyo de España, donde el pueblo español resistía heroicamente la invasión de Napoleón, era necesario fortalecer las fuerzas de defensa territoriales para enfrentar posibles ataques oportunistas de poderes rivales. El joven estudiante no vaciló, siguió el camino que le señalaba el deber con la Madre Patria y la vocación militar que sentía forjaría su porvenir. Por eso al poco tiempo, por sus resultados en los entrenamientos es candidato a oficial, la oportunidad era propicia, pronto tendrá que probarse en combate real.

En efecto, en 1812 se produjo la agresión de los denominados Florida Patriots cuyo líder era John Houston Mclntosh, que buscaba eliminar el refugio de esclavos fugitivos que era Florida. En el aspecto militar eran dirigidos por el General George Mitchell, ellos querían apoderarse de la península para anexionarla a Estados Unidos. Estos invasores tenían apoyo extraoficial desde el puesto militar fronterizo de Point Peter del Coronel Thomas Smith en Georgia, elementos de la marina norteamericana y la Milicia del General John Floyd. Tras cruzar a territorio español ocuparon la isla Fernandina e izaron la nueva bandera de los Patriots. A principios de abril Matthew y Smith estaban en Fort Mosé, la antesala de la capital floridana.

El gobernador de la Florida, Don Sebastián Kindelán, organizó la resistencia, bajo sus órdenes el teniente José Mariano se destacó en los movimientos estratégicos para frenar el avance de la ofensiva enemiga hacia el sur que parecía indetenible. El novel oficial participó con las milicias de pardos, morenos y los llamados seminólas negros, en las operaciones para impedir que llegaran a tomar San Agustín, con el Castillo de San Marcos como bastión, realizaron varias salidas contra las que se estrelló el enemigo.

José Mariano, incansable, cooperó en la contraofensiva para hacer retroceder a la vanguardia de los Patriots dirigida por Thomas Smith, combatió a pie o con la Caballería, llevando a sus hombres a atacar sin tregua a un enemigo prepotente que disputaba intransigente cada palmo del suelo ocupado, lo cual le valió el ascenso a Capitán.

El estado de guerra irregular se mantuvo durante 1813, el Gobierno del Presidente James Madison no reconoció la República proclamada por Macintosh, ni a la capital que instaló el General Buckner Harris en el improvisado Fort Mitchell. Los hispanos y sus aliados seminólas, empleando tácticas de guerrilleros, se dedicaron a hostigar a la guarnición de fusileros yanquis en Fort Mosé, para obligarlos a batirse en retirada y abandonar Florida Oriental, esto causó que el movimiento de los Patriots se debilitara hasta el extremo de ser disuelto.

Concluida la crisis, y ya liberada España, la Madre Patria en 1814 del dominio francés, Mariano fue desmovilizado, entonces pasó a los negocios, se dedicó a las actividades agropecuarias, era propietario de tres plantaciones que le había otorgado el gobierno colonial por sus servicios distinguidos en la Guerra contra los Patriots: San José, Mala Compra y Bella Vista, especializadas en caña de azúcar y cultivos para la subsistencia local.

Temas similares…

0 comentarios

Enviar un comentario