Mensaje Inspiracional. Mensaje Inspiracional

Written by Libre Online

19 de agosto de 2025

Existía en la ciudad india de Benarés un hombre al que le gustaba mucho jugar a los dados. Se llamaba Apu, y el amigo con el que jugaba a diario, Amir. Pero a la hora de jugar, ambos se comportaban de forma diferente: mientras que Apu cumplía todas las normas y nunca se enfadaba si perdía, a Amir le costaba mucho perder, y no dudaba en hacer trampas siempre que podía. 

Amir se escondía algunas veces un dado en la boca, debajo de la lengua, para deshacerse de él cuando su amigo no le veía. Y cuando iba ganando, le encantaba dejarlo bien claro delante de Apu:

– Eh, Apu… ¡menuda paliza que te estoy dando, ¿eh?- le decía muchas veces, para decepción y asombro de su amigo. 

Pero Apu se cansó y pensó en la forma de dar una lección a su amigo Amir. 

La lección de Apu a su amigo tramposo

Apu preparó una mezcla de especias muy picante, y sumergió los dados en ellas. Los mantuvo una noche entera allí para que se impregnaran bien con el picante. A la mañana siguiente, Apu los observó con satisfacción: como los dados eran amarillos, no se notaba la mezcla. A simple vista parecían dados normales. 

Así que ese día, Apu se fue como de costumbre a jugar a los dados con su amigo Amir.

Al principio no sucedió nada, porque Amir iba ganando y era feliz. Pero en una de las rondas la suerte cambió, y Apu comenzó a ganar. Al infeliz de Amir se le ocurrió probar con su truco de siempre, y se metió un dado en la boca. A los pocos segundos comenzó a ponerse rojo y a hacer gestos con la mano. Entre dientes, intentaba decir: 

– ¡Ayiuuugaaa! 

– ¿Qué dices, Amir, que no te entiendo?- dijo entonces Apu. 

– ¡Ayiujaaaa!- intentaba decir con el dedo bajo la lengua y la boca ardiendo Amir. 

Entonces, Amir no pudo más del picor y el quemazón que sentía y se sacó el dado de la lengua. 

– ¡Ayudaaa! ¡Me quemo!- consiguió decir al fin.

Y su amigo, que tenía preparado un brebaje para calmar el picor, le dio a beber el antídoto. Amir le miró con sorpresa, y al entender que lo había preparado todo, dijo: 

– ¿Por qué me hiciste esto, amigo? 

– Porque hacías trampas y quería que entendieras que entre los amigos no se puede ser desleal- Contestó Apu con calma. 

– Pero si solo es un juego… – intentó defenderse Amir. 

– Sí, es un juego, pero la lealtad debe existir en todo momento. Si no eres capaz de cumplir con ella jugando, ¿cómo sabré que luego en las cosas importantes no harás lo mismo? 

Reflexiones sobre el cuento ‘Un juego de dados’ para los niños

A muchos niños les cuesta mucho perder en los juegos ( y a muchos adultos también). No es fácil asumir una derrota, pero es necesario aprender a respetar las normas y asumir que a veces se gana y otras veces se pierde. Más aún cuando el juego es entre amigos, porque en este caso, la honestidad es un valor clave para no echar a perder la amistad: 

• Entre los amigos no puede haber celos ni competitividad: Los celos y la competencia no se llevan bien con la amistad. Entre los amigos debe existir juego limpio y honestidad. En ‘Un juego de dados’, lo que Apu le dice a su amigo al explicarle por qué decidió darle una lección es cierto: si un amigo no es capaz de mostrar lealtad en el juego, menos aún lo hará en las situaciones más complicadas. 

• No hagas con otros lo que no te gustaría que te hicieran a ti: Piensa bien… ¿a ti te gustaría que te ganaran con trampas? No, ¿verdad? En este caso, utiliza la empatía para ponerte en el lugar del otro, de la persona que pierde por culpa de las trampas. No es justo, ¿verdad? Si eres capaz de utilizar la empatía, te costará más hacer trampas y ser desleal con un amigo. 

• Confía en ti y gana por tus propios méritos: Al final, hacer trampas significa hacerte trampas a ti mismo. No ganas de forma justa, no ganas por tus habilidades. No puede haber un triunfo más amargo que ese, ¿no crees? Será mucho mejor perder luchando de forma limpia, respetando las normas y al contrario, que ganar haciendo trampas.

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