La Brigada de Asalto 2506 hizo historia de valor hace 64 años, pero fue traicionada

Written by Alvaro Alvarez

15 de abril de 2025

Por Álvaro J. Álvarez. Exclusivo para LIBRE

El domingo 27 de noviembre de 1960, la CIA, durante una reunión en su casa de Palm Beach, le planteó por primera vez al presidente electo John F. Kennedy sobre el plan de invasión a Cuba (Operación Pluto). Luego de aceptarlo empezó a posponer fechas y discutir los detalles, tanto más cuanto que algunos de sus más estrechos colaboradores, como Arthur M. Schlesinger y Dean Rusk, se mostraban claramente contrarios al plan.

El 15 de marzo de 1961 el presidente John F. Kennedy pidió cambiar el lugar del desembarco, Casilda-Trinidad (Plan Trinidad) y el 18 de marzo la CIA escogió la Ciénaga de Zapata (solamente en 3 días), Plan Zapata.

El segundo gran error fue cuando no permitió nuevos ataques para acabar con los 7 aviones que le quedaron a Castro después del ataque del sábado 15 de abril. El Día-D, dio la orden de reducir el despegue de los B-26 que tenían en Puerto Cabezas, Nicaragua, de 16 solamente permitió volar a 8 o sea la mitad de ellos.

No permitió que la tremenda flota de la Armada de los EE.UU. impidiera a los aviones castristas destruir al Houston, al Río Escondido y proteger a los B-26 que volaban desde la base Happy Valley (Puerto Cabezas) a 927 km de distancia y sin la ametralladora de cola, que la quitaron para ponerles un tanque adicional de combustible.

Fue el culpable que la muerte de aquellos dignos y valerosos 4 pilotos norteamericanos que incumpliendo órdenes se subieron a dos B-26 en Puerto Cabezas para ayudar a los brigadistas y murieron al ser derribados el miércoles 19. Estos héroes fueron: el piloto Riley Shamburger y su copiloto Wade Gray (derribados por Álvaro Prendes con su T-33), Thomas “Pete” Ray y su copiloto Leo Baker. Sus nombres están grabados en bronce al lado de los pilotos y navegantes cubanos que murieron en la batalla aérea de abril de 1961.

El avión de Pete Ray y Leo Baker fue atacado por al menos un caza T-33 de la FAR, aunque también pudo haber sido alcanzado por el intenso fuego terrestre en la zona. Su B-26 incendiado pudo aterrizar, Pete y Leo sobrevivieron al impacto y huyeron del avión gravemente dañado, pero poco después fueron asesinados y se cree que fue el comandante Oscar Fernández Mel quien los mató.

Considero todos aquellos cambios que Kennedy realizó sobre el plan inicial de Eisenhower-Nixon fue una contradicción para después el 29 de diciembre de 1962, decir en el Orange Bowl lo que dijo frente a los Brigadistas recién llegados del presidio castrista. 

El ataque sorpresivo del 15 de abril de 1961 a San Antonio de los Baños, a Columbia y a Santiago de Cuba tuvo éxito, pero quedaron 7 aviones sin destruir entre ellos jets 2 T-33, 2 Seafury (Caza Rápido) y 3 Bombarderos B-26. 

Por orden del presidente Kennedy los otros ataques aéreos del 16 y la mañana del 17 fueron suspendidos. Aquella triste decisión logró que las FAR tuvieran el control del aire y sus aviones estaban a solamente 179 km de su base de San Antonio de Los Baños.

El presidente Kennedy sentenció a la Brigada 2506 a su destrucción y muerte. Fue sin dudas un acto de alta traición y negligencia criminal. Su falta de fuerte determinación fue la única razón que determinó el resultado final, no las filtraciones. Al no garantizar superioridad aérea y constante fluidez de armas, parque y suministros.

Y el primero en reconocer esto fue el jefe militar de la Brigada, el comandante José Pérez San Román.

