ROBERTO TORRES, compositor, cantante y productor cubano

Written by Alvaro Alvarez

25 de febrero de 2025

Por Álvaro J. Álvarez. Exclusivo para LIBRE

Roberto Torres Dávila, nació en la calle Herrera # 802 en Güines el 10 de febrero de 1940. Su padre, Juan Antonio Torres Morales, era natural del Entronque de Herradura, en la provincia de Pinar del Río, hijo de tabaqueros y él ganadero. Su madre era Otilia Dávila Rangel, de Güines. Sus hermanos Félix, Orlando y Victoria.

Su familia era pobre, pero disfrutó de una niñez y una juventud muy placenteras. 

Estudió en el Colegio Salesiano San Julián de Güines gracias a una beca que se ganó. La mayoría de sus compañeros de escuela provenían de hogares de familias adineradas, pero nunca le hicieron sentir diferente. Al contrario, lo invitaban a sus casas con frecuencia y Roberto recuerda en particular a Juan Ramos de Rioseco a cuya casa iba a pasar los fines de semana y nunca le hicieron sentir que tenían una posición económica muy diferente a la de su familia.

Desde muy jovencito tuvo vocación musical. En el colegio el padre Gabino regularmente le daba miel de abejas para aclararle las cuerdas vocales. 

Por esa musicalidad le pedían que cantara en las misas en latín, lengua que él no dominaba, pero lo pudo hacer, repitiendo la fonética.

Gracias a Dios, tuvo a una gran profesora de música llamada Ada Taracido, quién le enseñó los rudimentos de la música. En las fiestas escolares ella hacía un teatro con funciones de canto y actuación, precisamente fue allí donde comenzó sus primeras interpretaciones.

Algo que Roberto nunca olvida, con 12 años salía corriendo del colegio para no perderse “El Show del Mediodía” en CMQ-TV donde actuaban el Conjunto Casino, Roberto Faz, Orlando Vallejo, etc. 

Antes de ese programa, estaba el Show de Olga y Tony. Aunque Tony nunca se enteró, él fue su primer maestro porque logró imitar su voz, al extremo que en una pequeña grabadora que le habían regalado, se grababa a sí mismo para poder oírse y mejorar sus tonos.

Cuando tenía 16 años, Ernesto del Castillo que pasaba todos los días por delante de su casa, lo había oído cantar y un día se atrevió a tocar a la puerta para pedirle permiso a sus padres que le permitieran llevarlo a cantar en el coro de su Conjunto Universal de Melena del Sur. 

A pesar de ser menor de edad sus padres no se opusieron. 

Ernesto venía a recogerlo, lo llevaba al sitio en el que se iban a presentar y lo acompañaba de vuelta a la casa cuando terminaba la función. Un día Ernesto se enfermó y le tocó a Roberto sustituirlo en el espectáculo de Radio Cadena Habana, cantando Cienfuegos. Por esto, fue esta pieza la primera que grabó con su compañía discográfica muchos años después.

Entre 1957 y 1958, Roberto estuvo cantando con la Orquesta Antillana de Moisés Alfonso en el Alí Bar de Alipio García, donde además cantaron grandes artistas como Benny Moré, Ñico Membiela, Blanca Rosa Gil, Roberto Faz, Orlando Contreras, Rolando Laserie, Fernando Álvarez, Celeste Mendoza y hasta María Félix hizo allí un dúo con Benny Moré.

El Alí Bar en la carretera de El Lucero esquina a Dolores a unos 5 km al sur de la bahía de La Habana, abrió sus puertas en 1940.

Luego de llegar la tormenta (según Luis Aguilé) Roberto estaba cantando con la Orquesta Swing Casino, su director era Rafael Sorí y se tenían que montar en las camas de los camiones para tocar en distintos lugares, cuando Roberto se dio cuenta que todo era gratis, para apoyar la Reforma Agraria, se bajó del camión y regresó a Güines, no estaba dispuesto a cantar gratis en ningún lugar. 

