De Girón a la Crisis de los Cohetes: La segunda derrota

Written by Enrique Ros

25 de febrero de 2025

Kennedy: las armas 

son defensivas (IX)

INTENTOS DE ELIMINAR FÍSICAMENTE A CASTRO

La Agencia Central de Inteligencia estuvo contactando a figuras de la mafia en distintos intentos de eliminar físicamente a Fidel Castro.

Según aparece en los testimonios presentados ante el Comité Selecto del Senado en noviembre de 1975, el Informe del Inspector General de la CIA divide la operación relacionada con el Sindicato de los Casinos en Fase I que termina con Bahía de Cochinos y Fase II que continúa con la transferencia de la operación a William Harvey, tarde en 1961. La distinción entre una demarcación clara de la Fase I y la Fase II puede ser, de acuerdo a lo que se expresó en aquella audiencia, muy artificial.

Temprano en 1962, se le asignó a Harvey la responsabilidad de establecer una operación dentro de la CIA “para liquidar dirigentes extranjeros, incluyendo asesinato como un último recurso” (testimonios de Bissell de junio 9 de 1975 y de Harvey de junio 25 de 1975, mencionados en ese reporte). La organización que ya había sido creada se llamó Acción Ejecutiva y se le había asignado el nombre clave de ZR/RIFLE. En noviembre 16 de 1961 Harvey y Bissell ya habían discutido “la aplicación del programa ZR/RIFLE a Cuba”. Bissell confirmó esta conversación, aceptando la fecha de noviembre 16 como correcta.

En febrero de 1962 Richard Helms sustituyó a Bissell como Subdirector de Planificación y, por tanto, se convirtió en el funcionario a quien Harvey debía responder.

En agosto 10 de 1962 el Grupo Especial Aumentado (SGA) tuvo una reunión para decidir el curso de acción que seguiría a la fase de recolección de inteligencia (FASE I). La importancia de lo que se trataría en esa reunión se muestra por los participantes en ella. Normalmente sólo concurrían, además de los otros funcionarios antes mencionados, los Subsecretarios de Estado y de Defensa. A esta reunión concurriría el Secretario de Estado Dean Rusk y el Secretario de Defensa Robert McNamara. También Gilpatric, Bundy, el Gral. Taylor y otros que apenas concurrían como el Director de la Agencia de Información de los Estados Unidos, Edward R. Murrow. Presidirá el Secretario de Estado, Rusk.

El Gral. Lansdale presenta una proposición para pasar a la Fase II que envolvería operaciones que pondrían “en práctica todas las presiones… para derrocar al régimen de Castro”.  El Grupo Especial Aumentado (SGA) puso reparos a la proposición del Gral. Lansdale. En su lugar, el Secretario de Estado Rusk propone una de sus brillantes ideas: “intentar crear una división entre Castro y los comunistas de la vieja guardia”. Una vez más, Dean Rusk muestra su total ignorancia sobre lo que en Cuba sucede. La misma ignorancia revela, en esa muy importante reunión de agosto 20, el Secretario de Defensa, McNamara, quien expresa su preocupación de que enviar a más agentes a Cuba pudiera conducir a acciones que, “afectarían a los Estados Unidos ante los ojos de la opinión mundial”. Al pobre McCone, Director de la CIA, se le instruye por el SGA “tomar medidas para fomentar un distanciamiento entre Castro y los viejos comunistas”.

El tema principal que se discutía ese 10 de agosto eran los planes para la liquidación física de Fidel Castro. Ha habido, luego, mil y una aclaraciones de muchos de los participantes. Más de 100 páginas (de la 67 a la 188) del Informe del Comité Selecto del Senado de noviembre de 1975 a que nos hemos referido, están dedicadas a éste y otros planes similares. Pero la acción se limitó a propiciar la división del dictador cubano con los viejos militantes del partido quienes, con el descabezamiento de Aníbal Escalante y las nuevas y muy estrechas relaciones de Castro con los dirigentes soviéticos, muy poco ya importaban.

En abril de 1962 Harvey, siguiendo “órdenes explícitas de Helms”, había comenzado contactos con John Rosselli y otras figuras. Con la ayuda de la oficina del CIA de Miami, que realizaba operaciones encubiertas contra Castro bajo el nombre clave de JMA/VAVE, entrega a figuras cubanas, no identificadas en el informe, los medios necesarios para llevar a cabo los planes trazados.

Harvey se reunió nuevamente con Rosselli en Miami en septiembre 7 y 11 de 1962 y le informó que sus contactos cubanos estaban preparando un equipo de tres hombres para penetrar a los guardaespaldas de Castro. Aparentemente ese equipo nunca salió hacia Cuba.

El Presidente Kennedy que gustaba de culpar a los cubanos “porque hablaban mucho” y se quejaba con frecuencia de las “filtraciones de noticias”, es quien comete las más atroces de estas violaciones.

Schlesinger en su obra “Robert Kennedy y su Tiempo” (Página 513) dice que en noviembre de 1961 recomendó a Tad Szulc corresponsal para Latinoamérica del New York Times, para una posición en la Administración. Goodwind trajo a Tad Szulc a ver a John F. Kennedy. De acuerdo a notas tomadas por el propio Szulc, el Presidente le preguntó qué podría hacer los Estados Unidos sobre Cuba “tanto en una forma hostil como estableciendo algún tipo de diálogo”. Vemos aquí a un periodista, que se llama a sí mismo independiente, aplicando a una posición en la Administración cuya labor él, profesionalmente, está cubriendo.

Pero el Presidente va más lejos aún en sus peligrosas indiscreciones con los periodistas liberales que se empeña en cultivar. En esa conversación “off-the-record” con Szulc le pregunta al periodista “¿Qué tú pensarías si yo ordenase que Castro fuese asesinado?” Szulc le responde que no considera que ese asesinato necesariamente produciría cambios en Cuba. Esta conversación fue dada a conocer en el testimonio senatorial al que hemos hecho referencia. Se encuentra, igualmente, en las declaraciones y notas del propio Szulc hechas ya públicas (a pesar de que la conversación había sido “off-the-record”).

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