Por Jorge Quintana (1957)
El 13 de septiembre de 1863 nació en La Habana Fernando Freyre de Andrade y Velázquez. Su padre era el coronel Fernando Freyre de Andrade y Van Heck, su madre se llamaba Doña Gertrudis Velázquez y Ugarte. Su abuelo paterno era el teniente de navío de la Real Armada don Fernando Freyre de Andrade y su abuelo materno era el director del Cuerpo de Sanidad de la Real Armada, don José María Velázquez y Martínez.
Quince días tenía de nacido cuando le llevaron a la iglesia de nuestra señora de Guadalupe para bautizarle, imponiéndole los nombres de Fernando Nicolás Ramón Tomás Freyre de Andrade y Velázquez.
Sus estudios primarios y secundarios los realizó en los colegios de Carcasés y José Antonio Delgado. En 1878 comienza a cursar estudios en la Universidad de La Habana. Los días 16 y 18 de junio de 1879 realizaba los ejercicios del grado de bachiller, obteniendo calificación de aprobado. Continúa sus estudios universitarios en la Universidad Central de Madrid hasta octubre de 1881, en que lo encontramos de nuevo en la Universidad de La Habana. El primero de junio de 1882 comienza a trabajar como practicante de Derecho en el bufete del doctor Leopoldo Berriel.
En 1884 concluye su carrera de licenciado en Derecho brillantemente. En todas las asignaturas había obtenido calificación de sobresaliente. El 27 de junio de 1884 realiza los ejercicios de grado para la licenciatura en Derecho civil y canónico ante un tribunal integrado por los doctores Bernardo del Riesgo, Leopoldo Berriel y Luis Estévez Romero. El tema que le tocó desarrollar fue el de la retroactividad de las leyes penales. Obtuvo calificación de sobresaliente. El curso siguiente matricula varias asignaturas del doctorado en Derecho, que abandona para dedicarse al ejercicio de su profesión, ingresando en la judicatura como abogado fiscal sustituto correspondiéndole trabajar a las órdenes del famoso fiscal Romero Torrado.
La sublevación del pueblo cubano el 24 de febrero de 1895 le encontró en la ciudad de La Habana. Inmediatamente se trasladó a los Estados Unidos, dirigiéndose a Nueva York, donde se puso a las órdenes del delegado del Partido Revolucionario cubano, Don Tomás Estrada Palma, con quien colabora en varios trabajos que se le encomiendan, entre ellos el de trasladarse a París a visitar a varios cubanos ricos que pueden contribuir a la causa revolucionaria.
A mediados de 1893 se hallaba en la capital de Francia, cumpliendo esa misión en Unión de Nicolás de Cárdenas. En septiembre de ese mismo año ya se encontraba de retorno en Nueva York. Don Tomás Estrada Palma le somete a él, como a otros cubanos eminentes que allí se encontraban, el problema de estudiar si esa era la oportunidad de dar a la publicidad en la prensa de los Estados Unidos el decreto sobre la zafra dictado por el Gobierno de la revolución.
Ansioso de venir al campo de la revolución, se embarcó en la expedición que organizara Miguel Betancourt Guerra, la que salió de las costas floridanas a bordo del “Dauntless” y desembarcó en la desembocadura del río San Juan el 13 de octubre de 1896. Al embarcarse se le reconoció el grado de comandante.
El 17 de diciembre de 1896, el Consejo de Gobierno aprueba la proposición que le hace el Secretario Interino de la Guerra, “teniendo en cuenta el justo y público renombre de que goza como letrado el comandante Fernando Freyre de Andrade, las condiciones de carácter y el conocimiento que tiene de la mayor parte de los abogados que interinamente desempeñan en la actualidad las plazas de auditores en el Departamento Occidental, propone el Consejo se sirva conferirle el grado de coronel del cuerpo jurídico militar encargado de estos asuntos en el cuartel general del Ejército Libertador y condicionándolo a su vez para otorgar nombramientos y organizar el cuerpo de ese departamento dando cuenta a esta Secretaría para la aprobación definitiva por el Consejo de Gobierno”.
En 1897 toma parte con el general Máximo Gómez en algunas acciones de guerra y cruza la trocha de Júcaro a Morón en unión del coronel auditor Enrique Villuendas. En septiembre de 1897 resulta electo miembro de la Asamblea de Representantes del Ejército Libertador por el Quinto Cuerpo. El 10 de octubre inicia sus trabajos la Asamblea de Representantes en La Yaya. Entre los presentes se encuentra el coronel Freyre de Andrade. Diecinueve días después, los representantes estampan sus firmas en la Constitución, redactada y aprobada en esa Asamblea, procediéndose a elegir el Gobierno que habría de regir los destinos de la República por un año, siendo designado presidente el mayor general Bartolomé Masó y vicepresidente el general doctor Domingo Méndez Capote.