La suerte quiso que, estando sentado en el parque del pueblo, pasó el Dr. Manolo Vega, eminente abogado local, cuando lo vio le dijo: “Roberto, te aconsejo que te vayas del país. Al que no se vaya ahora va a costarle mucho salir después, y a ti, si te quedas, te veo preso o muerto. Cuando quieras pasa por mi oficina”.

Así fue, le gestionó el pasaporte, luego compró un pasaje de $45 para el lunes 22 de junio de 1959 poder volar en Aerovías Q a Key West (Cayo Hueso en cubano), junto con su amigo Israel.

Al llegar al aeropuerto un oficial de Inmigración no quería dejarlo entrar porque pensaba que era militar de Batista que intentaba salir huyendo de Cuba. Tuvo que convencerlo y al otro día ya estaba en Miami, llegó a la estación de guaguas, allí había dos, una para Boston y la otra para Nueva York. Le aconsejaron la de NY porque había menos frío que en Boston. Compró el pasaje y se subió a la guagua Greyhound rumbo a Nueva York.

Llegó a la Gran Manzana sin recomendaciones y sin conocer a nadie. Recibió la primera lección apenas llegar. Estando en Times Square vio a un sacerdote, le preguntó en qué lugar quedaba el barrio donde vivían los latinos, pero le respondió en inglés y no lo entendió. Un puertorriqueño que lo oyó se le acercó y le preguntó si estaba perdido. Roberto le contestó que no tenía la menor idea de dónde estaba. Fue tan amable y solidario que lo acompañó hasta la estación del Metro, le pagó el pasaje y le dijo: “Te sientas cerca del conductor y cuando diga everybody out te bajas porque es el término del viaje (Broadway y la 137) donde viven los cubanos y latinos”.

Cuando se bajó del metro y vio el impresionante espectáculo que lo rodeaba, se sentó en un banco del parque de la 136 y Broadway, a llorar. 

Fue entonces que, por segunda vez, en un mismo día, ocurrió un segundo milagro. Un señor que pasaba lo vio llorando y le dijo que lo conocía, que se llamaba Waldo Gil, fañoso al hablar y de Güines ¡Un segundo milagro en Broadway!  

Waldo acababa de llegar de Cuba y lo había visto cantar en Güines en un baile. Se lo llevó para su casa en el 536 West de la calle 136 y Broadway, le alquiló una habitación en $10 la semana y al siguiente día lo acompañó a la oficina del Social Security para registrarse.

Waldo lo llevó para comenzar en su primer trabajo, fregando platos en el restaurante El Patio. Allí estuvo solamente 3 días porque tuvo la suerte de oír a unos chilenos discutiendo acerca del trabajo que tenían y que no querían seguir teniendo. 

Cuando Roberto preguntó dónde era, resultó ser lavando platos en el Tennis Club de New Rochelle (una ciudad situada a 10 km al N.E. del Bronx).  Hacia allá se fue enseguida y lo emplearon. Le pagaban $150 a la semana, con alojamiento y ropa. Mientras fregaba se ponía a cantar y al parecer llegó a oídos del dueño de que él cantaba.

Fue entonces que quiso verlo y le preguntó si se atrevía a cantar en el Salón de Fiestas del Club. Ordenó que le compraran un traje completo y esa misma noche empezó a cantar con un éxito rotundo en el Club. Cantaba seis noches a la semana y descansaba una. 

Por cierto, logró de forma interesante poder enviarles los $150 a su familia en Güines.

Una tarde en Broadway y la 52, muy cerca del Palladium y del Victor’s Cafe, se encontró con Eddy Zervigón (nació en Güines en 1940) Eddy estaba trabajando con Lou Pere y Roberto le propuso crear una orquesta, porque ambos querían independizarse, de modo que junto a él y su hermano Rudy crearon en 1963 la Orquesta Broadway. Tuvieron muchos éxitos, como Arrímate pa’ca, de Juanito Márquez, un hit que los llevó a cantar en Venezuela.

