Una de las mil diferencias entre Los Ángeles y Miami es que aquí no hay montañas y no es que extrañe las montañas porque allá jamás las escalé.
Allá prevalecen las fresas aquí hasta en McDonald’s venden “pie” de guayabas.
Allá los paragüeros y lentos al manejar son los asiáticos, aquí soy yo.
Allá me daba tremenda alegría y hasta era capaz de intentar darle un abrazo al cubano que me tropezaba, aquí estoy -poco a poco- tomándolo con naturalidad.
Allá en 55 años me tocaron el “claxon” para agitarme tres veces, aquí los escucho tres veces al día.
En una esquina allá oía: “¡Orale bato!” Aquí: “¿Qué bolá acere?”
Allá las aguas del mar son frías, aquí calidas. Allá fui a las playas 7 veces en casi 60 años, aquí si pudiera iba todos los días.
Aquí en cada esquina: medias noches y sándwiches cubanos; allá: tacos, burritos y pupusas.
Allá disfrutaba de “In-n-Out burgers”, aquí del “Rey de la Frita”. Círculo Güinero allá, Municipio de Güines aquí.
La camarera aquí: “Buenos días, mi amor”. Allá: “¡Mande usted!” Allá: “¡No la muelas wüey!” Aquí: “¡Coño, no jodas, chico!”
Allá en todos los trabajos era “el cubano” Aquí: “¿De qué parte del norte vienes tú?”
Allá extrañaba a Cuba, aquí vivo en Cuba. Y en resumidas cuenta I Love , Güines, Los Angeles y Miami.
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