El Pabellón de España en la Exposición Universal de Osaka será el escenario para las más de 400 actuaciones programadas dentro de Flamenco Real que se está celebrado en esta ciudad nipona hasta el próximo mes de octubre. Japón es el segundo país del mundo después de España donde este arte está más arraigado. Tal es la afición que se dice que Japón es la segunda patria del flamenco. Pero.¿de dónde les viene este gusto por lo flamenco?
Por Amalia González Manjavacas
Las actuaciones de Flamenco Real en Osaka -desde este mismo mes, y hasta el de octubre-, se inscriben dentro del proyecto de internacionalización del Teatro Real tendrán a tres grandes bailaoras, Ofelia Márquez, Marta Serrano y Amparo Navarro como cabezas de cartel.
Ofelia Márquez -desde el 30 de abril al 22 de junio- actuará junto a Jesús Carrillo (baile), José Luis Torres Barba (cante), Adrián Fando Heredia (guitarra) y Naim Manuel Real Gómez (percusión). Esta bailaora jerezana comenzó a formarse en danza a los seis años y fue admitida en la Escuela de Danza Lucía de Jerez, con Antonio el Pipa como director artístico.
Marta Serrano -del 24 de junio al 17 de agosto- estará acompañada de Carlos Camacho Navarrete (baile), Adrián Lomas Domínguez (cante), Alejandro Peralta de la Herrán (guitarra) y Juan Manuel de las Heras Hombrados (percusión). Después de graduarse en el Conservatorio de Danza Reina Sofía de Granada, Marta Serrano continuó su formación en pedagogía de la danza en Barcelona y entre 2009 y 2012 formó parte de diferentes compañías con las que recorrió gran parte de Iberoamérica y Europa, además de su participación en distintos tablaos nacionales.
En 2013, Serrano no lo dudó y se instaló en Pekín durante dos años, donde enseñó su baile flamenco en la Academia de Danza de Pekín, la Universidad de Pekín de Arte Dramático y el Centro de Flamenco de Pekín, recorriendo el país con múltiples actuaciones y un gran éxito. En 2016 Serrano crea su propia compañía con la que estrenó Vaivén y con la que actúa en los más prestigiosos espacios del flamenco a nivel internacional.
Amparo Navarro -del 18 de agosto al 12 de octubre- actuará con Alan Federico Carrizo Nuñez (baile), Leonardo Reyes Ordóñez (cante), Luis Morillo Peña (guitarra) y Leonardo Reyes Ordóñez (percusión). Esta bailaora jienense, de Úbeda comenzó a actuar con 14 años en su ciudad natal. Más tarde fue a Córdoba para formarse en la escuela de Concha Calero. Posteriormente, en Sevilla, forjó su estilo con Milagros Mengíbar.
Pero…. ¿a qué se debe el arraigo del arte flamenco en Japón?
Los japoneses son un pueblo muy interesado por el flamenco. Japón es el segundo país del mundo después de España en número de personas aprendiendo y practicando el flamenco. Tal es su afición que se ha llegado a decir que Japón es la segunda patria de este arte.
Parece que los más de 15.000 kilómetros que los separan de España no son suficientes para que la llama de este arte se apegue en un país que ama y vive el flamenco como ningún otro.
Tres datos muy llamativos son, por ejemplo, que en la Bienal de Sevilla, el mayor espectáculo flamenco mundial que se celebra anualmente se hable además de en español e inglés, en japonés; que exista en Japón – y desde medidos de los años ochenta-, una revista dedicada en exclusiva al flamenco o que estén matriculados -en 2018- más de 80.000 alumnos japoneses en las más de 650 academias de flamenco existentes en Japón.
Lo que está claro es que lo que en un momento pudo empezar como un interés curioso, se haya convertido con el tiempo en una gran opción de ocio en Japón como lo demuestra el hecho de que año tras año aumenten los estudiantes japoneses que visitan España para aprender con mayor profundidad el cante, el toque y el baile flamenco.
Ha pasado ya casi un siglo desde que en 1929 se estrenara en Japón la película El Amor Brujo, motivo por el que la artista La Argentina, estuvo de gira por todo este país, presentando este arte, profundo y temperamental, a una sociedad mundialmente conocida por su frialdad y por su poca expresividad de sus sentimientos.
A ello se le suma la expansión económica de finales de los años 50, crecimiento que fue acompañado de su correlativa expansión cultural por lo que los japoneses de los sesenta gozaron de la suficiente holgura económica como para que artistas españoles flamencos como Antonio Gades, Merche Esmeralda o Paco de Lucía ofrecieran giras a lo largo y ancho de este país.
Aquello coincidió con otra ola de fuerte interés por la música latina, en concreto por la guitarra acústica, también impulsada a partir de los 60, de ahí que muchos guitarristas profesionales nipones se entusiasmaran por la guitarra flamenca, de tal manera que muchos de ellos se han convertido en primeras figuras de este instrumento a nivel mundial.
Culturalmente al japonés se le ha educado para tener una mentalidad de grupo, para no destacar, para no expresar sus sentimientos, pero sobre todo, para no mostrar debilidad, valores esencialmente inculcados a los varones. Las mujeres en cambio pudieron manifestar, al menos en la privacidad de sus hogares, otros quehaceres, otras inquietudes, por lo que la irrupción del flamenco supuso una vía de escape para expresar tantas emociones contenidas…
El flamenco tiene mucho ganado en la cultura japonesa gracias a su propia naturaleza. Es sabido que la música tradicional japonesa comparte compás con el flamenco, razón que hace que los japoneses se sientan muy cómodos al oír los primeros acordes de este arte ya que ambos estilos musicales comparten además la voz ronca en tono menor.
Mientras que el baile flamenco es algo tremendamente expresivo, temperamental, donde se conjugan tanto los trances del cuerpo con el replique del taconeo y el zumbir de los brazos. Como decimos, compuesto por tres partes: baile, cante y toque, el flamenco supone todo un reto para los japoneses, tan amantes del autodesarrollo personal, un elemento esencial de su cultura.
El propio lema del pabellón español en esta Expo de Osaka, La corriente de Kuroshio, se debe a que la existencia de este río permitió al marino y religioso vasco Andrés de Urdaneta trazar una estratégica ruta entre Asia y América, la misma que durante más de tres siglos supuso una vía de enriquecimiento cultural y comercial entre ambos continentes.
0 comentarios