Como Roberto no tenía papeles (Green Card), estaba ilegal y con mucho temor, un amigo puertorriqueño le sugirió le escribiera al senador por New Jersey, William V. Musto (1917-2006) su amigo mismo escribió la carta y Roberto solamente la firmó. Dos semanas después le llegó la carta de respuesta del senador donde le sugería ir a ver a una persona en Newark, así lo hizo y logró obtener la residencia para poder viajar a Venezuela. 

El Palladium Ballroom era un club nocturno que abrió el 15 de marzo de 1946 en la esquina de Broadway y la 53. La locura del mambo en EE.UU. comenzó allí en 1948. Fueron Tito Puentes, Tito Rodríguez y Machito los que lo hicieron famoso.

En su apogeo, el Palladium atraía a estrellas de Hollywood y Broadway, especialmente los miércoles por la noche, que incluían una lección de baile gratuita. Entre sus visitantes estuvieron: Desi Arnaz, Marlon Brando, Sammy Davis, Duke Ellington, Ella Fitzgerald, Dizzy Gillespie, Billie Holiday, Gene Krupa, Jerry Lewis, Peter Lawford, Dean Martin, Frank Sinatra, Bing Crosby, Tony Bennett, Pedro Vargas, Chano Pozo y Ed Sullivan. Cerró en 1966. 

En 1963, Roberto Torres grabó en el debut de la Orquesta Broadway en el famoso Palladium al lado de Edmundo Koppe como vocalistas, Héctor Zeno en los timbales, Johnny Palomo en la conga, Mike Martínez en el güiro, Rudy Zervigón y Abraham Norman en los violines, David Herscher en el piano y Eddy Zervigón en la flauta. 

Junto a Eddy, Rudy y Kelvin Zervigón, grabó entre 1964 y 1968, 8 álbumes dentro de las firmas Gema, Musicor y Tico.

Si Ud. quiere ver a Roberto perder la tabla, pregúntele sobre la salsa: ¡No me hables de salsa! Yo combato ese término que no significa nada. Ese nombre nació de un error, cuando el gran pianista Ricardo Rey dijo para la revista Farándula que traía un nuevo ritmo. Para mí un nuevo ritmo tiene que ser algo novedoso de verdad, y en la salsa de novedoso no hay absolutamente nada. 

Después de dejar la Orquesta Broadway formó parte de la orquesta de José Antonio Fajardo.

Entre 1969 y 1972, Roberto estuvo con la Sonora Matancera, el más famoso conjunto de música cubana, con la que estuvo tres años cantando en el coro, pero nunca tuvo la oportunidad de aparecer como solista.

El año pasado, Roberto nos contó esta anécdota sobre sus comienzos: “el primer día que empecé con la Sonora Matancera, llegué tarde y Rogelio Martínez, el director, me llamó y me dijo que aquello era una falta de respeto para el resto de los músicos, más nunca he llegado tarde a un evento y gracias a Rogelio”. 

El 1 de junio de 1989 Roberto estaba en Nueva York, celebrando con los músicos de la Sonora Matancera el 65 aniversario en el Carnegie Hall. Dos días después, el sábado 3 fue la segunda celebración en el Parque Central donde Roberto cantó varias canciones ante miles de personas. Él guarda en su casa aquellas fotos con mucho cariño.

Roberto en 1972, grabó como vocalista principal de la Orquesta Latin Dimension, de Mike Martínez, su primer disco, El Caminante, un dueto criollo venezolano que lo convirtió en una celebridad, pero en el disco había otras piezas como Soy Güinero y Mi Madre, que eran de su propia inspiración. Entre los músicos que grabaron estaban: Alfredo de la Fe, violín; Roberto Rodríguez, trompeta; Ira Herscher, tres.

En 1973, inició su carrera de solista con una larga lista de grabaciones bajo el sello Salsoul, con Alfredo “Chocolate” Armenteros (1928-2016) el gran trompetista que trabajó con Benny Moré, Johnny Pacheco, Nat King Cole, José Fajardo, Machito, Charlie Palmieri, Arsenio Rodríguez, para citar algunos solamente.

