POR LUIS DE LA PAZ

Especial para LIBRE

El tiempo pasa tan rápido, que los aniversarios, los alegres y los tristes, se suceden aceleradamente. Este 15 de febrero del 2024, se cumple un año del fallecimiento de uno de los artistas cubanos más completos, Pedro Román. 

Su deceso ocurrió en el Hospital Mount Sinai Medical Center, en Miami Beach, mientras se trataba sus dolencias cardiacas. Un mal que lo aquejó por muchos años, aunque solo sus íntimos estaban al tanto, mientras quienes lo admiraban no podrían imaginarse que ese hombre que transmitía energía y creatividad en todo momento tenía un corazón debilitado. 

En una ocasión, en octubre del 2023, en el Miami Hispanic Cultural Arts Center, encantador lugar conocido popularmente como La Casona, se realizó una lectura dramatizada de su obra Las raíces del odio, en la que participaron los actores Marisol Correa, Gilberto Reyes y Léster Martínez. El salón de actos del centro estaba desbordado y acudieron muchos de sus amigos y seguidores. 

De repente, el promotor cultural Arturo del Monte, admirador y amigo de Pedrito Román, como cariñosamente se le conocía, se acercó a Pedro y le entregó una medalla, luego Eriberto Jiménez, director del local de la actividad, también le concedió una distinción, mientras el periodista argentino Leandro Gasco, se hizo presente con un diploma. Todos expresaron su admiración hacia el autor de Hamberguers y sirenazos, considerada la primera obra de teatro escrita en el exilio.  

Pedro estaba muy emocionado por el inesperado curso que tomó la jornada de Viernes de Tertulia, el encuentro mensual del tercer viernes de cada mes en La Casona, que organizó el evento y me llamó discretamente: Luis, tengo un dolor tremendo en el pecho y no sé si podré ponerme de pie. Lo miré atento, buscando señales de algún problema médico de emergencia, pero tenía buen color, los ojos expresivos y buenos reflejos, aunque su voz, quizás con algo de teatralidad, transmitía ansiedades. Le respondí: ¿Quieres que te llame al rescate? Rechazó la idea de inmediato, como yo sabía que iba a ocurrir, y a los pocos minutos se dio inicio a la presentación. Parece que a Pedro Román se le olvidó que se “sentía morir”, pues derrochó energías, cantó con esa potente voz que mantuvo hasta el final, y quedó muy satisfecho. 

Lo que nadie pudo anticipar fue que cuatro meses después fallecería. Fue un homenaje en vida, como se merecía, colmado de alegría y muchos aplausos.  

Pedro Román tuvo una larga y fructífera vida como cantante, compositor, narrador, pintor, locutor, actor, periodista y director teatral. Además, llevó a cabo importantes obras en beneficio del exilio y sus figuras cimeras, como la creación del Paseo de la Cultura Cubana, en Hialeah, y erigir un memorial al maestro Ernesto Lecuona en los terrenos del Miami Dade County Auditorium. Román dejó una fuerte huella en la vida cultural de Miami y entregó mucho, a través de su organización ALBA (Academia de las Luminarias de las Bellas Artes), con la que emprendió importantes proyectos artísticos, que mantuvo pujante con su amigo y representante Ernesto de Otero. 

La carrera artística de Pedro Román es asombrosamente exitosa. Comenzó desde muy joven, lo que le permitió cantar junto al maestro Ernesto Lecuona. Estuvo en importantes escenarios de Nueva York, como el Carnegie Hall, así como en musicales de Broadway y en el Hotel Dunes de La Vegas. También en Miami Beach, en los salones del Hotel Fontainebleau y el Jackie Gleason, animando las noches para los visitantes en hoteles y otros centros.

Además de obras de teatro, compuso musicales, como Diosas de papel, La bella Otero y El sueño de Martí. Dominaba la comedia, con piezas populares como Tres viudas en un crucero y ¿A quién no le gusta eso? Fue un hombre polifacético.

A pesar de sus problemas cardiacos se mantuvo activo hasta el final de su vida, conduciendo el programa El Show de Pedro Román, en la televisión pública de Miami, Canal 17, los domingos, y un programa de entrevistas y música en la radio los fines de semana, que ahora conduce, Ernesto de Otero.

En febrero del 2022 fue nombrado Padrino del Festival Latinoamericano del Monólogo, que organiza la compañía Havanafama, y brindó un miniconcierto que impactó por su timbre de voz y la solidez de su interpretación. 

Otra vertiente de Pedro Román fue la de escritor, con profundo análisis filosófico y visión de futuro. Entre sus libros se encuentran ensayos, poesía y novelas, algunos de ellos Verdades sobre mentiras (y viceversa) y El Gran Iluso. 

Sin duda la cultura cubana del exilio perdió a un hombre que vivió intensamente con el espíritu del artista.