Durante la noche del domingo 16 al lunes 17 de abril, agentes de la CIA organizaron un simulacro de desembarco de distracción cerca de Bahía Honda, en la costa norte de Pinar del Río. Una flotilla con equipo que transmitía sonidos y otros efectos de un desembarco de invasión a bordo de un barco proporcionó la fuente de informes cubanos que alejaron brevemente a Fidel Castro del frente de batalla de Bahía de Cochinos.

Sin el control total del aire la Brigada no podía vencer a más de 200,000 soldados enemigos. 

Todos los barcos que habían zarpado de Puerto Cabezas, Nicaragua se reunieron en el Punto de Encuentro Zulú a 65 km (40 millas) al sur de Cuba, por supuesto fueron escoltados por destructores de la Armada de EE. UU (aunque fuera del alcance visual).

La noche del domingo 16, los LCI de la flota invasora se aproximaron sigilosamente a Bahía de Cochinos. A escasos 2 kilómetros de la costa, apagaron sus motores y soltaron las anclas, listos para desprender las secciones de hombres-rana que debían señalar las playas.

En plena obscuridad, los buzos se arrojaron al agua y comenzaron a nadar hacia los objetivos, llevando consigo los faros, boyas y las armas que iban a necesitar.

La sección del Blagar, encabezada por Grayston L. Lynch, tenía por misión marcar Playa Girón, para que las atiborradas lanchas de desembarco pudiesen aproximarse de manera segura para descargar tropas y vehículos.

Se desplazaban con Lynch, José E. Alonso Lamar (jefe de la sección), Eduardo Zayas Bazán, Jesús Llama Muñoz, Jorge Silva Pedrozo y Felipe Silva Cárdenas, en tanto sus compañeros Octavio Soto Hernández, Amado Cantillo y Blas Casares, permanecían a bordo para operar sobre Playa Verde, algo más al este, pero la misión, finalmente, se canceló.

En el Barbara J, la situación era la misma. El primero en arrojarse al agua fue William “Rip” Robinson, seguido por Carlos Betancourt Ramos, Carlos Font Boullosa y Andrés Pruna Bertot.

Las dos secciones se deslizaron lentamente bajo las cálidas aguas de la bahía y en esas condiciones cubrieron la distancia que las separaba de la costa.

La primera en llegar fue la de Lynch. Los buzos emergieron a metros de la costa y tras un rápido reconocimiento de los alrededores, procedieron al sembrado de las boyas. La de Robinson siguió hasta Playa Larga y 20 minutos después, procedió a hacer lo propio. En esos momentos, la Fuerza de Ataque avanzaba desde las islas Caimán hacia el norte cumpliendo su parte del plan: tomar posiciones al este de Cayo Largo en espera de nuevas instrucciones.

Una hora después, comenzó el asalto.

Los buques se aproximaron al litoral, abrieron sus compuertas y dejaron salir las lanchas de desembarco, llevando a bordo su cargamento de tropas, tanques, camiones y piezas de artillería.

Durante la noche del domingo 16 de abril y la madrugada del lunes 17 de abril los 4 barcos de carga que transportaban 5 tanques M-41, jeeps, cañones, morteros, camiones y los soldados de la Brigada 2506, aunque lograron desembarcar solamente 1,310 que llegaron a la zona de desembarco en la península de Zapata y al salir el sol fueron atacados una y otra vez por los 7 aviones castristas que habían sobrevivido al ataque del sábado anterior, algo no esperado por los jefes de la Brigada, que creían todos los aviones de Castro habían sido destruidos.

El desembarco nocturno tuvo la gran dificultad de los arrecifes de coral, que nunca fueron descubiertos por las fotografías previas de los aviones de reconocimiento de EE. UU. Muchos botes sufrieron daños por eso. Debemos aclarar que los EE. UU nunca habían realizado un desembarco nocturno, aunque el verdadero contratiempo fueron los arrecifes de coral que causaron muchos daños a los botes de desembarco. 