Con Roberto, el primer trabajo se llamó El Castigador, con temas como Échale Salsita y El Caminante (que pasó a ser su apodo) entre los músicos que aparecen en la grabación tenemos a: Javier Vázquez, piano; Lino Frías, piano; Andy González Bass y Johnny Rodríguez, en las congas; Calixto Leicea, trompeta; Barry Rogers, Louis Kahn y Leopoldo Pineda, trombones. Como verán aquí hay varios de la Sonora Matancera.

En 1975, con Chocolate y su Orquesta grabaron el álbum titulado Chocolate Caliente, Bien Sabroso, para RCA Víctor, con temas como Sigan La Clave, Guajira Inspiración y Retozón. En 1976, con los arreglos y la conducción del gran pianista cubano Javier Vásquez, Roberto Torres grabó De Nuevo, para Salsoul Records.

En 1977, para Salsoul Records y producido por Roberto y René López, grabó Está en Buenas Manos.

En 1978, los ritmos son montuno, guaracha, bolero y chachachá están incluidos en su disco El Duro del Guaguancó, del sello neoyorkino Salsoul.

A pesar de estar consolidado, Roberto se dio cuenta que a pesar de su éxito no ganaba el dinero necesario porque de los 5 millones de copias vendidas solamente le habían pagado unos miserables $150.

Entonces le dijo a Joe Caire, el director de Keytronics que él quería empezar en la empresa cargando cajas de discos. Por supuesto se alarmó, pues un cantante como él no podía cargar cajas, pero lo convenció ya que le dijo que quería pasar por todos los departamentos de esa multinacional para aprender cómo se ganaba tanto dinero y cómo funcionaba el sistema.

Empezó a trabajar fijo por el día y, por supuesto, por las noches seguía cantando. La empresa representaba a los grandes productores de entonces como la RCA Víctor, Ariola, CBS, etc., y allí estuvo hasta que cada uno fue cogiendo su propio camino y así decidió fundar su propio sello discográfico. 

En ese momento en 1979, creó en Union City, New Jersey junto a Sergio Bofill, Guajiro Records con el cual grabaron muchos y muy buenos discos de Papaíto, La Sublime, la Charanga Casino, la India de Oriente, Henry Fiol, la Charanga de la 4, Charlie Rodríguez, Ray Reyes, entre otros.

En 1980 Roberto Torres presentó Ritmo de Estrellas, álbum grabado para Guajiro Records con la participación de Alfredo Valdés Jr., en el piano y en la dirección musical; Marino Solano en el bajo; Johnny Dandy Rodríguez en la tumbadora; Charlie Santiago en los timbales; Ruddy Zervigón y Eddie Drennon violines; Víctor Trías “El Chino” en el tres y guitarra; Rafael “Felo” Barrios cantante; Roberto Torres cantante y productor. Félix “Pupi” Legarreta, arreglista.

El Conjunto Crema se llamó un álbum grabado ese año en el que Roberto Torres participó haciendo coros al lado de Adalberto Santiago, Ramón Rodríguez y Melcochita (Pablo Villanueva, el peruano).

En un maratónico despliegue de talentoso trabajo, en 1980 realizó las producciones de álbumes para músicos, cantantes y agrupaciones como: La Charanga Casino; Chocolate; Chocolate Prefiero El Son; Conjunto Crema, Henry Fiol, Fe, Esperanza y Caridad; Papaíto Rinde Homenaje a Abelardo Barroso; Linda Leída; Ángelo y Su Conjunto Modelo; Desde el Cobre con Amor, la India de Oriente; Charlie Rodríguez y Su Conjunto; Conjunto Candela 79.

Además, en ese año se publicó el álbum Roberto Torres “El Caminante” Salsoul LP.

Roberto Torres fundó el sello SAR Records junto a Sergio Bofill y Adriano García, localizado en Nueva York, la sigla está compuesta por la primera letra del nombre de cada uno.

 Este sello produjo y grabó varios álbumes, en muchos de los cuales Roberto hizo los coros, tocó las claves, las maracas y el güiro y realizó la mezcla.

El primer trabajo musical grabado con este sello se llamó El Rey del Montuno, el cual sólo contó con tres temas: Cuento mi vida, El Carretero y Cienfuegos. Con Arreglos y Dirección de Manolo Albo, logrando vender 30,000 copias en África. 

