Grandes e irregulares: así se llevan las joyas

Written by Libre Online

15 de julio de 2025

La joyería no escapa a las transformaciones estéticas de cada temporada. Las últimas tendencias en accesorios se presentan rotundas, contrastadas y llenas de matices, y ganan el protagonismo y la atención de las miradas en piezas grandes que reivindican el “más es más”.

Por María Muñoz Rivera

Desde la recuperación del plateado como metal protagonista hasta el auge de las formas grandes, los acabados irregulares y una relectura de lo orgánico como sinónimo de sofisticación, la joyería se posiciona como un lenguaje expresivo y con carga simbólica.

La era del maxi: piezas que hablan 

por sí solas

Otra de las claves de la estación es la presencia de joyas de gran tamaño. Lejos de ser accesorias, se convierten en el eje del estilismo. Pendientes largos y estructurados, “chokers” de cadenas múltiples, brazaletes robustos o anillos con volumen marcan la pauta.

La propuesta de Dosprimeras para esta temporada es un buen ejemplo. Sus pendientes maxi, con circonitas brillantes y formas geométricas, están diseñados para acompañar tanto estilismos sofisticados como para ser el centro de un conjunto más sencillo. 

“La tendencia maxi está más presente que nunca, y queríamos que cada pieza tuviera la capacidad de transformar un `look´ y adaptarse a eventos muy especiales, incluso para novias”, explica Lucía Aquino, diseñadora de la firma sobre esta tendencia que irrumpe con fuerza. 

Lo hace como sinónimo de la vuelta de los dos mil, en la que la joyería pasaba a ser el centro de los estilismos con piezas grandes, en contraposición a la tendencia francesa vista durante los últimos años en la que la joyería se decantaba hacia piezas pequeñas y discretas.

Texturas orgánicas e imperfecciones

Junto al volumen, las formas orgánicas y los acabados irregulares se convierten en tendencia. Las piezas dejan de ser simétricas para abrazar la imperfección como parte de su belleza. Las superficies texturizadas, los bordes ondulantes y la sensación de haber sido modeladas a mano introducen una dimensión casi artesanal en la joyería.

Desde las piedras de aire robusto engarzadas en estructuras irregulares de firmas como Nos Une, hasta las piezas plateadas con la textura de las huellas dactilares de los artesanos marcados en la plata de la joyería Meg de Aitana Mendioroz, esta tendencia se consolida como favorita para el verano.

En este contexto, el acabado imperfecto se transforma en sinónimo de autenticidad. Las piezas que parecen extraídas de un taller artístico se convierten en fetiches de moda. La joyería ya no solo adorna: comunica. Lo orgánico conecta con una necesidad de identidad y diferencia, y aporta un toque de autenticidad que diferencia cada pieza.

El regreso del plateado: 

frescura metálica

Si algunos expertos en moda señalan a la vuelta de la plata como indicativo de una crisis económica, otros apuntan a la vuelta del aire bohemio de los festivales de rock de los años noventa. La plata es tendencia, y lo confirman desde Dua Lipa hasta Chiara Ferragni que el plateado está de vuelta.

En anillos XL agrupados entre sí, pero también en aros, colgantes o cadenas, la plata destrona las tonalidades doradas para convertirse en protagonista indiscutible, con un aire más desenfadado y bohemio que marca este verano como tendencia al alza.

Vuelve la pedrería

En color blanco en llamativas gemas multicolores, la pedrería copa pendientes anillos y colgantes del verano haciendo del brillo un toque imprescindible en pequeños cristales o piedras que aportan personalidad a los accesorios. 

Una propuesta a la que se suman firmas como Miramira, que añade rosas, turquesas y naranjas como tonalidades estrellas para el verano sobre cadenas, anillos, pulseras y collares pensados para ser lucidos tanto por separado como de forma conjunta.

Las piedras blancas acaparan distintas colecciones y son una opción más discreta y fácil de combinar. Un tipo de piedra que es atemporal y que aplicado en piezas como pendientes aporta luz al rostro y resalta el bronceado de los meses de verano.

La joya como legado y relato personal

En la otra cara de la tendencia, las joyas vintage ganan peso como piezas con historia. Firmas como Del Páramo Vintage han capitalizado este movimiento con una propuesta que combina excelencia técnica, valor cultural y sensibilidad estética, y que llega impulsada por el auge de lo vintage como búsqueda de distinción. 

Su selección de piezas antiguas y relojes de alta gama se ha convertido en referencia para quienes buscan una joya que sea algo más que un accesorio: un relato. “Cada joya narra una historia, un legado que valoramos y celebramos”, explican los responsables de Del Páramo. 

Este enfoque les ha permitido consolidar una comunidad fiel y ampliar su presencia, primero con un “showroom” en Madrid y, desde 2024, con su “flagship store” en el Barrio de Salamanca. Su selección de joyería francesa de los años 20 y 30, y las piezas inglesas del siglo XIX, reflejan ese cruce entre refinamiento clásico y carácter.

Así es como pendientes grandes de formas elaboradas y que recuerdan a las piezas de joyería de los años 80 vuelven a posicionarse en el centro de las miradas, impulsadas siempre por prescriptoras de moda, “influencers” o celebridades como Rosalía o Hailey Bieber. 

La joyería como gesto de identidad

El auge del plateado, los volúmenes exagerados, las formas irregulares y la joyería vintage no son modas aisladas. Responden a una necesidad común: expresar identidad. Las joyas del verano 2025 no son neutrales ni subordinadas. Son protagonistas, portadoras de un mensaje personal y estético.

En este sentido, Dosprimeras y Del Páramo comparten un punto de encuentro: entienden la joyería como una extensión de la personalidad, como una forma de narrar, no solo de adornar. Desde lo maximalista y moderno hasta lo clásico y atemporal, la joya adquiere una función comunicativa.

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