Otro fallo fue no destruir una planta microonda que había en Playa Larga y fue la que dio el aviso inmediato a La Habana.

Esos barcos eran: Houston (nombre clave Aguja), Río Escondido (Ballena), Caribe (Sardina), Atlántico (Tiburón). El quinto barco fue el Lake Charles que, al retrasarse, nunca llegó a su objetivo y transportaba suministros diversos y a los hombres de la Operación 40, aunque entre estos hubo varios voluntarios que llegaron a desembarcar.

Los otros dos fueron el Blagar donde iba la jefatura cubana  de La Brigada y el Barbara J.

Según cuenta José Pérez San Román (1930-1989) jefe Militar de la Brigada, el oficial norteamericano al frente del Blagar fue obligado a retirarse después del hundimiento de los dos barcos y en contra de sus órdenes de mantener su posición y seguir peleando. Los otros dos barcos el Caribe y el Atlántico situados frente a Playa Girón al retirase, la Brigada perdió apoyo de fuego de los cañones de 75 mm, sin retroceso y las ametralladoras calibre 50 montadas en esos barcos. Con ellos se fueron miles de toneladas de suministros, armas, municiones, equipos de comunicación principal, hospital, medicinas, etc. 

También dice Pepe San Román se fue el combustible para los aviones, bombas aéreas de todo tipo, y municiones para los cañones de los B-26 de los aviones que no aterrizaron en la pista cercana por esa razón, la falta de todo.

Otra de sus afirmaciones en su folleto de 43 páginas de 2 de febrero de 1980, es su opinión sobre Higinio “Nino” Díaz, capitán al frente de la Operación Marte, que debía de haber desembarcado cerca de Baracoa en el barco Santa Ana. San Román se refiere a Nino negativamente en cuanto a diferencias políticas porque Nino los acusaba de batistianos, por haber pertenecido al ejército antes de 1959.

Aunque realmente esa operación engañosa no funcionó porque Ramón Machado el jefe del grupo de recepción sufrió un accidente que necesitó asistencia médica y lo llevaron a la Base Naval de Guantánamo, por eso no pudieron cumplir su misión en el desembarco del Batallón Especial de Nino Díaz.

Otra de sus quejas hacia la CIA fue que creyeron la pista de aterrizaje en Playa Girón no estaba lista cuando no fue así, porque sí estaba lista y la Brigada llevó innecesariamente, muchos equipos como bulldozer, motoniveladoras para terminarla. ¡Tremendo error! 

San Román se refiere muy bien a la operación anfibia y del paracaidismo, de noche, bajo fuego enemigo sobre una playa de coral.

Los 177 paracaidistas fueron transportados en 4 aviones C-46 todos con tripulaciones cubanas, aunque el avión donde iba el paracaidista Carlos León Acosta #3676 (alias Cachorro) salió el último de Nicaragua, a las 5 am para ser lanzados sobre el área del Central Australia a las 10 am.

Otros más temprano habían descendido cerca de Palpite, de San Blas, de Jocuma y de Horquitas. 

El capitán Eduardo Ferrer con Raúl Solis de copiloto y Alberto Pérez y Mario “Chiqui” Ginebra llevó en su C-46 a 30 paracaidistas incluyendo al jefe Alejandro del Valle, salieron a las 2 am del lunes 17 de Happy Valley (P.C.) y los lanzó en el aérea de San Blas. Iban también en ese avión Alberto Pérez y Mario “Chiqui” Ginebra.

Ferrer y su tripulación, sin apenas haber dormido les asignaron otra misión, para llevar suministros y aterrizar en la pista Sopillar en Playa Girón. El capellán Cipriano Cavero insistió tanto en ir con ellos que Ferrer tuvo que aceptar. En pleno vuelo les dio la comunión a Raúl, a Reinaldo Lazo, a Ferrer y a Ginebra por ser católicos, pero para Alberto Pérez fue su primera comunión, nunca la había tomado y ni sabía nada sobre eso. Ferrer le había dado un M-3 al cura y cuando aparecieron unos cazas del portaviones Essex el capellán les entró a tiros creyendo eran enemigos. Luego oyeron al capitán José G. Crespo Grasso y a Lorenzo Pérez Lorenzo que estaban al borde de amarizar, el capellán los confesó por los micrófonos antes de morir.