Los siguientes tres años, Torres produjo más de 50 LP con SAR, entre los que se incluyen el LP, Roberto Torres Recuerda a Portabales, un homenaje a Guillermo Portabales (1911-1970) con las canciones del compositor, guitarrista y cantante cubano de Punto Guajiro, Bolero y Son.

Bajo la producción de Roberto Torres, Ramón Quián Sardiñas (Manguito 1922-2006) conocido como “Monguito El Único”.

En 1979 debutó para el nuevo sello musical SAR Records, con el álbum Yo No Soy Mentiroso un excelente LP de son montuno con 6 temas, todos ellos exitosos: Mi Son, Puntéame Bien El Tres, Guaguancó Sabroso, Yo No Soy Mentiroso, Un Pedacito y Este Rumbón. Dicho álbum conocido como Monguito el #1 y le mereció a Quián, un Disco de Oro.

Monguito, era un sonero de un estilo de improvisación sencillo con una voz distintiva nasal. Grabó con Johnny Pacheco para La Fania, estas 3 de su inspiración: Tus Lindos Ojos, Échale Grasa y Monguito Llegó. Fue uno de los principales artistas del prestigioso club Tropicana. 

Por primera vez se publicó un álbum en la voz de Mario Muñoz “Papaíto” cuando Roberto Torres presentó a Papaíto, para el sello SAR en 1979, allí aparecen en los coros: Carlos Manuel Díaz Alonso “Caíto” (1905-1990) el cantante de la Sonora Matancera y Roberto Torres. La producción fue del mismo Roberto Torres.

En 1980 el LP: Roberto Torres Presenta- Ritmo de Estrellas con canciones de Miguel Matamoros y Enrique Jorrín. Otro LP fue: Roberto Torres Recuerda al Trio Matamoros.

 Además, Roberto hizo honor a la música cubana y algunos de los grandes representantes de su folclor. Realizó grabaciones de temas cubanos grabados anteriormente y también producciones musicales en honor a personajes como Benny Moré, Abelardo Barroso y el boricua Rafael Hernández. Reviviendo ritmos como la guajira, la guaracha, el son cubano y el montuno. Por todo esto, Roberto Torres lideró, junto a su sello SAR, a inicios de los 80, un renacimiento de la música típica cubana, que trascendía de lo tradicional.

Le preguntaron una vez si había regresado a Cuba y esta fue su respuesta: “A principios de la década de 1980 me invitaron a dar conciertos en Cotonou, en Benín (país en la costa atlántica africana, limitado por Togo al oeste, por Nigeria al este y Níger al norte.  La mayoría de la población vive en el golfo de Benín. La capital es Porto Novo, pero la sede del gobierno está en Cotonú, la ciudad más poblada del país que tiene una población de 13.4 millones).

Estando allí, vino a verme el embajador cubano, con muchos aspavientos, dándome palmadas y llamándome mi hermano. Me dijo que todos los cubanos vendrían a verme al concierto. Inmediatamente lo paré y le dije que él no era mi hermano, pues como representante de una dictadura sanguinaria él también tenía las manos manchadas de sangre, y que no quería ver a ninguno de esos cooperantes internacionalistas en mi concierto. El embajador hizo amago de sacar un revólver, pero dos individuos que me seguían a todas partes, y que habían puesto allí para mi seguridad, lo neutralizaron enseguida. 

Benín tenía entonces un gobierno socialista, típico de muchos países africanos después de la descolonización. Y, por supuesto, Cuba puso allí a sus agentes para penetrar el gobierno. Pregunté cómo podía hablar con el presidente Mathieu Kérékou y le avisaron. El presidente me recibió muy cortésmente y le expliqué mi punto de vista y mi deseo de no cantarle a ninguno de esos cubanos. Fue muy amable conmigo y me prometió que haría todo lo necesario para que me sintiera cómodo. Así fue: durante mis conciertos no hubo allí, en la sala, ningún cubano y menos los de la embajada. Con esto quiero decir que con esa gente nunca he querido cuentos”.

