UN DÍA DE LUCES Y SOMBRAS

4 de noviembre de 2025

El 11 de noviembre celebramos en Estados Unidos el Día del Veterano. Probablemente hayamos olvidado, debido a todos los extraordinarios sucesos que en el mundo han transcurrido  a lo largo de un siglo, que el  martes 28 de julio de 1914 se inició la Primera Guerra Mundial, a la que posteriormente Estados Unidos, el 6 de abril de 1917, se  sumó de forma muy significativa.  En el conflicto fueron movilizados más de 70 millones de militares, incluidos 60 millones de europeos, lo que lo convierte en una de las mayores guerras de la historia. Murieron más de 9 millones de combatientes, en cuya Memoria elevamos al Señor una compasiva plegaria. Los Estados Unidos perdieron 116,516 vidas en los 19 meses que transcurrieron durante su participación en la conflagración. En un hecho como éste se ha basado un día tan conmovedor como el del próximo martes.

El armisticio que puso fin a la guerra fue firmado el 11 de noviembre de 1918 por el vigésimo noveno presidente de Estados Unidos, Woodrow Wilson, quien al año siguiente pronunció un histórico discurso que sentó las bases para la celebración del Día del Veterano, que en principios fue conocido como el Día del Armisticio.

Al decurso del tiempo se fue sumando al número de fallecidos en la Primera Guerra Mundial, el número de los militares fallecidos en los diferentes conflictos bélicos en los que había participado Estados Unidos. El legislador Edward J. Rees, de Emporia, Kansas, presentó un proyecto de ley en el Congreso en febrero del año 1954, en el que se propuso designar oficialmente el 11 de noviembre como El Día del Veterano, lo cual fue aprobado unánimemente. Rees habló de la guerra de Corea, en la que se enfrentaron a la muerte alrededor de 50,000 combatientes americanos. Hasta el día de hoy, ¿cuántos americanos han dado sus vidas en luchas bélicas destinadas a la defensa de la libertad?

Determinar cuántos americanos han entregado sus vidas en los diferentes conflictos bélicos en los que se ha involucrado la nación no es tarea fácil. De hecho, no existe una cantidad definida que sea aceptada por todos los historiadores. Desde la revolución americana para independizarse de Inglaterra (1775-1783), hasta las contiendas de Irak y Afganistán, Estados Unidos tiene sus fundamentos de fuerza, libertad  y democracia asentados sobre la entrega de incontables héroes que invirtieron su sangre en la gloria de nuestro presente.

Mencionemos, al azar, la guerra de 1812, la de México y la guerra civil, (1861-1865) desplegada en el país entre americanos que lograron fortalecer finalmente la hermandad nacional que hoy gozamos. No olvidemos la guerra hispanoamericana de 1896, hoy día con el gentilicio “cubana” añadido, y mucho menos, ya que de la primera hemos hablado, la Segunda Guerra Mundial (1941-1946), Probablemente todos recuerden las guerras de Corea y Vietnam y la guerra del Golfo. Aunque Estados Unidos proclama ser una nación de paz, históricamente no ha podido evitar involucrarse en numerosos compromisos bélicos.

Hay varios países en los que yacen los cuerpos sin vida de incontables mártires americanos. El 8 de junio de 1944, las Fuerzas Armadas de Estados Unidos establecieron un cementerio temporal (Saint Mére Eglise), el primero en territorio europeo para sus soldados. Después de terminada la Segunda Guerra Mundial, se construyó el cementerio actual, a 47 kilómetros del anterior, frente a la playa de Omaha, una de las playas donde se produjo el Desembarco de Normandía y el Canal de la Mancha. Cubre un área de 70 hectáreas y contiene los restos de cerca de mil militares americanos. Entre éstos se encuentran enterrados tres “Medallas de Honor”, de las cuales una de ella pertenece a un hijo del presidente Roosevelt. El único enterramiento que no pertenece a la Segunda Guerra Mundial es otro de los hijos de Roosevelt que murió durante la Primera Guerra y cuyos restos fueron traídos con posteridad a este cementerio.

Hay miles de testimonios de personas que han visitado este famoso cementerio. Hemos escogido, para compartirlo con los lectores, éste que transcribimos: “es impresionante visitar este lugar cargado de historia y honor. En uno de los sectores de la Playa Omaha, con unas vistas impresionantes, todo cuidado con sumo esmero. Cada cruz o estrella de David tienen el nombre de algún soldado caído, y las que no, se enaltecen con esta inscripción: “aquí yace con honor un compañero de armas solamente conocido por Dios”.

En un trabajo como este no podemos dejar de mencionar al Cementerio Nacional de Arlington, Virginia. Cerca de 280,000 servidores de la patria y sus familiares descansan en los 624 acres que conlindan con el río Potomac y el Memorial a Lincoln. Alrededor de 30 entierros se llevan a cabo semanalmente en el histórico camposanto. Es impactante el Monumento al Soldado Desconocido y la forma reverente en que se tratan las tumbas del mismo. Hay un espacio reservado para los militares cuyos cadáveres fueron rescatados de la explosión del barco de Guerra USS Maine, hundido en aguas de la bahía de La Habana el 15 de febrero de 1898.

Muchas personas confunden las fechas del “Memorial Day” y el “Veterans Day”. Aunque tienen estrechos lazos de coincidencias son dos actividades diferentes y cada una tiene sus características que las distingue. 

Ahora, expliquemos por qué hemos titulado este trabajo “Un Día de Luces y Sombras”. En la historia de esta nación a la que hoy pertenecemos con orgullo, hay sombríos hechos que lamentar. Mencionemos la Guerra de Estados Unidos y México, que se extendió desde el 25 de abril de 1846 hasta el 2 de febrero de 1848. Esta guerra fue provocada para conquistar territorios. En el pacto de conclusión de la misma Estados Unidos se anexó lo que es hoy el estado de California, y el territorio de Nuevo México. Subvencionó al país azteca con 15 millones de dólares y la cancelación de una deuda pendiente de 3.25 millones. También se utilizó la victoria en el conflicto para adjudicar a Estados Unidos la propiedad del estado de Texas. Los estados de Nevada y Arizona también pasaron a ser parte del mapa de Estados Unidos.  

Entendemos que pasados casi dos siglos, al mirar los resultados de la Guerra de México y Estados Unidos, hay que admirar lo que ha logrado la nación norteamericana en comparación con el vecino al sur de río Grande.

Otro incidente sombrío que nos afecta de manera directa fue la tardía intervención de Estados Unidos en la Guerra de Independencia de Cuba. En horas tempranas de la noche del 15 de febrero de 1898 se hallaba en aguas aledañas al Puerto de La Habana el buque norteamericano de guerra, USS Maine, que fuera víctima de una inexplicable y devastadora explosión que lo hundió. Este hecho fue usado como un pretexto inmediato para que Estados Unidos iniciara una Guerra contra dos colonias españolas, Cuba y Filipinas. En la Isla cubana no les costó trabajo, después de una guerra en la que miles de soldados cubanos entregaron sus vidas para la conquista de la libertad, derrotar al decadente y extenuado imperio español. 

Lo lamentable es que en la victoria desconocieran a los cubanos, que fueron los verdaderos responsables de la derrota hispana. Los americanos se apoderarán de la victoria para establecer convenios con la ibérica península sin ofrecerles participación a los líderes cubanos, acción deplorable que hasta hoy se critica. Sí, hay sombras en el pasado de la gran nación americana, pero hay muchas más luces que han iluminado al mundo con el esplendor de la libertad y la democracia. Motivos hay para que celebremos El Día del Veterano.

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