El martes 18 salieron de Happy Valley dos B-26 para bombardear la base de San Antonio de los Baños, una tripulación era: Joaquín Varela e Ignacio Rojas con los navegantes Tomás Afont y Esteban Bovo Carás. La otra: Gonzalo Herrera y Mario Cortina con los navegantes Ángel López y Salvador Miralles Poveda. Según explicaron después, debido al mal tiempo y al apagón general no pudieron encontrar el objetivo y regresaron tristes e impotentes ante aquel fracaso total.

Eduardo Ferrer voló el día 18 un C-54 junto con Jaime Bourne, con la tripulación de Lazo, Héctor Hernández, Alberto Pérez y Mario Ginebra para lanzar armas a las 8 pm sobre Playa Girón, más de la mitad cayeron en el mar, supuestamente algunas fueron recuperadas por brigadistas buenos nadadores. 

El Barbara J (Barracuda) barco escolta del Houston, estaba al frente del desembarco en Playa Larga (Red Beach) que llevaba 5 hombres rana y el otro asesor de la CIA, William “Rip” Robertson.

El Barbara J tuvo que retirarse porque por su popa recibió un disparo del T-33 de Alvaro Prendes que le dobló la hélice y empezó hacer agua. 

Prendes también derribó con su T-33 a los B-26 de Crispín L. García y de Raúl Vianello.

Finalmente, seis hombres rana lograron escapar, pero los otros cinco cayeron prisioneros, entre ellos el jefe, José Enrique Alonso de Lamar.

El Río Escondido que llevaba combustible de aviación, municiones, alimentos, radio para las comunicaciones entre los batallones y suministros médicos para 10 días fue alcanzado por B-26 del piloto de las FAR Enrique Carreras frente a Playa Girón y explotó.

El Houston fue atacado por aviones de las FAR que lo dañaron, el B-26 de Enrique Carreras y el Sea Fury de Gustavo Bourzac y el T-33 de Álvaro Prendes y comenzó a hundirse. Su capitán Luis Morse lo encalló. Allí iban los 160 hombres del 5° Batallón, 26 de ellos murieron por balas de los aviones, ahogados o por tiburones, fue el batallón con mayores pérdidas humanas.

Los 8 bombarderos B-26 de la Fuerza Aérea de la Brigada 2506, al no poder usar el aeropuerto de Playa Girón al perderse los barcos que traían la gasolina y aceite para los aviones, tenían que volar ida y vuelta desde la base llamada Happy Valley en Puerto Cabezas. Solo podían volar por unos 45 minutos en la Bahía de Cochinos. 6 bombarderos B-26 de la Brigada fueron derribados por la aviación castrista. Además, tuvieron que sacrificar la ametralladora de cola para colocar un tanque extra de combustible, por tanto, cuando los pilotos castristas se dieron cuenta, los atacaban por atrás.

Al final del primer día, los 1,310 brigadistas habían establecido una cabeza de playa, penetraron más de 10 km en tierra firme, tomaron las localidades de San Blas y El Rincón, mientras se proyectaban hacia las poblaciones de Jocuma y Horquitas.

Lo más increíble es que a unos 16 kilómetros de Playa Girón estaba el portaviones Essex, los destructores USS Conway, USS Cony, USS Eaton, USS Murray y el USS Waller y el submarino USS Threadfin (SS-410).  

Con órdenes estrictas de Washington de no prestar ayuda a la Brigada 2506 ¿entonces para que estaban allí?