Entre 1980 y 1982, Torres lanzó su Charanga Vallenata, una colección de 3 LP donde mezcló elementos del vallenato colombiano con la música cubana del formato de charanga, con los que alcanzó gran éxito y grabó varios álbumes con nuevas versiones de temas colombianos. 

Los temas contaron con la ejecución del acordeón propio del vallenato, a manos de Jesús Hernández. Al volumen 2, pertenece el éxito Caballo Viejo. Con la participación del colombiano Humberto Corredor, Torres creó un ritmo que algunos denominan vallenato en ritmo de salsa o salsa vallenata, convirtiéndose en el difusor #1 uno de este ritmo en Latinoamérica.

Llevándose a SAR con él, Torres se mudó a Miami, donde lanzó Corazón de Pueblo (1984) y Elegantemente Criollo (1986). 

Luego de 1982, muchos grupos bajo el sello SAR se cambiaron a Caimán Records, formado en 1983 por Sergio Bofill y Humberto Corredor y otros a Laslos Records, formado en 1984. 

Roberto Torres continuó lanzando álbumes como solista y realizando otros proyectos para SAR. 

En 1985 dejó Nueva York después de 26 años porque el mercado africano que, en ese tiempo era el mayor consumidor de música cubana, en donde estaban comprando más era en Miami. Además, sus padres estaban viviendo en Miami desde 1966 que Roberto logró sacarlos de Cuba.

Desde entonces desarrolló toda su actividad discográfica en la ciudad del Sol, y por supuesto, nunca le faltó trabajo tanto en los escenarios, como en la radio y la televisión. Conoció y cantó con muchísimos artistas del continente. Incluso grabó canciones de Roberto Carlos, una persona admirable que grababa con la disquera neoyorquina para la que él trabajó. Esas canciones en español se convirtieron en hits. Fue él quien le enseñó a comer aguacate con azúcar.

De principios de la década de 1980 data su creación de la Charanga Vallenata. Igual que hizo con Caballo Viejo, transformando un joropo llanero en algo más cubano y caribeño, así hizo con el vallenato, tratando de adaptarlo al gusto de todos los del Caribe.

Aquí viene la explicación de cómo le llegó Caballo Viejo.

Ernesto Aue, el dueño de la disquera venezolana El Palacio de la Música, le trajo un día a Nueva York un disco para que lo oyera y viera si podía tocarse y cantarse de otra manera. En esa época como estaba muy ocupado con Guajiro Records y con SAR Records, una subsidiaria disquera de la primera. El tiempo pasó y tres meses después Aue volvió a la carga y le preguntó otra vez si había escuchado el disco. Le respondió que no, que no había tenido tiempo, así que allí mismo, delante de él, lo pusieron y entonces oyó por primera vez Caballo Viejo, una canción llanera que había compuesto en 1980, Simón Díaz (1928-2014). Se trataba de un joropo, que es la música tradicional de los llanos de Venezuela, a base de pasaje, tonada y golpe. Roberto al oírla se quedé un poco perplejo. Realmente las palabras correspondían al hablar de los llaneros y el estilo no tenía nada que ver con lo que se solía cantar en Nueva York o en Miami en aquella época, pero Aue insistió para que viajara a Caracas y se encontrara con su compositor. 

Así lo hizo, al cabo de unos meses viajó a Caracas, se hospedó en el Hilton e invitó a Simón Díaz para desayunar juntos. En cuanto le contó la historia quedó fascinado, porque hablaba de un hombre que, en el ocaso de la vida, se sentía emocionado por una relación con una mujer mucho más joven. Al parecer, Simón había vivido esa historia y, aunque no le tenía mucha fe a la letra, su historia lo cautivó. 

Así fue como aceptó el número y se trajo a Alfredito Valdés Jr. a almorzar al Víctor’s Café de Nueva York, se la mostró y le propuso que le hiciera los arreglos. Caballo Viejo salió rejuvenecido, no solo de su experiencia con la potranca, sino que, gracias a esta nueva versión, su éxito internacional fue rotundo. A partir de ese momento, decenas de cantantes han cantado versiones de todo tipo, pero la primera, digamos la que abrió el camino para las restantes y la que popularizó el tema, fue la que hicieron ellos con tono cubano.