Con el general Méndez Capote colabora en la redacción de la ley penal y la ley procesal. El 19 de diciembre de 1897, el Consejo de Gobierno aprueba la proposición de designar al coronel Freyre de Andrade para sustituir al general Méndez Capote en la Jefatura del cuerpo jurídico, teniendo en cuenta que su inteligencia, honradez y patriotismo son garantías de que el cuerpo responderá dignamente al final patriótico que informa su existencia, procediéndose a su ascenso a brigadier.
En los meses de mayo y agosto redacta la nueva ley electoral. El 25 de julio de ese mismo año el Consejo de Gobierno comisiona al Brigadier Freyre de Andrade para que en unión del coronel Manuel María Coronado y del teniente coronel Octavio Gil Verga, en representación del Gobierno de la República impacten sobre la evacuación del territorio de Camagüey.
El 27 los Comisionados llevan a efecto la misión que se les ha confiado en la sesión del 28 rinde un informe verbal. El 30 redactan el informe y lo someten al Consejo en su reunión del 3 de agosto. En ninguna parte se dice que la misión fue realizada solo por el Brigadier Freyre de Andrade, como erróneamente se consigna en su hoja de servicios. Debiéndose aclarar, además, que la fecha de 27 de julio de 1897 tampoco es correcta, sino esta que nosotros citamos del 27 de julio de 1898.
En esa misma sesión del 3 de agosto, el Consejo de Gobierno conoce de la solicitud de conmutación de la pena de muerte impuesta al Brigadier Roberto Bermúdez. El auditor general, brigadier Freyre de Andrade, considera que todos los trámites legales sean corridos y que no existen razones que aconsejan acceder a esa solicitud. Con ese informe, el Consejo de Gobierno acuerda denegar lo solicitado, ordenando la ejecución de la sentencia impuesta, orden que cumplió cabalmente el mayor general Máximo Gómez el 12 de agosto de 1898.
El primero de septiembre de 1898, el Consejo de Gobierno designa al Brigadier Freyre de Andrade Comisionado Especial para el Segundo Cuerpo de Ejército. Se hallaba en esos trabajos cuando el Quinto Cuerpo le elige nuevamente como miembro de la Asamblea de Representantes del Ejército Libertador convocada para Santa Cruz del Sur. El 23 de octubre de 1898 comienza la Asamblea sus trabajos. Al ser electa la mesa en la sesión del 7 de noviembre, el brigadier Freyre de Andrade resulta electo vicepresidente de la Asamblea.
En enero de 1899, el presidente de la Asamblea, Brigadier doctor Domingo Méndez Capote, es nombrado por el General Brooke para desempeñar la Secretaría de Gobernación. Le sustituye en la Presidencia de la Asamblea el Brigadier Freyre de Andrade, quien preside la primera sesión al trasladarse a la Asamblea de Santa Cruz del Sur para El Cano, en el vecino término de Marianao. Como tal presidente fue protagonista del incidente surgido con motivo del entierro del mayor general Calixto García.
Se hallaba el brigadier Freyre de Andrade hablando con el periodista Modesto Morales Díaz cuando observó que por la calle de Obispo marchaba la caballería norteamericana delante del féretro. Interrumpiendo su conversación, se abalanzó sobre los soldados que formaban el Estado Mayor del General Brooke, tratando de impedirles que ocuparán ese sitio que estaba reservado para los miembros de la Asamblea de Representantes.
La energía del general Freyre estuvo a punto de costarle la vida, pues los soldados y oficiales norteamericanos no contuvieron sus cabalgaduras. Colérico y enérgico, el general Freyre de Andrade dio entonces la discutidísima orden de que todas las fuerzas mambisas que concurrían se retirasen, lo que motivó la protesta el día siguiente del hijo del General García, el brigadier Carlos García Vélez.
Todavía como presidente de la Asamblea, tuvo gran responsabilidad en el incidente surgido con el mayor general Máximo Gómez. La Asamblea comenzó a tratar con el banquero judío C. M. Coen la concertación de un empréstito a fin de poder hacer frente a los pagos del licenciamiento del Ejército Libertador. Al general Gómez le desagradaba la operación porque consideraba demasiado leónidas las condiciones. Los representantes pretendieron abroquelándose en sus prerrogativas someter a la autoridad de la Asamblea al general en jefe del Ejército Libertador, que acababa de entrar triunfalmente en La Habana.
