ARGELIA Y FRANCIA EN LA CÁBALA DE SANSAL, EL ESCRIBIDOR

Written by Libre Online

17 de diciembre de 2024

Gustavo Sánchez

El novelista y ensayista argelino Boualem Sansal está preso en Argelia desde el 16 de noviembre. La Seguridad del Estado le echó el guante en el aeropuerto minutos después de llegar al aeropuerto de la capital procedente de París. Acusado de ser, según los canales periodísticos del régimen no solo un agente del “franco-sionismo”, sino de “poner en tela de juicio la existencia, la independencia, la historia, la soberanía y las fronteras de la nación argelina” pudiera ser condenado a cadena perpetua, si finalmente es juzgado. Una parte de la opinión pública francesa está movilizada pidiendo que lo liberen al tiempo que se ignora si alguna diplomacia secreta está actuando en aras de una hipotética deportación.

Por el momento el asunto pinta mal: al abogado francés designado para asistirlo no le dan visa y los que el tribunal designó de oficio para asistirlo no han podido conseguir ni siquiera una puesta en libertad provisional en espera de un juicio cuya fecha no ha sido anunciada.

Los cubanos, los venezolanos y los nicaragüenses lo sabemos: nada incomoda más a un gobierno autoritario que las acciones que a su poder omnímodo consiguen oponen los artistas, los periodistas y los escritores. Toda creación, siendo por definición sinónimo de libertad, riñe con el control que existe desde hace décadas en el mayor país del continente africano. Atrapado en una vorágine que probablemente subestimó Sansal se metió ingenuamente en las fauces de la represión, suponiendo tal vez que la notoriedad internacional que ha ganado y el haber sido naturalizado francés a mediados de este año le confería un paraguas consistente.

Y ha sido así que a través del destino de un hombre se ha puesto en escena otro capítulo de la saga llena de vicisitudes que integra la historia común de Francia y de Argelia desde el colonialismo hasta nuestros días, pasando por una cruenta guerra y la independencia. Sumado lo anterior a factores tomados prestados a los años de la Guerra Fría y a una dependencia económica mutua, embarrada de intereses que incluyen petróleo, gas y materias primas diversas. Un cuadro en el cual han florecido los intereses creados y la corrupción a ambos lados del Mediterráneo.

Con una obra que incluye varias novelas y ensayos que han obtenido premios importantes en Francia, Sansal es una referencia reconocida que ha hecho de sus enfoques de la sociedad argelina elementos de un combate frontal librado contra la oligarquía burocrática que se ha enseñoreado en su país de origen. Después de estudios brillantes en la Escuela Politécnica, al término de los cuales salió diplomado de ingeniero, trabajó como alto funcionario en el Ministerio de la Industria. Pero habiendo tenido la osadía de criticar al presidente Buteflika fue despedido a principio de los años 2000. Ya para entonces había comenzado a escribir y vivía entre Francia y Argelia. Espíritu libre jamás ocultó su ateísmo ni su oposición a los islamistas por lo cual sus libros fueron censurados. En ese sentido corrió igual suerte que su compatriota y amigo Kamel Daud, otro franco-argelino publicado por Ediciones Gallimard.

Dueño de una escritura barroca, pero de fácil acceso para todo tipo de lector, Sansal se ha servido de su lirismo imaginativo para enjuiciar duramente a los mandatarios argelinos. Esa conducta que lo honra fue engendrando una antipatía creciente entre una clase dirigente civil y militar que medra a la sombra del presidente Tebbune. Lo tenían en la mirilla. Y como concurre la candente confrontación de Argelia con Marruecos en medio de la cual Francia y España han aceptado recientemente la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental, al escribidor contestario lo han transformado en traidor y en chivo expiatorio.

La detestación de Francia y de lo francés es un denominador común en esos dos países magrebinos. Pude comprobarlo durante una reciente estancia en Marrakech. Mientras, y desde el otro lado del Atlántico, Cuba reanudó relaciones diplomáticas con Marruecos en Abril de 2017 cuando sorpresivamente el rey Mohammed VI visitó La Habana con su familia. Los dos países pasaron discretamente de “contactos” a elevar las relaciones a nivel de embajadores en Diciembre de 2021, poniéndose así fin a un distanciamiento que databa de 1980.

A pesar de que Cuba afirma apoyar las reivindicaciones fronterizas de Argelia y reconoce la República Árabe Saharaui y al Frente Polisario practican un pragmatismo de estado ante un país que como Marruecos está regido por una oligarquía generadora de potenciales negocios multimillonarios. Bajo la égida del Rey que se afirma posee una de las mayores fortunas del planeta, sus secuaces captan gabelas en todas las operaciones en las que intervengan las empresas del reino. Es por todo lo anterior que con sus planteamientos iconoclastas en cuanto a geopolítica regional Boualem Sansal pudiera estar recibiendo los embates de un enfrentamiento entre factores que no vacilan en castigar duramente a todo aquél que se les oponga. Mucho más si observamos que aquí en París Amnistía Internacional y los partidos tributarios de las izquierdas tratan de invisibilizarlo en medio de contorciones tan hipócritas como lamentables. Un escritor solitario como él merece la difusión de su combate y el apoyo de todos.

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