En 1984, Roberto realizó la mezcla del álbum ¡El Único! de Ramón Quián “Monguito”, disco grabado para Producciones Taboga, una división de Guajiro Records. Además, la producción del álbum “Papaíto – para Mis Amigos”, bajo el sello SAR Records.

En 1985, grabó “Corazón de Pueblo”, para SAR Records, con los temas “El Presidiario” y una segunda versión de “Para que Aprendas”, con los coros de Adalberto Santiago, Miguel Quintana y Felo Barrios.

En 1986, la producción “Elegantemente Criollo” para Guajiro Records, con Jorge Cabrera en el tres, Néstor Torres en la flauta e Israel López “Cachao” en el bajo. Con el tema “La Muy, Muy”. 

En 1987, para SAR Records el disco “Roberto Torres Presenta A Su Amigo…Pepe Mora”, en el cual participaron: Israel López “Cachao”, bajo; Frank Bello, piano; Néstor Torres, flauta; con Roberto Torres y David Santiago, en los coros.

En 1988, “Roberto Torres y sigo Criollo” grabado para Guajiro Records. Israel López Cachao en el bajo, Jorge Cabrera en el tres, Juan Méndez en el bongó, Con los temas “Linda Guajira” de Gerardo Franco y “Pedacito De Mi Vida” de Sergio González Siaba.

En 1989, el álbum “Roberto Torres, Tropicalísimo”, para SAR Records.

En 1991 el CD y LP “El Rey del Montuno” al igual que el grabado en 1979 pero con 8 nuevos temas como Yo Soy el Punto Cubano, Un Caminante y Son Candela.

En 1992 grabó un disco en homenaje a La Sonora Matancera de Rogelio Martínez titulado: “Roberto Torres, Recuerda La Sonora”, con los números: Tu Rica Boca, Ave María Lola, Tocando Madera, Cañonazo, El Sofá y Yo No Soy Guapo.

En 1993 se publicaron temas de Roberto ya grabados con La Charanga de la 4 como: Aquí Hay Un Hombre Gozando, Tumba La Caña, Bilongo y Sabrosona. Un nuevo CD “Roberto Torres Bailable Como Nunca”, para SAR Records con mezcla de la música antillana con el vallenato.

En 1994, fue el Productor Ejecutivo del álbum de la Orquesta Alma Latina titulado “Futuro”, grabado para SAR Records.

En 1996, SAR Productions / Guajiro Records publicó el CD de Roberto Torres, “La Fiesta,”, en el que participaron artistas como: Israel Cantor y Felo Barrios en el coro; Mario Ortíz, trompeta; Lázaro González y Juan Pablo Torres, en los trombones. Ese mismo año, reviviendo su famosa Charanga Vallenata grabó los Vol. 1 y 2 de Vallenatos a Mi Estilo para SAR/Guajiro Records.

En 1998, grabó “Viva El Bolero, Roberto Torres con El Trió Borinquen de Papo Valle”, para SAR/Guajiro Records, con temas como: En la Orilla del Mar, Hoja Seca, Espérame en el Cielo y Desvelo de Amor.

Roberto participó en la grabación de Willy Chirino, Cuba Libre, para Sony Records, junto a: Celia Cruz, Albita Rodríguez, Arturo Sandoval y Hansel & Raúl.

Roberto cantó en Premio Aplauso en 1988 de la locutora de FM-92 Betty Pino. 

En 1999, Hugo Barroso hizo el documental Son Sabrosón, en el que participaron Roberto Torres, Celia Cruz (1925-2003), Rosendo Rosell (1918-2010), Arturo Sandoval y el musicólogo-financista, Eloy Cepero (Bahía Honda, Pinar del Río-1945).

En 2000 grabó Siempre Soñando con Jesús “Niño” Alejandro en los arreglos de piano, bajo, tres, flauta y coro.