El miércoles 19, tercer día después del desembarco, los Brigadistas, que habían combatido día y noche en Playa Larga, San Blas y Playa Girón, se quedaron sin municiones y se enfrentaron a unos 62,000 soldados enemigos bien equipados con tanques Stalin T-34 y artillería pesada. 

Los 10 pilotos-héroes de la Brigada que murieron en acción fueron: Crispín Lucio García Fernández #2424, Daniel Fernández Mon #2494, José G. Crespo Grasso #2480, Gastón Pérez Rangel #2451, Eduardo González Ramírez #2405, Osvaldo Piedra Negueruela #2540, Raúl Vianello Alacán #2490, Lorenzo R.  Pérez Lorenzo #2428, Juan M. de Mata y González-Romero #2425 y José A. Fernández Rovirosa #2437.

El piloto de las FAR Alberto Fernández derribó al B-26 de Matías Farías, muriendo Eduardo González Ramírez, el 19 Matías fue recogido por el C-46 del capitán Manuel Navarro y su copiloto José E. Pellón, en el aeropuerto de Girón. Ese fue el único avión que aterrizó allí.

El gobierno nicaragüense les prestó 3 cazas F-51 Mustang, pero no pudieron utilizarlos porque no tenían capacidad de combustible para llegar hasta la zona de combate.

Los 4 pilotos norteamericanos que salieron en dos B-26 creían iban a ser protegidos por los cazas del portaviones debido a la supuesta orden de Washington de darles una sola hora de cobertura aérea a los B-26 de la Brigada, pero hubo otro error, Nicaragua tenía una hora de diferencia con Cuba.

Rafael del Pino en su avión derribó el B-26 de José A. Fernández y Osvaldo Piedra.

Álvaro Prendes impactó al B-26 de Raúl Vianello y Demetrio Pérez (que saltó en paracaídas y fue recogido por marineros del destructor Murray). Luego al B-26 de Crispín L. García y Juan M. González Romero que se estrelló en la selva nicaragüense.

Enrique Carreras logró hacer blanco en el B-26 de José Crespo y Lorenzo Pérez.

El B-26 de Gastón Pérez y Daniel Fernández Mon fue abatido por la artillería aérea cuando atacaron el aeropuerto de Columbia.

Los 7 aviones castristas (de las FAR) que causaron todo el daño fueron: 3 B-26 piloteados por Silva Tablada, Enrique Carreras, Jaquet Lagas y Alberto Fernández; 2 Sea Fury piloteados por Enrique Carerras, Douglas Rudd, Gustavo Bourzac y Carlos Ulloa; 2 T-33 con Álvaro Prendes,  Rafael del Pino, Ernesto Guerrero y Alberto Fernández como sus pilotos. En total 11 pilotos castristas realizaron 70 misiones entre el 17 al 20 de abril de 1961.

El artillero Reinaldo Silva Antigua del Barbara J logró derribar al B-26 de las FAR al mando de Luis A. Silva Tablada y perecieron los 4 a bordo.

También el Sea Fury de las FAR con el piloto Carlos Ulloa explotó en pleno vuelo.

Algunos Datos sobre el desembarco de la Brigada de Asalto 2506.-

Llegaron a combatir= 1,310 brigadistas.

Murieron=106 (73 en combate, incluyendo los 4 pilotos americanos, 3 por accidentes, 8 fusilados, 10 en la Rastra, 10 en el bote Celia y 2 estando presos)

Capturados=1,181 (entre ellos 88 heridos), Escaparon=27, Liberados en 1962=1,113, Muertos castristas=5,380

Total, de tropas castristas que lucharon contra la Brigada=62,000

A continuación se muestran ocho mapas, los tomé del Museo de La Brigada 2506 situado en 13651 NW 107 Ave. Hialeah Gardens, 33018. El teléfono (305) 825-2506 y está abierto de lunes a viernes de 9 am a 3 pm.

Aquí Ud. podrá ver las armas de la Brigada, dos aviones, un Tanque M41 y cientos de fotografías.

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