Con su característica aspereza, el general Gómez recibió a la Comisión de Representantes de la Asamblea que fueron a visitarlo. Al regresar los representantes y exponer la forma en la que los habían tratado, hubo una explosión de cólera y menudearon los discursos condenatorios para el general en jefe. Hubo un general que se ofreció para mandar el piquete de fusilamiento. Manuel Sanguily sustanció concretamente la protesta, haciendo que la Asamblea discutiese y aprobase en su sesión del 11 de marzo de 1899 una moción por la cual se destituía al general Gómez de su cargo de General en jefe del Ejército Libertador pasándolo a la clase de reemplazos.
El general Freyre presidió aquella infausta sesión. La reacción popular fue también exagerada, olvidándose de que la Asamblea estaba integrada por patriotas sinceros que podían equivocarse, pero que no se les podía suponer malos patriotas por ello, los apedrearon. En realidad, los representantes de la Asamblea no tomaron en cuenta que el General Gómez se hallaba colocado muy justamente en la cima de su popularidad y que un ataque tan injusto como el que le dirigieron traería esas consecuencias pocas horas después.
El Gobernador Brooke hacía unas declaraciones en las que afirmaba que el Gobierno de los Estados Unidos no reconocía a la Asamblea de Representantes del Ejército Libertador como un organismo oficial del pueblo cubano. Era la muerte de la Asamblea. Se dedicaron entonces en silencio y con premura a liquidarla. El 4 de abril se celebró su última sesión. Ese mismo día, Fernando Freyre de Andrade se licenciaba como general de Brigada del Ejército Libertador.
Al sustituir el general Wood al general Brooke designó al general Freyre de Andrade para el cargo de fiscal de la audiencia de La Habana. Un nuevo incidente surgido por el apoyo que prestara al presidente de la Sala Primera, doctor Julio de Cárdenas, motivó que el gobernador Wood dispusiera su traslado y el del doctor de Cárdenas para la Audiencia de Las Villas, cosa que no se efectuó porque ambos presentaron sus renuncias.
Don Tomás Estrada Palma, después de tomar posesión de la Presidencia designó al general Freyre de Andrade para el cargo de fiscal del Tribunal Supremo, el cual renunció para aceptar la cartera de gobernación. De gobernación pasó a instrucción pública, concurriendo como representante del Gobierno de la República a los actos organizados en el Fuerte del Viso, en Oriente.
Cuando en 1905 se comenzaron a realizar las maniobras para imponer la reelección del presidente Estrada Palma, el general Freyre se destacó como ningún otro líder estadista, logrando con ello ganarse la animadversión de sus enemigos políticos, que le acusaron de ser el autor de todas aquellas infracciones a los Ayuntamientos desempeñados por liberales y la suspensión de los alcaldes de filiación adversa a la candidatura reeleccionista.
En los comicios de 1905, mientras lograba imponer la candidatura reeleccionista del presidente Estrada Palma, él obtenía un acta de representante por la provincia de La Habana. La revuelta de agosto de 1906 trajo como consecuencia la disolución de aquella Cámara.
El Presidente Estrada Palma abandonó la Presidencia de la República y una segunda intervención rigió nuestros destinos como nación. El general Freyre se entregó entonces a la organización del Partido Conservador, obteniendo la Alcaldía de La Habana en los comicios de 1912, por la conjunción patriótica que lideraba el coronel Ernesto Asbert.
Su administración municipal fue de las más honestas que ha tenido La Habana colocó la primera piedra del hospital de emergencias, que por ello lleva su nombre. Modernizó los servicios de extinción de incendios, adquiriendo bombas de los últimos modelos movidas por automóviles, sustituyendo a aquellas otras que eran tiradas por caballos, reorganizó el cuerpo de bomberos, haciendo desaparecer aquellos otros dos cuerpos de Bomberos Municipales y Bomberos del Comercio que en los incendios se disputaban la primacía en llegada al lugar del siniestro.
En la campaña de 1916 se opuso a la reelección del general Menocal, convirtiéndose en uno de los colaboradores más eficaces de su antiguo adversario político, el mayor general José Miguel y Gómez, asegurándose que si en aquellas elecciones hubiese triunfado el Partido Liberal, el general Freyre era candidato para la Secretaría de Gobernación o para la Presidencia del Tribunal Supremo de Justicia.
Después de la muerte del General Gómez, fue uno de los miembros más entusiastas del comité pro estatua del mayor general José Miguel Gómez.
Vencido por achaques más que por los años, el general Fernando Freyre de Andrade falleció en La Habana el 29 de enero de 1929. Su cadáver se halla enterrado en el cementerio de Colón.
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