En 2001 su CD se llamó Retrato Musical, grabado por SAR/Guajiro el cual incluyó, entre otros los éxitos: La Muy Muy, Caballo Viejo, El Paralitico, Para Que Aprendas, Nostalgia Guajira/Oye Mi Son, Los Carreteros y Linda Guajira.

En el álbum Con Mucho Swing, Roberto Torres y Chachachá All Stars Orchestra, grabaron para el sello Regu Records, temas cubanos como: Bruca Manigua, Pare Cochero y Capullito de Alelí.

Roberto se retiró en 2011, que para los artistas es una manera de decir, ya que en realidad nunca se retiran del todo. 

El 2 de junio de 2011, fue reconocido con una estrella en el Paseo de la Fama en la Plaza Celia Cruz de Unión City, Nueva Jersey.

También tiene su Estrella en el Paseo de la Calle Ocho de Miami.

En 2024, Roberto cantó el 26 de abril en Miami Arts Studio en Coral Way y la 150 Avenida. Y el 19 de mayo en Cuba Nostalgia.

Hay que darle crédito a su segunda esposa Marlen Álvarez que siempre lo ha apoyado y ayudado, como su trabajo en la disquera SAR, ella sigue siendo su mano derecha.

A Marlen la conoció en Union City, NJ donde estaba cantando y desde el escenario “le echó el ojo” y se casaron el 24 de mayo de 1975 (este año cumplen 50 años y las bodas de oro).

Su hija Ivette tiene dos hijos: Sebastián y Santiago (sus nietos).

Roberto, con 21 años se casó y de ese primer matrimonio nacieron dos hijos, varón y hembra: Juan Carlos y Anaelis, padres de sus cuatro nietos mayores. Por cierto, el hijo de Anaelis se llama Logan y es un cantante de ópera.

Roberto Torres y Willy Chirinos grabaron juntos Son de La Loma/Veneración en homenaje a Miguel Matamoros. ‘Mis nietos Ozzie (16) y Adrián (11) cuando están en mi carro les encanta oír esta canción por Spotify’.

Roberto además de estar trabajando, sentía el deseo de luchar por Cuba, conoció a Blanca Ortíz, una cubana de la provincia de Oriente que junto a otros 4 cubanos los envió a Miami y de allí en un avión hasta Santo Domingo, para enrolarse en la Legión Anticomunista del Caribe (LAC) organización paramilitar anticastrista creada en 1959 por Rafael L. Trujillo con sede en República Dominicana. Su objetivo era derrocar al gobierno comunista de Castro. 

Entre los jefes cubanos estaban: el teniente coronel Ángel Sánchez Mosquera y el general Eleuterio Pedraza. El espirituano Félix Ismael Rodríguez Mendigutía también era uno de los más de 100 cubanos, aunque hubo españoles también. El 13 de agosto de 1959 aterrizó en Trinidad un C47 con un grupo y entre ellos Roberto Martín Pérez (1934-2021) y Luis del Pozo Jiménez (hijo del alcalde de la Habana) en el enfrentamiento a tiros, murieron dos de ellos y tres castristas. 

LAC, se disolvió en agosto de 1961 tras la muerte de Trujillo.  

John F. Kennedy en una reunión en la Casa Blanca el 4 de noviembre de 1961, decidió llamar Mongoose Operation (Operación Mangosta o Proyecto Cubano) a un programa de acción encubierta de sabotaje y subversión contra Castro y puso al General Edward G. Lansdale (1908-1987) a cargo de la operación secreta. 

Aclaremos, en ese momento 1,179 prisioneros de la Brigada 2506 estaban presos, debido a la cobardía o a la traición de JFK.

Roberto Torres se enteró de aquello por su amigo Santos Rodríguez y como miles de cubanos se enroló en aquella ilusión de luchar contra FC. Recibió entrenamiento militar en Kentucky, pero todo aquello terminó con la Crisis de los Cohetes en octubre de 1962 y después del famoso y secreto Pacto Kennedy-Jrushchov.

Hace hoy 16 días que El Caminante o El Caballo Viejo, un cubano humilde, fiel y leal cumplió 85 años.

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