El dúo inolvidable

8 de abril de 2025

Por José “Chamby” Campos

El béisbol siempre ha tenido grandes figuras que en conjunto han logrado excelentes resultados y hoy traigo una de esas parejas que brindaron tanta alegría a la afición cubana.

La pelota criolla tiene muchos nombres que formaron magníficos duetos. Willy Miranda y Tony Taylor siempre serán recordados como una de las mejores combinaciones de doble play.  Agapito Mayor y Max Lanier fueron elevados a un pedestal debido a sus tres victorias frente al Habana en la gloriosa contienda de 1946-1947.

Ahora bien, los dos peloteros que presento hoy forman parte de una historia que comenzó en la liga invernal cubana, más conocida como “El Champion”; continuando por Las Series del Caribe donde ambos son Leyendas, hasta llegar a Las Grandes Ligas.

Uno siempre ha sido bien cuidadoso de su privacidad mientras que al otro siempre le ha gustado la farándula. Uno jamás ha fumado, al mismo tiempo que al otro se le conoce como un catador del buen tabaco. Uno nació en La Habana y el otro vio la luz por primera vez en Pinar del Río. 

Ya con estas dos últimas desemejanzas me imagino que saben de quienes estoy hablando. Me refiero a los dos grandes del montículo, Camilo Pascual y Pedro Ramos.

Las diferencias son múltiples pero el talento y el amor con que jugaron béisbol las opaca todas.

Los dos astros son representantes de lo que fue la pelota cubana y a donde marchaba antes de la destrucción de la isla. “Lo que fue”, porque en ese momento la calidad del producto era solamente superada por la de Las Grandes Ligas y a “donde marchaba” porque fuimos testigo de cómo aquella plataforma para desarrollar atletas continuaba generando jugadores a una velocidad vertiginosa que cada vez progresaba más.

Pascual y Ramos son ejemplos clásicos. Los dos firmaron en la década de los 50 estableciéndose como excelentes pitchers que luego más tarde fueron estelares en La Gran Carpa.

Sus vidas siempre han estado bien ligadas desde sus principios. Los dos jóvenes fueron contratados por el scout Joe Cambria para la organización de Los Senadores de Washington. Esa unión continuó hasta el fin de sus carreras.

Al principio de sus jornadas en el profesionalismo fueron compañeros en Washington y luego experimentaron años de gloria en El Champion con Los Elefantes de Cienfuegos. 

Con esa novena se convirtieron en ídolos del público. Contrario al dicho fueron “profetas en su propia tierra”. Adorados por la afición que se deleitaban con la recta del guajiro del Corojo y se maravillaban con la curva del vecino de La Virgen del Cobre.

En las dos Series del Caribe que se jugaron en La Ciudad de Panamá, ambos fueron los líderes del elenco de lanzadores de los Paquidermos. En la edición de 1956 Camilo blanqueó a Venezuela en el quinto juego y Pedro cerró la Serie con una victoria sobre la representación de Puerto Rico.

De nuevo en 1960, última competencia caribeña del primer período, la mancuerna maravillosa fue instrumental en que los cienfuegueros volvieran a coronarse campeones.

Como prueba final de que el destino decidió juntarlos para siempre están las últimas actuaciones de Los Senadores y las primeras de Los Mellizos de Minnesota. 

La franquicia perteneciente a la familia Griffith, la cual firmó decenas de cubanos a través de Cambria, quien estaba casado con una hija del dueño Calvin, decidió abandonar la capital estadounidense y se mudaron a la ciudad de Minneapolis en el estado de Minnesota; allí adoptaron el nombre de Los Mellizos.

El juego de apertura de esa última temporada fue lanzado por Camilo. El resultado fue una victoria de 10-1 frente a Las Medias Rojas de Boston. Esa tarde el habanero permitió solamente tres imparables, de los cuales uno fue un Jonrón del “Espléndido” Ted Williams. Ese día ponchó a 15 contrarios, implantando una marca que en la actualidad continúa vigente. 

En esa misma campaña Pedro fue el abridor escogido para el partido que le daba la despedida a la capital. “El Vaquero” lanzó un juego completo frente a Los Orioles de Baltimore permitiendo cuatro incogibles, pero desafortunadamente un cuadrangular en el octavo episodio le otorgó una victoria de 2-1 a los Orioles.

Como hemos notado, el primer juego de la campaña fue lanzado por Pascual y el último por Ramos. Pero ahora cuando pasamos a la primera primavera del conjunto en su nueva casa en Minnesota, continuamos con los mismos protagonistas.

El pinareño entró en los libros de la franquicia, ahora en su nuevo hogar, al ser el elegido para comenzar la temporada frente a Los Mulos de Manhattan y su lanzador estrella Whitey Ford en el mítico Yankee Stadium. Su labor esa tarde fue fenomenal, al solamente permitir tres imparables a la fuerte artillería neoyorquina y blanquearlos 6 a 0. 

Hasta el día de hoy la actuación de Ramos es considerada una de las mejores aperturas de temporada. Tengamos en cuenta que Los Bombarderos del Bronx en esa contienda de 1961 arrasaron con la competencia y su toletero Roger Maris rompió el récord de más jonrones en una campaña con 61. 

Tres días más tarde su compañero y “alma deportiva gemela” Pascual fue seleccionado para abrir el segundo partido de la historia de Los Mellizos. En esta ocasión fue la ciudad de Baltimore quien le daba la bienvenida a Camilo y compañía. Minnesota se llevó el triunfo 3-2 y el hombre de la mejor curva de las mayores abanicó a 12 contrarios.

Cuando los dos terminaron sus carreras el saldo total de victorias contribuyeron 291 victorias.

Sin duda alguna que Camilo Pascual y Pedro Ramos son protagonistas de uno de los capítulos más maravillosos de la pelota cubana al tiempo que elevaron el nombre de nuestra patria con mucha dignidad.

En la actualidad Camilo a sus 91 años de edad reside en esta ciudad de Miami mientras que Pedro quien cumplirá 90 este próximo 28 tiene su hogar en Estelí, Nicaragua.

De mi parte solo me queda decirle “Gracias Campeones” y que DIOS les dé muchos años de vida.

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