Por María C. Rodríguez
Prohibido mascar chicle salvo con prescripción médica
Si estás pensando viajar a Singapur debes saber que es un país con fuertes restricciones y, dentro de ellas está: mascar chicle.
Pero ¿por qué se prohibió el chicle en Singapur?
Contexto histórico
En la década de 1980 y principios de los 90, Singapur estaba invirtiendo fuertemente en su imagen como una ciudad limpia, ordenada y altamente eficiente. Sin embargo, un problema persistente era… ¡el chicle!
Problemas causados
• La gente pegaba chicles en las puertas de los trenes automáticos del sistema MRT (Mass Rapid Transit), lo que provocaba fallos y retrasos.
• Los chicles pegados en aceras, elevadores y buzones de correo eran costosos y difíciles de limpiar.
• Afectaban la estética y el funcionamiento de los espacios públicos.
Medida drástica
• En 1992, el gobierno, liderado por el entonces Primer Ministro Lee Kuan Yew, decidió prohibir completamente la venta e importación de chicles.
• La medida fue muy criticada internacionalmente, pero dentro del país fue vista como parte del modelo de disciplina y eficiencia que impulsó su desarrollo.
Excepción médica
• En 2004, debido a un acuerdo de libre comercio con EE.UU., se permitió la venta solo con receta médica de chicles terapéuticos (por ejemplo, los de nicotina para dejar de fumar).
• Hoy día se pueden comprar en farmacias, pero solo con identificación y para usos muy específicos.
El sistema de multas en Singapur
Singapur es conocida como una “Fine City” — juego de palabras entre “ciudad excelente” y “ciudad de multas”. Las sanciones son reales, y buscan fomentar el orden, limpieza y respeto.
Ejemplos de multas comunes
Tirar basura en la calle: S$300 (~200 USD)
Comer o beber en el MRT: S$500 (~370 USD)
Fumar fuera de zonas permitidas: S$1,000 (~740 USD)
Cruzar la calle indebidamente: S$50–S$1,000
No jalar la cadena del inodoro: S$150–S$500
Vandalismo: Hasta ocho azotes más cárcel.
¿Funcionan?
Sí. Estas leyes, aunque severas, han creado una cultura de responsabilidad cívica que es admirada por muchos. La ciudad está limpia, ordenada y con uno de los niveles más bajos de delincuencia del mundo.
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