CELIA CRUZ la Reina de la salsa

Written by Libre Online

15 de julio de 2025

Nuestra portada es un homenaje a Celia Cruz, quien fue no solo una gran artista, sino también una gran cubana.

Esa gran artista que fue Celia Cruz, conocida en el mundo por cariñosos apelativos como La Diosa Rumba, La Guarachera de Cuba y La Reina de la Salsa, nació en La Habana, Cuba, en el barrio de Santos Suárez, el 21 de octubre de 1925.

Su familia deseaba que fuese maestra, y ella intentó estudiar magisterio. Sin embargo, su vocación artística fue más fuerte y decidió ingresar al Conservatorio Nacional de Música.

Mientras tanto, cantaba y bailaba en programas radiofónicos, y participaba en concursos para aficionados como La Hora del Té o La Corte Suprema del Arte, en los que obtuvo los primeros premios. Más tarde, cantó con las orquestas Gloria Matancera y Sonora Caracas, y formó parte del espectáculo Las Mulatas de Fuego, con el que recorrió Venezuela y México.

En 1950 integró el elenco del Cabaret Tropicana, donde fue descubierta por el director de la Sonora Matancera, orquesta con la que actuó en distintos países y participó en varias películas cubanas.

En 1960 salió de Cuba para nunca regresar, debido a su oposición al régimen comunista. Vivió primero en México y, posteriormente, se radicó en Nueva York, donde continuó su carrera artística como exiliada.

El 7 de abril de 1962, mientras trabajaba en un espectáculo, recibió la noticia del fallecimiento de su madre. A pesar del dolor, terminó su presentación. Intentó viajar a Cuba, pero el régimen le negó el permiso para asistir al funeral.

El 14 de julio de 1962 se casó con Pedro Knight, primer trompetista de la Sonora Matancera. En 1966 comenzó a trabajar con Tito Puente, con quien cosechó grandes éxitos y grabó ocho álbumes para el sello Tico Records. En 1970, entabló amistad con Johnny Pacheco y grabó con él temas icónicos como Quimbara y Bemba Colorá. Su popularidad creció, y su grito de guerra “¡Azúcar!” se convirtió en su sello personal.

Celia recorrió numerosos escenarios en América, Europa y otros continentes. Participó en películas como Los Reyes del Mambo, junto a Antonio Banderas, y en televisión en la telenovela mexicana El alma no tiene color.

Recibió más de 100 premios, entre ellos el National Endowment for the Arts, el más alto honor en las artes de EE. UU., entregado por el presidente Bill Clinton. Fue nominada y ganadora de varios premios Grammy. Recibió dos doctorados honoris causa: uno de la Universidad de Yale y otro en una universidad de Florida. Además, fue homenajeada con una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood (1987) y otra en la Calle Ocho, en el corazón de la Pequeña Habana en Miami. En Miami Beach, un tramo de la Meridian Avenue fue nombrado Celia Cruz Way.

En 2011, Celia Cruz fue honrada por el Servicio Postal de los Estados Unidos con un sello conmemorativo.

Con sus inconfundibles vestidos fastuosos, extravagantes pelucas y zapatos de altísimo tacón, Celia conservó hasta casi el final de sus días una energía vital extraordinaria.

En noviembre, durante un concierto en el Hipódromo Las Américas de Ciudad de México, comenzaron a manifestarse los primeros síntomas de la enfermedad que, meses después, causaría su muerte.

Falleció el 16 de julio de 2003. Su sepelio fue uno de los más grandes que ha presenciado la ciudad de Miami. Su ausencia causó un profundo dolor, no solo a su familia, sino a todo su pueblo, dentro y fuera de la isla. Su muerte fue sentida en todo el mundo, y muchos mandatarios enviaron mensajes de condolencia.

La estrella que partió brilla hoy en nuestros corazones, como brillan las estrellas en el cielo infinito.

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