Por Dr. Benigno Souza (1930)
Parece raro que entre nuestros eruditos y etimologistas no haya suscitado la natural curiosidad el origen del vocablo con el cual y por hacer de ellos una burla, se bautizó por las tropas españolas durante la guerra de 1868 y las que le subsiguieron, a nuestros libertadores…
“Salgan a pelear, mambises,
cobardes y manigüeros
que dicen que son guerreros
y no son más que infelices”.
o el popular vals tropical de esa época, Covadonga, cuya letra conocidísima…
“El que diga que Cuba se pierda…
y que terminaba
“Es un pillo, traidor, laborante canalla, insurrecto, cobarde, mambí”.
Los insurgentes con orgullo, como antes los yanquis, adoptan el sobriquet y lo usan habitualmente: caballo mambí, diana mambisa, etc.
Digo esto, porque la investigación un poco cuidadosa les hubiera hecho encontrar su fuente en el inglés, con un testimonio irrecusable histórico y fuera de toda duda.
Recordemos algunas de las opiniones sobre su origen, pero antes queremos consignar que este término era absolutamente desconocido en Cuba antes de la guerra de 1868. Cuando ella ocurrió, se nombraba a los revolucionarios cubanos filibusteros, piratas y jamás mambises. El término era corriente en Santo Domingo y se aplicó a los dominicanos rebelados contra España. Al surgir nuestro movimiento de Yara, las tropas españolas que procedían de aquella campaña y los oficiales dominicanos que formaron en las filas de la metrópoli, lo domicilian entre nosotros.
Una ligera ojeada nos informa de su incorporación a nuestros provincialismos en esa fecha. No aparece jamás en ningún documento impreso o escrito anterior a ella—en ninguna tradición entre los supervivientes de aquel tiempo; la mejor de todas las demostraciones: no figura en el Diccionario de Voces Provinciales de Pichardo, cuya última edición, hecha y revisada por el autor, llega al año 1865. Si el término fue desconocido de Pichardo, huelga decir que no existía entonces en nuestra lengua local.
El primero que en el orden del tiempo considera la palabra y consigna opiniones es el oficial español señor Rosal, prisionero de Calixto García.
“A los insurrectos, en el lenguaje familiar se les conoce con el nombre de mambises, y ellos parece que están orgullosos de llamarse así. Muchas son las opiniones que he oído referentes a la etimología de la palabra mambís, de las cuales, a mi parecer, a la que más se aproxima a la verdad es la de un teniente coronel de ellos, llamado Saladrigas.
Dice que es palabra india, con que en antiguos tiempos se designó a los que se rebelaban contra sus caciques. Aquellos insurrectos, a la manera de los actuales, se refugiaban en los bosques, donde permanecían ocultos, sin dejarse ver más que cuando intentaban alguna fechoría; de aquí que les diesen el nombre de mambís, conque se designa un pájaro que jamás sale del bosque.
Si recordamos que se llamaron así también los insurrectos de México y Santo Domingo, tendremos que convenir que es un dato que robustece no poco la opinión de Saladrigas. Otro insurrecto que no carece de agudeza, el Diputado Trujillo, quiere que el nombre de mambís sea un compuesto de la palabra latina bis (dos) y de la voz inglesa man (hombre), de donde resulta que mambís quiere decir dos hombres, o lo que es lo mismo, que “cada insurrecto vale por dos hombres”.
Alfredo Zayas en su Lexicografía Antillana declara que no conoce el origen del término.
El doctor Fernando Ortiz, que procede de África.
El señor Martín, que en los ingenios con este nombre se conocía a los esclavos prófugos, es decir, que era sinónimo de cimarrón. Esta opinión no hay que refutarla. Jamás ni en Matanzas ni en ninguna otra parte de Cuba se llamó a los cimarrones mambises. Yo me crie entre esclavos, en los ingenios de Matanzas; mi padre y mi abuelo fueron administradores de ingenios en la misma provincia, y puedo decir que ello es una novela puramente imaginativa (1).
¿Cuál fue, pues, su origen en Santo Domingo?
La cuestión ha sido resuelta hace muchos años y por persona de la autoridad de Nicolás Estévanez, que hizo la guerra de Santo Domingo como capitán de infantería y que era poeta, prosista distinguido, aficionado a estos estudios, autor de diccionarios y que sobre el terreno mismo, muy pocos años después del nacimiento de esta palabra recogió su origen, que fue el siguiente:
Poco después de 1810, los españoles de Santo Domingo tuvieron a su servicio al Coronel Haitiano Manby, de apellido netamente inglés, famoso por su intrepidez y arrojo. Más tarde, Manby, disgustado con ellos, se alzó y les hizo una guerra terrible y sin cuartel, refugiándose muchas veces en los bosques donde se hizo inexpugnable y azotó durante muchos años con sus depredaciones la comarca.
Los hombres de su banda, los que seguían a Manby, se llamaron “Mambyses”, entre los letrados, o “Mambises” en el pueblo, como los partidarios de todo cabecilla toman su nombre de éste; de Zayas, zayistas, etc.
En el “Diccionario Militar” de Nicolás Estévanez se dice: “Manby. El Coronel Manby, haitiano, de raza negra, después de pasar al servicio de los españoles que le dieron mandos en Santo Domingo volvió a ponerse al frente de los negros separatistas haitianos a fines del siglo XVIII.
Los dominicanos dieron entonces el nombre de mambí a todo haitiano que luchara por la independencia, y después los españoles han dado el mismo nombre a todo separatista dominicano o cubano”.
La capacidad de Estévanez, su permanencia en Santo Domingo el año 1863, donde hizo la guerra a esos mambises dominicanos, su curiosidad investigadora, su absoluta honradez literaria, que en él corría parejas con la política, bastan para aceptar este origen histórico como fuera de toda duda; así, aunque el término se aplicó originariamente a todos los negros haitianos, procede del inglés.
(1) Roque Barcia: “Mambí: Sustancia jabonosa de color de ceniza, que los peruanos mezclan con la coca”.
0 comentarios